viernes, 28 de octubre de 2016

INTEGRISTAS DE LA ALIMENTACIÓN SALUDABLE



Artículo publicado en La Opinión de Tenerife el 28 de octubre de 2016

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 1 de noviembre de 2016




Si tuviera que escoger entre comer para vivir o vivir para comer, mucho me temo que me inclinaría por la segunda opción. Quizá sea porque la gastronomía me atrae demasiado y, por eso mismo, huyo de las personas que llevan a cabo un apostolado permanente en lo tocante a la ingesta de comida sana. Y que quede claro que no estoy hablando de quienes tratan de observar unos hábitos de vida lo más beneficiosos posible, cuidando lo que comen y beben y haciendo ejercicio (eso sí, siempre dentro de unos parámetros razonables). Claro que nunca está de más darse algún que otro homenaje, aunque sólo sea para soportar la que está cayendo a otros niveles. 

Digo esto porque, de un tiempo a esta parte, prolifera en nuestro entorno una nueva especie a la que, sin duda injustamente, denomino “integristas de la alimentación saludable”. Su problema, en mi humilde opinión, no estriba sólo en que hayan decidido prescindir del chorizo en pos del apio sino, sobre todo, en que se dediquen a castigar a sus víctimas con discursos cansinos sobre los perjuicios asociados a las ricas viandas. Por ser los más conocidos, tendemos a pensar que la anorexia y la bulimia son los únicos trastornos alimentarios pero, por desgracia, el catálogo de modalidades se amplía a cada paso. 

Debe ser otro de los peajes de este loco mundo desarrollado, tan absurdamente cimentado en el aspecto exterior en detrimento del interior, y que en los países del Tercer Mundo ni se contempla. Para nuestra vergüenza, bastante tienen sus habitantes con sobrevivir y, a veces, ni siquiera eso, porque las estadísticas sobre el hambre son demoledoras. 

Con la denominada ortorexia, hablamos de un comportamiento obsesivo centrado en la búsqueda de un ideal de dieta que roza la patología. Sus partidarios coinciden con anoréxicos y bulímicos en poseer una personalidad metódica, un deseo de perfección estética y un exagerado orden vital. Sin embargo, mientras aquellos se preocupan por las cantidades que consumen, los ortoréxicos se empecinan en su calidad. Como consecuencia, rechazan los que califican como “alimentos peligrosos”, bien porque los consideran insanos, bien porque son el resultado de procesos industriales artificiales. 

Incluyen en esta categoría todo aquello que contenga colorantes, conservantes y saborizantes o haya sido tratado con pesticidas y herbicidas. Ni que decir tiene que la variedad de productos que barajan se reduce a menos de diez, por lo que se exponen a padecer graves carencias nutricionales -al eliminar grupos enteros de alimentos-. Pero no queda ahí la cosa. Además de en la compra, también ponen el foco en los utensilios de cocina con los que elaboran los platos, llámense ollas, sartenes, hornos o recipientes varios. 

Otra característica que les define es que pierden horas y horas en planificar sus menús y en preparar las correspondientes recetas. Para colmo, su preocupación por la influencia de los platos sobre determinadas enfermedades digestivas y respiratorias les condiciona hasta tal punto que son incapaces de comer fuera de casa, ya que en tal circunstancia no pueden ejercer el control preciso sobre los contenidos y la elaboración de las cartas de esos establecimientos en los que se reúnen con familiares y amigos. A ese aislamiento social se añade, además, un gran malestar emocional y un enorme sentimiento de culpa por romper sus propias reglas, que tratan de paliar con suplementos a base de hierbas y remedios naturales (otra tendencia muy de moda, por cierto). 

Cuando se alcanzan estos extremos, resulta fundamental detectar a tiempo la alteración del comportamiento para poder diagnosticarla, tratarla y recuperar de nuevo una conducta alimenticia apta. Con ese fin, los especialistas suelen recomendar una serie de tratamientos que combinan psicoterapia y farmacoterapia. En todo caso, convencer a los afectados de que comer de forma saludable no es incompatible con hacerlo de modo placentero parece un buen punto de partida. Probablemente el mejor.


martes, 25 de octubre de 2016

LA FAMILIA, LA INFANCIA, EL PRESENTE Y EL FUTURO






Acaba de celebrarse en la sede del Centro de la Familia de Tenerife el V SIMPOSIUM SOBRE LA GUARDA Y CUSTODIA DE LOS HIJOS, al que he tenido el privilegio de asistir. 

Bajo el lema LA FAMILIA, LA INFANCIA, EL PRESENTE Y EL FUTURO y a lo largo de dos intensas jornadas, se han desarrollado una serie de ponencias y grupos de trabajo a cargo de relevantes personalidades de los diversos ámbitos relacionados con el tema -jueces, fiscales, mediadores, abogados, psicólogos, trabajadores sociales y educadores-, junto a las propias familias, miembros de ONGS, personal de las corporaciones locales, medios de comunicación y sociedad en general. 

La ruptura de los núcleos de convivencia, separaciones y divorcios, ocurre en gran parte de la sociedad. Es un hecho incuestionable que va en aumento, afectando en primer lugar a los niños y adolescentes que tienen que cambiar aspectos importantes de sus vidas por decisiones legítimas que toman los mayores, pero que no por ello dejan de ser muy dolorosas y, en frecuentes ocasiones, traumáticas. 

Los menores viven con tristeza la separación de sus progenitores, especialmente si es contenciosa y, a veces, en medio de situaciones de maltrato. En estas circunstancias se demanda de los profesionales que trabajamos en estas esferas que llevemos a cabo una labor profunda y una formación permanente, a fin de dar las mejores respuestas, tanto a los pequeños como a las madres y padres que, sin duda, quieren lo mejor para sus hijos. Se trata de armonizar los derechos de los adultos con los derechos de la infancia, dentro de un clima de tolerancia, respeto, no violencia y concordia, y teniendo siempre en cuenta el interés superior de los menores. 

Según el programa de la organización, los objetivos, abordados con éxito han sido los siguientes: 

-Debatir sobre las implicaciones jurídicas y psicológicas que tienen que ver con la infancia y la adolescencia en los procesos de ruptura de los núcleos de convivencia familiar. 

-Valorar las actuaciones que se llevan a cabo desde los diferentes estamentos institucionales y sociales, y aportar soluciones válidas y operativas para las familias y los menores. 

-Escuchar lo que piensan y lo que proponen los niños y los adolescentes sobre estos temas que les afectan directamente. 

-Analizar y ofrecer alternativas válidas para resolver los conflictos en el ámbito de las familias, evitando los litigios y el denominado “maltrato oculto” hacia los niños. 

-Ofrecer información y formación a los diferentes agentes implicados para que ejerzan con mayor eficacia y eficiencia su trabajo en este campo tan complejo de la sociedad. 

Confío en seguir acudiendo a próximas convocatorias para actualizar conocimientos, realizar propuestas y establecer contactos impulsados por un fin común: 

QUE TODOS LOS NIÑOS 
TENGAN UNA INFANCIA FELIZ 
QUE LES GARANTICE UN FUTURO DE PAZ 

viernes, 21 de octubre de 2016

OBRAS SON AMORES



Artículo publicado en La Opinión de Tenerife el 21 de octubre de 2016

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 29 de octubre de 2016





Basta con asomarnos cada día a las portadas de los periódicos, a las cadenas de televisión y a las emisoras de radio para constatar que habitamos en un mundo convulso, donde las desigualdades sociales, los conflictos armados y la crisis de valores, lejos de disminuir, se incrementan a pasos agigantados. 

Sin embargo, pese a esta España paralizada por una clase política bochornosa, situados a las puertas de unas elecciones presidenciales estadounidenses cuyo candidato republicano es paradigma de clasismo, racismo y machismo, impactados por las consecuencias del último huracán en Haití tras su devastador terremoto de 2010 y horrorizados ante el interminable infierno de Alepo -donde los niños no han conocido otra realidad que la de la carnicería permanente, los aullidos de dolor de sus padres y los gestos de desesperación de sus madres-, surge de la oscuridad un colectivo de hombres y mujeres valientes que, portando el mensaje cristiano como inspiración de su amor y de su entrega al prójimo, constituye uno de los más potentes faros de luz para este universo de tiniebla interior. 

Porque sólo desde esa mezcla explosiva de coraje y de fe puede explicarse la decisión de miles de seres comprometidos que salen de su tierra y dejan atrás a su familia para acudir a los enclaves más recónditos del planeta a servir a los demás. A los otros. A los invisibles. Se trata tanto de religiosos como de laicos, cuya generosidad, grandeza de espíritu e inquebrantable amor a Dios les impulsa a emprender la revolución más pacífica de todas: la de entregar su vida al prójimo. Pero no a cualquier prójimo, sino al más castigado por las circunstancias. 

Al carente de salud, de higiene, de educación, de medios, de familia, de trabajo, de fe y de esperanza. Llaman a su puerta chapurreando idiomas impronunciables, pateando aldeas alejadas de la civilización, luchando contra el recelo y la incomprensión de propios y extraños y soportando en silencio los ataques injustos de esos “ideólogos de despacho” que desprecian cualquier iniciativa que huela a curia, a iglesia y a cruz. Ya se sabe que la solidaridad realizada en nombre de Cristo ha de colocarse bajo sospecha y que los justos de hoy deben continuar pagando las facturas de los pecadores de ayer, hayan transcurrido milenios, siglos, décadas, años, días o minutos. 

Por supuesto, no seré yo quien niegue los abusos y los atropellos cometidos en el seno de la Iglesia Católica a lo largo de la Historia, pero ello no me impide reconocer también la admirable labor que lleva a cabo desde su origen en beneficio de millones de personas. Por eso, me resulta paradójico que determinadas propuestas de colaboración social gocen de mayor aceptación si provienen de una ONG o de una institución de tipo civil y no de organizaciones como Cáritas Diocesana o Manos Unidas, máxime cuando el dolor y la necesidad son tan enormes y están tan extendidos que toda ayuda es poca, venga de donde venga. 

Aun así, no parece que existan muchos de estos modernos intelectuales que hayan acogido a niñas violadas y embarazadas en Asia y les hayan dado cobijo. Ni demasiados sesudos filósofos que hayan alfabetizado a cientos de alumnos en miserables escuelas de América Latina. Ni tampoco numerosos científicos reputados que se hayan arriesgado al contagio del virus del ébola en un poblado del África negra. Sea como fuere, ese sentimiento de caridad cristiana lleva orientando con su luz a multitud de misioneros desde tiempos inmemoriales y, para valorar su dedicación y contribuir económicamente a su mantenimiento, el domingo 23 de octubre se celebra la Jornada Mundial de las Misiones- DOMUND 2016 bajo el lema “Sal de tu tierra”. 

Una fecha óptima para agradecer el empeño de estos miles de cristianos en pro de la difusión de unos valores adheridos inseparablemente a la esfera de los Derechos Humanos. Para eso no hace falta ser creyente. Basta con ser bien nacido.


miércoles, 19 de octubre de 2016

DÍA INTERNACIONAL DE LA LUCHA CONTRA EL CÁNCER DE MAMA








Como todos los años, cada 19 de octubre se conmemora la lucha mundial contra el cáncer de mama. Este día tiene como objeto sensibilizar a la población femenina sobre la incidencia de esta patología, recordando que una de cada ocho mujeres desarrollará esta concreta enfermedad a lo largo de su vida. Sin embargo, su supervivencia ha mejorado notablemente de un tiempo a esta parte. La autoexploración, las mamografías periódicas y el avance de los tratamientos ya permiten tasas de curación que rondan 90%.

Los principales factores de riesgo de contraer cáncer de mama incluyen una avanzada edad, una primera menstruación temprana, ser madre primeriza añosa, no haber dado nunca a luz, contar con antecedentes familiares (entre un 5% y un 10% se debe a mutaciones genéticas heredadas), ser consumidora de hormonas y alcohol, y pertenecer a la raza blanca.

Algunas pautas de prevención recomendadas son las siguientes:

-Acudir al ginecólogo para revisiones periódicas.

-Si hay antecedentes familiares de cáncer de mama, consultar al especialista.

-Hacer mamografías periódicas a partir de los 50    años.

-Realizar ejercicio físico regularmente.

-Llevar una dieta equilibrada rica en fibras y evitar las grasas saturadas.

-Evitar hábitos nocivos como el tabaco o el alcohol.

-En caso de notar cualquier alteración en mama o axila, acudir al ginecólogo.



CONCIÉNCIATE

LA DETECCIÓN PRECOZ

ES LA MEJOR ARMA


CONTRA EL CÁNCER DE MAMA

viernes, 14 de octubre de 2016

LA BOCHORNOSA COSTUMBRE DE LAS DESPEDIDAS DE SOLTERO



Artículo publicado en La Opinión de Tenerife el 14 de octubre de 2016

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 14 de octubre de 2016




Como primera medida, me apresuro a aclarar que este artículo no hace referencia a todas las despedidas de soltero/a, sino solamente a las que provocan vergüenza ajena y generan conflictos de convivencia ciudadana. Las habrá sanas, divertidas y que no difieran demasiado de una velada común en la que los amigos del novio o de la novia luzcan, si acaso, la misma camiseta conmemorativa y se limiten a disfrutar de la ocasión sin rozar el poste del libertinaje. Otras, desde luego, no lo son. Ya de paso, en un alarde de sinceridad, confieso que jamás he participado en ninguna de ellas, ni como novia ni como invitada. Y es que la mera posibilidad de tener que simular entusiasmo mientras un fulano al que no he visto en mi vida me sobe la entrepierna o me siente sobre él a horcajadas para alborozo de la turba me produce un profundo rechazo. Por lo visto, el romanticismo también paga peaje. 

Lo cierto es que, de un tiempo a esta parte, las celebraciones que preceden a los enlaces matrimoniales se han convertido en un fenómeno más próximo a la zoología que a la antropología, que está desatando la contundente oposición de sus tan numerosas como sufridas víctimas. En ese sentido, cada vez son más los Ayuntamientos que aprueban normas y ordenanzas con miras a evitar los desmanes ejecutados por hordas de sujetos que, amparadas en el loable motivo de la convocatoria, pierden el norte por completo (siempre con la inestimable colaboración del alcohol y las drogas). Llama la atención que incluso el concejal del Distrito Centro, perteneciente a una formación política tan progre como Ahora Madrid, haya anunciado mano dura y mayor intervención policial para minimizar las molestias de estas cuadrillas que, megáfono en mano, se emplean a fondo en destrozar los tímpanos del vecindario cuando alcanzan la fase de la exaltación de la amistad. 

Claro que, mientras algunos infelices se limitan a sufrir en sus propias carnes la correspondiente peste a vomitona y orín, a otros les embarga el subyugante perfume del negocio redondo y el dinero fresco. Porque, detrás de estas pérdidas de autocontrol en forma de borracheras y excesos de toda índole, se esconde un negocio sumamente rentable para las empresas que se dedican a organizar estos encuentros erótico festivos que, lejos de beneficiar a las ciudades donde tienen lugar -entre las más demandadas figuran Granada, Salamanca, Logroño o Ibiza-, perjudican su imagen y, peor aún, conculcan el prioritario derecho de sus vecinos al descanso y a la tranquilidad. 

Requisito imprescindible es que se trate de enclaves distanciados geográficamente del domicilio de los participantes del festejo, que de ese modo podrán desfilar con sus chabacanos disfraces, penes gigantes, muñecas hinchables y demás complementos presuntamente divertidos sin el riesgo de ser descubiertos por sus más allegados. Este despliegue de ofertas cada vez más sofisticado incluye, además del alojamiento, la cena, la barra libre, el toro mecánico, el tuppersex y el inevitable espectáculo del boy o la stripper de turno, entre otros, por un módico precio que oscila entre los 100 y los 200 euros por cabeza. 

Es obvio que sobre gustos no hay nada escrito. Será por eso que, donde algunos ven inocente diversión y saludable desparrame, otros (entre los que me incluyo) sólo percibimos ordinariez, vulgaridad y falta de respeto, en especial hacia el hombre o la mujer que a los pocos días se convertirá en el compañero de vida. Por otra parte, no deja de resultarme chocante la argumentación que esgrimen los adalides de estas rentables iniciativas, al pretender que sean las propias autoridades municipales las que provean de dispositivos de seguridad y de servicios sanitarios a estas cíclicas concentraciones de fin de semana. No sabía yo que abandonar la soltería fuera equiparable a un partido de fútbol de alto riesgo, pero va a ser que sí.