viernes, 26 de julio de 2013

HORA DE HACER BALANCE






A punto de cerrar el curso, quiero hacer balance de la temporada y cruzar los dedos por la puesta en marcha de posibles proyectos de futuro.

Han pasado más de quince meses desde que, casi en la clandestinidad y amparándose en el inicio de las vacaciones de Semana Santa 2012, el Ejecutivo canario presidido por Paulino Rivero dio luz verde al decreto de adjudicación de las emisoras de Frecuencia Modulada del archipiélago. El Gobierno autonómico que a día de hoy siguen formando Coalición Canaria y el Partido Socialista Obrero Español, sembró un gran descontento entre el sector de la comunicación, debido a una decisión a todas luces injusta y perjudicial para la mayor parte de los profesionales que desarrollan su labor en esta tierra. Fue absolutamente incomprensible que numerosos periodistas de reconocida trayectoria se vieran de la noche a la mañana sin posibilidad de continuar en sus puestos de trabajo mientras tenían que asistir al espectáculo bochornoso del otorgamiento de licencias a grupos mediáticos sin ningún arraigo ni tradición en las siete islas.

Situaciones así tienen lugar cuando a los políticos se les llena la boca con conceptos como libertad, igualdad e imparcialidad pero sólo hasta el preciso instante en el que se ven convertidos en objeto de crítica. Hasta ahí llega su defensa del derecho de opinión y de información. Acto seguido, ponen en marcha la maquinaria de la aniquilación, disfrazándola de absurdos requisitos imposibles de cumplir. En definitiva, otra muestra más de la mediocridad intelectual, la estafa ideológica y la política de segunda división a la que nos vemos  sometidos en esta bendita tierra hasta donde alcanza la memoria.

El desastre de consecuencias jurídicas y administrativas afectó   a un número considerable de cadenas que tuvieron que echar el cierre. Sin embargo, otras presentaron batalla - entre ellas, Inter Radio Tenerife, emisora en la que tengo el honor de colaborar cada semana y que, contra todo pronóstico, continúa adelante con su programación, sin rendirse-. Hace ya dos años que su director, Gabriel Mesa (uno de las figuras más reconocidas y de mayor prestigio en los medios de comunicación tinerfeños) me brindó sus micrófonos para participar en una tertulia socio política y la experiencia no ha podido ser más satisfactoria. Desconozco qué nos deparará el futuro pero, mientras sigamos en antena, me siento en la obligación moral de manifestar a Lito todo mi apoyo, mi afecto y mi gratitud infinitos por abrirme las puertas de su casa y por darme plena libertad de opinión. Es una oportunidad que jamás olvidaré.

También quiero agradecer de corazón a través de estas líneas a los máximos responsables de los periódicos La Opinión de Tenerife (Joaquín Catalán), La Provincia-Diario de Las Palmas (Antonio Cacereño) y de la revista de habla hispana La Ruptura (Teguise García Mederos) la confianza que me demuestran al publicar asiduamente mis artículos. Aunque hace ya tres años que inicié esta actividad, creo firmemente que es en estos momentos convulsos cuando resulta más necesario que nunca expresar las ideas con humildad pero también con valentía y determinación, ya sea a través de la pluma o por medio de la voz. 

Confío en no defraudar ni a los lectores ni a los oyentes. Ni, por supuesto, a mí misma.











domingo, 21 de julio de 2013

¿EL AMOR SE INVENTA?





“LA INVENCIÓN DEL AMOR” (Premio Alfaguara de Novela 2013) es, hasta el momento, el libro más recomendable de cuantos llevo leídos en lo que va de año. Por ello, habida cuenta que estamos en pleno verano y que para muchas personas es una época propicia para la lectura, lo acerco a mi blog para recomendarlo abiertamente.

Su autor, José Ovejero, madrileño del 58, ha sabido abordar el tema universal del amor desde una particular perspectiva  que resulta muy atrayente, al combinarla con la intriga del thriller.  En palabras del también escritor Manuel Rivas, “revela la fuerza transformadora de la imaginación y su capacidad para construir nuevas existencias”.

Es bien sabido que la figura del enamoramiento es tratada de forma recurrente y diversa no sólo en la literatura sino en el resto de las artes. En “LA INVENCIÓN DEL AMOR”, sobre el trasfondo de una reconocible España en crisis, el protagonista de la zigzagueante historia (un ser que no se compromete con nada ni con nadie) conduce al lector por el escenario de una vida cotidiana perfectamente gris y rutinaria hasta que una llamada telefónica la hace saltar por los aires.

Texto narrado en primera persona, sus inicios plasman una ficción centrada en los aspectos más nimios del día a día de cualquier individuo -ir al trabajo, mantener relaciones ocasionales, padecer la cotidianeidad de una suma de situaciones repetidas e insulsas, estar de vuelta de todo sin haber llegado a nada-, pero de inmediato se sitúa en un laberinto imaginativo en el que la mención accidental de un nombre de mujer pondrá en marcha un mecanismo de relojería que hará estallar más de una bomba en forma de corazón.

Junto a la principal línea argumental coexisten una serie de acontecimientos secundarios de los que Ovejero se sirve para desplegar una prosa brillante, a ratos deslumbradora. Los tipos que describe están llenos de matices y constituyen  un acertado muestrario de la condición humana, de sus luces pero, sobre todo, de sus sombras, como si de la paleta de un pintor se tratara.

¿Se puede amar a una mujer a la que no se conoció y que ya está muerta?

¿Ese amor inventado será sinónimo de salvación o de perdición?

Invito a que Samuel desvele las imposturas de este sentimiento y, al mismo tiempo, su absoluta necesidad, a aquellos que se animen a sumergirse en los capítulos de este relato.


Porque, sin duda, leer es sinónimo de felicidad. 

martes, 16 de julio de 2013

AUMENTAN LOS SECUESTROS INTERNACIONALES DE NIÑOS


Artículo publicado en la revista de habla hispana "La Ruptura" el 22 de julio de 2013





Otro de los graves efectos de la demoledora crisis económica que estamos atravesando se traduce en el incremento de secuestros internacionales de niños por parte de alguno de sus progenitores. Se trata de un fenómeno que va en aumento año tras año por el auge de las separaciones de matrimonios binacionales. Según fuentes del Ministerio de Justicia, 112 menores han sido raptados este año por uno de sus padres. Hasta mediados de junio, España ha reclamado a otros países la devolución de 71 pequeños, mientras que ha sido requerida a su vez en 41 casos. Desde 2008 se contabilizan 1.166, una cifra muy similar a la de la década anterior.

En recientes artículos de prensa se resalta que tal vez la variante más significativa sea que el perfil del sustractor ha cambiado. Ahora se corresponde con el de una madre que retorna a su país de origen ante la falta de oportunidades laborales. Cuando se empezó a legislar sobre la materia (este delito se incluyó en el Código Penal español en 2002) el infractor era principalmente un padre que, al no ostentar la guarda y custodia de los menores, se negaba a devolverlos después de una de las preceptivas visitas. Sin embargo, ahora es más frecuente que sean las propias madres custodias las denunciadas por llevarse a los hijos fuera del país sin el consentimiento de la otra parte. En este sentido, basta con dilatar los procesos en el tiempo y demostrar su arraigo posterior para que muchos vástagos no recobren nunca más su antigua existencia.

El fallo de origen radica en que las parejas no se plantean correctamente cómo afrontar su separación y cómo pactar un adecuado régimen de visitas que no vaya en detrimento de los derechos de sus hijos. El Convenio de La Haya de 1980 obliga a sus firmantes a la restitución de los menores al Estado de residencia habitual, para asegurar la protección de dicho régimen de visitas. Los aproximadamente ochenta países adheridos se comprometen a crear una autoridad central que aglutine la burocracia necesaria para tramitar la devolución de los afectados. Los últimos en sumarse a la lista han sido Japón y Marruecos (2013). No es menos cierto que, aunque el Convenio impone un límite de un año para la restitución, éste no siempre se cumple.

Además, es preciso alertar del hecho de que las vacaciones de verano son épocas muy proclives para la comisión de estos actos. Son numerosos los letrados que consideran que el sistema está fallando en la medida en que no logra atajar el número de secuestros. Por lo tanto, urge firmar acuerdos bilaterales con países no adheridos al Convenio de La Haya y abordar una reforma del Código Penal para evitar la distinción entre raptores custodios o no custodios. Actualmente, la sustracción internacional cometida por un progenitor que no tiene la custodia se considera un delito que lleva aparejada una pena de 2 a 4 años de prisión, mientras que tan sólo se califica como falta por incumplimiento del deber de visitas si quien se lleva al menor ostenta su custodia legal.

La alta incidencia de mujeres denunciadas, si bien supera levemente a la de los varones, se debe a que tienen atribuida la guarda de sus hijos en el 85% de los casos. Pero tendrían que ser conscientes de que, aunque actualmente sólo cometan una falta por tal incumplimiento del deber de visitas, el traslado no consentido de país podría acarrearles la pérdida definitiva de la custodia.

Asimismo, llama la atención la falta de apoyo a los ciudadanos españoles que reclaman a sus hijos en otros países. Por ejemplo, si el reclamante es un estadounidense, España pone a su servicio a la Abogacía del Estado -que, por cierto, la pagamos todos- mientras que nuestros compatriotas deben contratar en EEUU los servicios de un abogado particular. En buena lógica, debería exigirse el principio de reciprocidad.

Como conclusión, en cuanto se detecte la desaparición, se recomienda a los padres pedir de inmediato la restitución del menor a las autoridades competentes, porque el tiempo es oro y, desgraciadamente, corre en su contra. 

jueves, 11 de julio de 2013

FIESTAS POPULARES: UNA DEGENERACIÓN QUE NO CESA (Nueva publicación)





En cuanto el séptimo mes asoma en el calendario me enfrento invariablemente a la misma pregunta, formulada por amigos y vecinos: ¿este año tampoco vas a los Sanfermines? Y de mi boca brota idéntica respuesta: no, las fiestas que yo conocí pasaron a mejor vida hace décadas para nunca más volver.

Sólo yo sé hasta qué punto me llena de tristeza reconocer que la Pamplona que me vio nacer, elegida en 2012 la mejor ciudad para vivir de toda España, sufre una lamentable mutación entre los días 6 y 14 de julio, nueve jornadas en las que los excesos derivados de sus fiestas patronales la convierten en un enclave cuyos habitantes aparecen a los ojos del mundo entero como unos beodos crónicos.

Sería muy injusto por mi parte afirmar que no existen salvedades a estos comportamientos tan degradantes, o que no sea posible disfrutar también de actividades lúdicas, culturales y religiosas alejadas del etilismo y del desmadre mayoritarios. Pero, por desgracia, no son más que eso, meras excepciones alejadas a años luz de la regla general y limitadas a un sector de la población que o está integrado por niños pequeños o ronda casi la tercera edad.

El bueno de San Fermín -como pasa con tantos y tantos santos y vírgenes que ejercen su patronazgo en la inmensa mayoría de nuestros pueblos y ciudades-  no es más que una burda excusa para justificar ese descontrol que se inicia con el lanzamiento del chupinazo y concluye con el “Pobre de mí”. Atraídos por el incívico reclamo de un “todo vale” ganado a pulso, las hordas de visitantes toman las calles pamplonesas dispuestas a divertirse al máximo y a olvidar sus problemas cotidianos a lo largo de una semana ininterrumpida. Hasta ahí, perfecto, si no fuera porque, de un tiempo a esta parte, parece imposible que las masas lo pasen bien si no pierden el control de sus actos, naturalmente con la inestimable colaboración del alcohol y del resto de drogas que proliferan en el mercado. Como consecuencia de esta realidad -tan triste como recurrente- los sujetos se animalizan y pierden toda capacidad de  pensar en nada que trascienda a su egoísta concepto de la diversión, en el que, obviamente, la solidaridad no encuentra hueco. Es inútil apelar al respeto por el descanso de los niños, o por el bienestar de los ancianos, o por las necesidades de los enfermos. Ahora no, ahora lo que toca es destrozar el mobiliario urbano, esparcir la basura, orinar por las esquinas y aparearse por los rincones, aunque sea a plena luz del día. Y mucho ojo con afear las conductas ajenas porque, en el mejor de los casos, te acusan de rancio y, en el peor, te mandan a Urgencias con un botellazo en la frente.

Capital navarra al margen, comportamientos similares se reproducen en el extenso abanico de nuestras romerías y fiestas populares, desde los Carnavales a las Fallas, desde la Feria de Abril al Pilar. Por ello, resulta imprescindible decir alto y claro que estas conductas son rechazables desde todos los puntos de vista y que deben ser denunciadas y, en la medida de lo posible, evitadas en futuros festejos. No es de recibo que el resto de la ciudadanía tenga que exponerse a situaciones de riesgo o esté obligada a presenciar escenas denigrantes que nada tienen que ver con un ocio digno.   

sábado, 6 de julio de 2013

VIVA SAN FERMÍN






Glorioso San Fermín, venimos a cantarte
mayores y chavales con un igual sentir.

Glorioso San Fermín, venimos a cantarte
mayores y chavales con un igual sentir.

Unimos nuestras voces en un común cantar,
que sea el homenaje de nuestro amor filial.

Alegres cantad al Santo sin par con notas de alegría.

¡Excelso patrón, escucha esta voz y danos tu bendición!

Al glorioso San Fermín cantamos así:

Es la jota de tu Navarra la que hoy te reza,
la que hoy te canta.
Es la jota de tu Navarra, Fermín bendito,
la que hoy te ensalza.
Es la jota de tu Navarra la que hoy te reza,
la que hoy te canta.
Con la jota de tu Navarra va la oración del
pueblo que te ama.
Es la jota de tu Navarra la que hoy te reza,
la que hoy te canta.

Con aires de jota por San Fermín,
con tragos de bota por San Fermín.
Con gaitas, con txistus y tamboril,
el pueblo celebra su San Fermín.
Con aires de jota por San Fermín,
con gaitas, con txistus y tamboril,
el pueblo en alegre cantar,
al Santo paisano quiere celebrar.

Al glorioso San Fermín, cantamos así:

Pamplona, Navarra, la tierra te canta.
San Fermín, en tu pañuelo se anuda gente del mundo entero.
Pamplona, Navarra, la tierra te canta.
Son tus fiestas arco iris con los colores del Universo.
Pamplona, Navarra, la tierra te canta.

«Ofrenda a San Fermín»
(Joaquín Madurga)


¡¡¡FELICES FIESTAS!!!


lunes, 1 de julio de 2013

TELEVISIONES AUTONÓMICAS: SECTARISMO Y MEDIOCRIDAD


Artículo publicado en La Opinión de Tenerife el 1 de julio de 2013

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 9 de julio de 2013



Hace unos días tuve la peregrina ocurrencia de consultar la programación semanal de la Televisión Autonómica de Canarias (“la nuestra”) y debo reconocer que tardé un buen rato en reponerme del impacto. He de confesar que no soy ninguna televidente de pro. Por el contrario, prefiero mil veces hacerme acompañar de las ondas radiofónicas o, si la cartelera es propicia, encerrarme en alguna oscura sala de proyección donde ser feliz durante dos horas.

Sin embargo, movida por la curiosidad de comprobar qué tratamiento informativo daría la TVAC sobre la espectacular y conmovedora recogida de alimentos que, por iniciativa de Mírame TV, tuvo lugar recientemente en la Plaza de España de Santa Cruz de Tenerife, me puse manos a la obra. De la noticia en cuestión no hallé ni rastro en el citado canal (a cuyo sostenimiento, por cierto, contribuyo con mis impuestos). Sin embargo, abrí mis ojos al universo alternativo de los culebrones sudamericanos, género adictivo donde los haya y que, por desgracia, cubre un más que sustancial horario de la parrilla televisiva isleña. Cuatro eran las telenovelas destinadas a hacer las delicias de los espectadores del archipiélago, con sus impactantes historias llamadas a culturizarles y a ofrecerles unos modelos de relaciones personales óptimos para ser reproducidos en sus correspondientes hogares. A saber, “Natalia del Mar”, “Olvidarte, jamás”, “Una familia con suerte” y “Válgame Dios”. Tan didáctica oferta se extendía desde las 6 de la mañana hasta bien superada la hora de la siesta, con permiso, naturalmente, de la emisión intercalada de los servicios informativos de la cadena, diseñados a mayor gloria del Gobierno de Canarias.

Las tramas en cuestión no tienen desperdicio. Por orden de emisión, humilde muchacha que vende pescado y vive con una madre que, en realidad, no es tal porque su auténtica progenitora era una millonaria muerta en extrañas circunstancias; ingenua campesina que es ultrajada y, por ende, preñada por el hijo del despiadado dueño de la hacienda en la que trabaja; operario de basuras, viudo y con cuatro hijos al que quieren desalojar de su vivienda pero que, a resultas de salvar la vida a otra acaudalada dama, ésta le nombra heredero y le coloca al frente de sus empresas; por último,  grupo de mujeres de la misma familia, condenadas a un maleficio por el que, a la hora de elegir entre dos posibles pretendientes, siempre optan por el sinvergüenza en vez de por el santo varón.  

Acto seguido, pensé que semejante sobredosis de despropósitos habría de tener una contrapartida más cultural en el resto de la programación. ¡Qué ingenuidad la mía! Sólo encontré westerns de serie B, combates de Chuck Norris y peculiaridades autóctonas de producción propia, bien folclóricas (“Parranda canaria”), humorísticas (“En clave de Ja”) o, directamente, inclasificables (“La Gala”).  

¿Cómo se atreven nuestros dirigentes a perpetrar recortes en pilares tan básicos del Estado del Bienestar como la Sanidad y la Educación mientras mantienen no pocos organismos deficitarios -como las televisiones autonómicas, que son perfectamente prescindibles y cuya única misión es enaltecer a los Ejecutivos que se sirven de ellas para difundir  sin pudor alguno sus consignas electoralistas-?

¡Qué drama para algunos dignos profesionales del sector estar abocados a ser “la voz de su amo” y no poder siquiera aspirar a un mínimo de independencia de esa casta política que paga sus salarios! Y ¡qué tragedia para los contribuyentes tener que sostener unos entes ruinosos que, amén de incumplir su obligación de servicio público, nos condenan al sectarismo y a la mediocridad!