viernes, 28 de noviembre de 2014

LA MEDIACIÓN, UN TRAJE A MEDIDA PARA ALCANZAR LA PAZ



Artículo publicado en La Opinión de Tenerife el 28 de noviembre de 2014

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 30 de noviembre de 2014




Los pasados días 20 y 21 de noviembre tuvo lugar en el Centro de la Familia de Santa Cruz de Tenerife la Primera Convención Nacional de Mediación. Bajo el lema “Las cosas pueden ser de otra manera” y en el entorno de una organización sobresaliente, se desarrollaron un total de nueve ponencias a cargo de relevantes expertos en la materia, que nos brindaron a los asistentes una valiosa información de cara a profundizar en esta muy recomendable vía de resolución de conflictos. Se formaron, asimismo, seis grupos de trabajo centrados en tres temas de debate: legislación sobre la mediación, el lenguaje en la mediación y campos de la mediación, cuyas conclusiones fueron expuestas al conjunto del foro.


Estamos, pues, ante una figura de gran protagonismo actual, merced a la posibilidad de su aplicación en diversidad de campos y a los excelentes resultados que, siempre que se aplique con las debidas garantías, ofrece. Se trata de un procedimiento eficiente y susceptible de realizarse en poco tiempo de forma positiva, distinguiéndose además por su vocación de perdurabilidad, habida cuenta que los acuerdos alcanzados se mantienen a lo largo del tiempo. Partiendo de la base de que la paz es una necesidad básica de los seres humanos, supone la apuesta por el acuerdo frente a la confrontación, con miras a evitar la judicialización de los conflictos. Abre un nuevo horizonte a la Justicia porque promueve la cultura de la Paz,  es un método complementario sumamente idóneo para obtener la mejor tutela efectiva en cada caso e impulsa la cooperación y la búsqueda de soluciones. Dicho de otro modo, al “entender” añade el “comprender” y a la “cabeza” suma el “corazón”.


No obstante, su principal punto débil radica en que apenas se conoce. De ahí la creciente inquietud por acercarse a ella y formarse en su disciplina. Por el contrario, y como característica positiva, su espectro de aplicación es prácticamente ilimitado, extendiéndose a los ámbitos mercantil, laboral, comunitario, médico, educativo y, por supuesto, familiar (en su doble aspecto de familia extensa -la que incluye abuelos, tíos, hermanos y demás miembros- y familia nuclear -padres e hijos-). En este último caso, siempre está orientada a la prevalencia del interés de los menores y a la preservación de su bienestar psicológico y emocional. Porque nunca hay que olvidar que el bienestar de las familias se traduce en el bienestar de la sociedad.


Una de las ideas que cosechó más adhesiones fue la de que resulta imprescindible adaptar el lenguaje negociador para hacerlo más comprensible y cercano a los implicados. El simple hecho de recurrir a conceptos como  “participantes”, “cuidado” y “gastos” en vez de “partes”, “custodia” y “pensión” puede coadyuvar en gran medida a la consecución de un acuerdo satisfactorio. También está en marcha la promoción de la mediación en el entorno de distintos colectivos, como los de Magistrados, Colegios Profesionales, Cámaras de Comercio y Universidades, aunque la clave del éxito se sitúe en la educación en edades tempranas. Cabe destacar a este respecto la instauración de una nueva asignatura escolar denominada Educación Emocional, a través de la cual los más pequeños aprenden a gestionar sus sentimientos y a resolver sus enfrentamientos desde el diálogo y la búsqueda de alternativas civilizadas.


Se convino igualmente en que el objetivo prioritario ha de ser abordar esta vía como un proyecto común, superando algunos recelos entre los distintos sectores profesionales -abogados, psicólogos, trabajadores sociales u otros-, puesto que aquí el trabajo en equipo es fundamental. Las ventajas asociadas no ofrecen lugar a dudas: eficacia, eficiencia, ahorro de tiempo y dinero, beneficio para todos los intervinientes y flexibilidad en el formato. En ese sentido, el vocal del Consejo General del Poder Judicial, Álvaro Cuesta, manifestó en la Conferencia de Clausura que el máximo órgano de gobierno  de los jueces tiene decidida vocación pro mediadora y aboga por incorporar la mediación a la carta de servicios de la Administración de Justicia. Ojalá esta iniciativa tan anhelada por muchos comience a dar sus frutos lo antes posible.



martes, 25 de noviembre de 2014

25 DE NOVIEMBRE: "HAY SALIDA"




El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 17 de diciembre de 1999, se celebra anualmente cada 25 de noviembre. Su objetivo no es otro que avanzar en una mayor implicación de la sociedad para erradicar de una vez por todas esta dramática forma de violencia. 

Se eligió esta fecha para conmemorar el violento asesinato de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal , tres activistas políticas asesinadas el 25 de noviembre de 1960 en la República Dominicana por la policía secreta del dictador Rafael Leónidas Trujillo. Sus cadáveres destrozados aparecieron en el fondo de un precipicio y para el movimiento popular y feminista estas mujeres han simbolizado históricamente el espíritu de lucha y resistencia. 

En 1993 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en la que se definió la "violencia contra la mujer" como “todo acto de violencia basado en el género, que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada”. En dicha Asamblea se reconoció que eran necesarios "una clara declaración de los derechos que se deben aplicar para asegurar la eliminación de toda violencia contra la mujer en todas sus formas y un compromiso de los Estados y de la comunidad internacional en general para eliminar la violencia contra la mujer". 

Muchas son las campañas de sensibilización realizadas en los últimos años para frenar el maltrato femenino. Se han distribuido tanto en televisión como también en otros medios de comunicación, redes sociales, cines y zonas de gran afluencia, para concienciar a las víctimas y a sus familias de que deben actuar sin miedo contra los agresores. Se pretende que se anticipen a la violencia y que no se queden de brazos cruzados ante la primera humillación que sufran. Cada vez más, la tónica común de estas campañas es hablar alto, claro y sin tapujos para atajar el problema de raíz, concienciando y sensibilizando al grueso de la población. 

De hecho, se han intensificado notablemente, pasando de ser algo testimonial a ocupar un papel determinante en la divulgación social de este problema. No sólo ha aumentado el número, sino que también han ido creciendo en crudeza y realismo, siendo una herramienta eficaz en la concienciación social de la ciudadanía, ya que, hasta hace bien poco tiempo, el maltrato y la violencia hacia la mujer no recibían la atención e implicación del Gobierno y de la sociedad de cara a su resolución. 

Afortunadamente, ha dejado de considerarse un fenómeno circunscrito a la intimidad de la pareja para convertirse dentro de la conciencia de los ciudadanos en la lacra que realmente es, que a todos nos compete y a la que debemos poner freno. Por eso, esta conmemoración del Día Internacional contra la Violencia de Género puede ser un buen momento para reflexionar sobre la idea de que estamos ante una auténtica violación de los derechos humanos que no sólo afecta a una concreta parte sino a todo su conjunto. La prevención es posible y esencial y el ámbito escolar debe ser el primer eslabón de la cadena. 

Y, aunque son cada vez más las mujeres que se atreven a poner nombre y apellidos a la violencia doméstica, el número de las que callan es muy superior al de las que se atreven a hablar. El miedo, la insuficiente protección y el escaso amparo que reciben por parte de las leyes son algunas de las causas principales que paralizan a las víctimas. 

Adjunto enlace con la Guía de Buenas Prácticas del Abogado/a de la Mujer Víctima de la Violencia de Género:




Recordémosles, hoy y siempre, que no están solas. 

 HAY SALIDA 

 Teléfono 016


viernes, 21 de noviembre de 2014

BUENAS MADRES Y MALAS MADRES



Artículo publicado en La Opinión de Tenerife el 21 de noviembre de 2014

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 23 de noviembre de 2014



A cuenta de los últimos avances -no falta quien los considera retrocesos- en materia de fecundación (desde los vientres de alquiler a la inseminación artificial, pasando por la congelación de óvulos para retrasar la gestación y, así, no entorpecer una virtualmente exitosa carrera profesional), me ha venido a la memoria un artículo relativo a los distintos enfoques sobre el concepto de instinto maternal que, en su momento, me llamó poderosamente la atención. En él se afirmaba que, contra todo pronóstico, cada vez existen más mujeres que aseguran no saber de qué va ese impulso primario que supuestamente todas las féminas traemos de serie, aunque también hay quien afirma que se trata de un invento exclusivamente cultural.

La filósofa y escritora francesa Elisabeth Badinter, que ya en 1981 escribió la obra ¿Existe el amor maternal?, incide sobre el mismo tema tres décadas después en su libro El conflicto, la mujer y la madre,  aportando nuevas reflexiones sobre un asunto tan vigente como discutido. Buceando en sus páginas, la autora afirma que el modelo de “buena madre” que prima en la actualidad representa un paso atrás en la liberación de la mujer. Asimismo, defiende que ya no se puede hablar de las mujeres como un bloque unitario y que, en su opinión, el género femenino se posiciona en dos bandos distintos y hasta opuestos cuando se aborda esta cuestión tan relevante desde el punto de vista social.

En el primero, gracias o por culpa del psicoanálisis infantil (cuyos especialistas han convertido a los menores en unos seres que exigen más y más cuidados por parte de quien asume su crianza como si fuera un trabajo a tiempo total), se alinean las mujeres que consideran que el niño es lo primero y que la madre viene después. Por contra, el segundo lo integran aquellas que no se resignan a dejar de compaginar sus deberes de progenitoras con los deseos y necesidades propios de su condición femenina.

Releer el artículo de referencia me ha servido para reafirmarme en mi profunda convicción de que es injusto, amén de improcedente, hacer distingos entre “buenas madres” y “malas madres”. Conozco a mujeres de todo tipo, con instinto maternal y sin él. Tengo amigas a las que Elisabeth Badinter encuadraría sin dificultad en sus teóricos grupos A y B y, desde luego, a todas ellas las considero las mejores madres para sus hijos. Me niego rotundamente a juzgar ni la capacidad de amar ni el nivel instintivo de ninguna de mis congéneres, como si de un examen o una competición deportiva se tratase. Por el contrario, me enorgullece comprobar a diario que en su ánimo está el dar lo máximo de sí mismas a los que un día trajeron a este mundo.

También desconozco cuál es el perfil, si es que existe, de “madre perfecta” pero, en todo caso, considero que ese supuesto modelo está completamente fuera de la realidad del siglo XXI. De la misma manera que respeto profundamente a las partidarias de la opción más clásica de enfocar y prestar al cien por cien la dedicación a los menores, no dejo de valorar la alternativa de las defensoras de la incorporación femenina al ámbito laboral, a la que además añaden la ardua tarea de atender a los niños, con la responsabilidad y el riesgo que ello comporta.  

En mi medio siglo de existencia he tenido la fortuna de toparme con mujeres que han sido madres, provistas o desprovistas de instinto maternal, solteras, casadas, viudas y divorciadas, y con o sin trabajo (por voluntad propia u obligadas por las circunstancias). En su inmensa mayoría, no cambiarían la experiencia por nada del mundo. La maternidad es tarea de seres fuertes, valientes y decididos, dispuestos a sacrificar su tiempo y su espacio para sacar adelante a unas criaturas que, durante sus primeros años, son totalmente dependientes. Ser madre es un reto al amor y también al dolor, como lo es la vida misma, pero en ningún caso debe implicar el perder por el camino la condición previa de mujer.






lunes, 17 de noviembre de 2014

"UN CASO CLARO DE PREJUICIOS SEXISTAS"





Ayer domingo, los periódicos LA OPINIÓN DE TENERIFE y LA PROVINCIA (DIARIO DE LAS PALMAS) publicaron un reportaje que, bajo el título “UN CASO CLARO DE PREJUICIOS SEXISTAS”, profundiza en las consecuencias sociales del reciente y mediático CASO MONAGO.

Es de todos conocido el escándalo que acompaña desde hace algunas fechas al actual Presidente de la Junta de Extremadura, quien a lo largo de dieciocho meses en su etapa como senador del Partido Popular, realizó un total de treinta y dos viajes a la isla de Tenerife para, entre otras ocupaciones, visitar a su pareja por aquel entonces, la empresaria mexicana de origen colombiano Olga María Henao.

Quiero mostrar a través de estas líneas mi agradecimiento a la periodista Elena Hernández Yanes por su decisión de contar con mi valoración personal y profesional de un tema tan espinoso.

Ha sido un honor para mí compartir esta experiencia con cinco relevantes mujeres, representantes cualificadas de distintos ámbitos de la sociedad canaria:

ELENA MÁÑEZ, Directora del Instituto de Igualdad,

BELÉN ALLENDE, Consejera del Cabildo de El Hierro,

TAMARA DE LA ROSA, Psicóloga,

MARTA ESTHER JIMÉNEZ, Socióloga, y

SILVIA RODRÍGUEZ, Miembro de STEC (Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de Canarias),

así como con JUAN JORGE IVÁN PÉREZ, Decano del Colegio de Psicología.


Adjunto a continuación el enlace con el contenido completo de la noticia: