martes, 29 de enero de 2019

"PALABRAS QUE MEJORAN EL ESTUDIO"







Algunas jornadas resultan especialmente gratificantes y, sin duda, la vivida el pasado martes fue una de ellas. 

Comparto con inmensa satisfacción el presente reportaje, publicado en La Opinión de Tenerife el día 23 de enero, y agradezco a los medios de comunicación la oportunidad que me brindan para continuar difundiendo y promocionando la figura de la Mediación. 

Asimismo, quiero dar la enhorabuena a mis compañeros de MEDIASCAN-Mediadores de Canarias por su entrega y profesionalidad, y al Ayuntamiento de La Laguna por el apoyo recibido. 

Un mundo mejor es posible y hace una semana lo comprobé una vez más escuchando a los alumnos del IES San Matías.

Seguimos...

viernes, 25 de enero de 2019

CUANDO MEDIAR EQUIVALE A REMEDIAR



Artículo publicado en La Opinión de Tenerife el 25 de enero de 2019

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 26 de enero de 2019







El pasado 21 de enero se celebró una vez más el Día Internacional de la Mediación. Se trata de una jornada en la que se pretende dar a conocer de primera mano en qué consiste esta vía alternativa de resolución de conflictos y descubrir la posibilidad de alcanzar soluciones negociadas con la ayuda de un mediador y sin tener que acudir inevitablemente a la vía judicial. Es un procedimiento eficiente y susceptible de realizarse en poco tiempo de forma positiva, distinguiéndose además por su vocación de perdurabilidad, pues los pactos alcanzados entre las partes se mantienen a lo largo del tiempo. Supone la apuesta por la unión frente a la confrontación con miras a evitar la judicialización de las disputas y abre un nuevo horizonte a la Justicia, ya que promueve la “Cultura de la Paz” al constituir un método complementario sumamente idóneo para obtener la mejor tutela. De ahí el creciente afán de numerosas personas por acercarse a ella y formarse en su disciplina. 

Su espectro de aplicación es prácticamente ilimitado, extendiéndose a los ámbitos mercantil, laboral, comunitario, penal, médico, escolar y, por supuesto, familiar, entre otros. En este último, siempre está orientada a la prevalencia del interés superior del menor y a la preservación de su bienestar psicológico. Entre sus múltiples ventajas, destaca la no utilización de los hijos como monedas de cambio, tentación muy recurrente en no pocos procedimientos de separación y divorcio. Para llevar a cabo esta labor se deben poseer amplios conocimientos en distintas disciplinas provenientes del Derecho y la Psicología, además de una serie de cualidades tales como la flexibilidad, la tolerancia y la imparcialidad, no debiendo existir preferencia por que cualquiera de las partes resulte más favorecida que la otra en la negociación.

Características como la rapidez, la economía y la confidencialidad convierten a la Mediación en una opción muy recomendable, siendo un hecho contrastado que un elevado porcentaje de ciudadanos prefiere resolver sus conflictos a través de un acuerdo -aunque este les suponga realizar alguna concesión- y que sólo dos de cada diez son partidarios de trasladar sus discrepancias ante los tribunales. Además, sustituir la filosofía del litigio por la del acuerdo supone un notable ahorro de tiempo y de dinero e, incluso desde un punto de vista emocional, el grado de estrés que lleva aparejado es sustancialmente inferior al de cualquier proceso en sede judicial. 

No obstante, y tras siete años de implantación de la Ley 5/2012 de Mediación Civil y Mercantil, el reto continúa siendo transitar por este camino abordándolo como un proyecto común y superando algunos recelos entre los distintos sectores profesionales a quienes concierne -abogados, psicólogos, pedagogos, trabajadores sociales o educadores sociales, entre otros-, dado que, para alcanzar el objetivo, el trabajo en equipo es fundamental.  A fin de neutralizar algunos argumentos que surgen del escepticismo, cabe resaltar que esta actividad profesional no va en detrimento del ejercicio de la Abogacía, puesto que los propios abogados pueden acompañar a las partes en el proceso de mediación como figuras esenciales del mismo.

Aun así, por desgracia todavía no resulta nada fácil acudir a la Mediación para solventar conflictos en determinados ámbitos y la mera voluntariedad a la hora de recurrir a ella tampoco ha ayudado a ni a la progresión ni al éxito que se merece. Por ello, los mediadores hemos acogido con esperanza el reciente Proyecto de Ley que va a introducir en nuestro país la mediación obligatoria para determinados asuntos como paso previo a la vía judicial. Con dicha medida se torna previsible un descenso en la saturación de trabajo de los juzgados, además de un impulso a otra nueva y gratificante salida profesional para los jóvenes que culminan sus estudios universitarios y a menudo se ven obligados a emigrar en busca de salidas laborales. Ojalá este firme empeño de tantos profesionales fructifique de verdad, porque se precisa de una Justicia más humana, más cercana y más pacífica. 


lunes, 21 de enero de 2019

HOY ESTAMOS DE CELEBRACIÓN






Esta mañana del 21 de enero, Día Internacional de la Mediación, he acudido como cada lunes a los estudios de Canarias Radio La Autonómica, en esta ocasión junto a María Candelaria Viña, presidenta de MEDIASCAN-Mediadores de Canarias (Asociación a cuya Junta Directiva tengo el honor de pertenecer), para difundir tan recomendable vía de resolución de conflictos. 

También nos ha acompañado la directora del Instituto de Educación Secundaria San Matías, May Bretón, con el fin de trasladar a los oyentes un ilusionante proyecto de Mediación Escolar que estamos llevando a cabo con excelentes resultados en diversos centros educativos del municipio de San Cristóbal de La Laguna. 


Gracias de corazón al periodista Eugenio González por permitirnos ser altavoces de buenas noticias, ya que promocionar la Cultura de la Paz es tarea de todos.




viernes, 18 de enero de 2019

QUIEN POCO LEE MAL ESCRIBE Y PEOR HABLA



Artículo publicado en La Opinión de Tenerife el 18 de enero de 2019

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 19 de enero de 2019

Artículo publicado en Faro de Vigo el 21 de enero de 2019

Colaboración para el Magazine del Colegio Hispano Inglés






Me entristece profundamente constatar que en España cada vez se lee menos, se escribe peor y se habla de un modo más deplorable -prensa, radio, televisión y redes sociales incluidas-. Soy una absoluta convencida de que hablar y escribir bien constituyen signos incuestionables que definen nuestra identidad más profunda. Cuanto mayor sea la perfección en el uso de las palabras, así será de efectiva nuestra capacidad de relacionarnos socialmente. Saber comunicar adecuadamente resulta una cualidad fundamental en los ámbitos personal y profesional y, por lo tanto, convendría que nos esforzáramos con afán en dominarla. Además, aprender a expresar las ideas de un modo claro y preciso es una capacidad al alcance de todo aquel que esté dispuesto a dedicar un mínimo de tiempo y  esfuerzo a dicha labor.

No en vano somos seres sociales que necesitamos relacionarnos entre sí para transmitir conocimientos, experiencias, sentimientos y opiniones. Y, teniendo en cuenta que el arte de hablar es el arte de persuadir, quienes se expresen con claridad y precisión se abrirán camino en la vida con mayor rapidez y probabilidad de éxito. Lo mismo ocurre con la expresión escrita. Escribir correctamente es una de las mejores inversiones que cualquier persona puede realizar, pues evidencia una educación que incluye la necesaria y asidua dedicación a la lectura, a la par que le abre las puertas para entender y ser comprendido.

Sin embargo, al contrario de lo que sucede en otros países de nuestro entorno -muy especialmente los de la esfera anglosajona- el sistema educativo español apenas contempla el aprendizaje de técnicas de Oratoria. Allí, los alumnos pugnan por salir a la pizarra para exponer un tema delante de sus compañeros. Desde el tono de voz a la postura empleada, desde el contenido a desarrollar al tiempo dedicado para ello, todo es decisivo. La timidez se trabaja para transformarla en autoestima. Han de desinhibirse, enfrentar el miedo, no acobardarse ante los demás y creer en ellos mismos. Aquí, sin embargo, es patente nuestra carencia formativa en esta área. A los españoles no nos gusta hablar en público (incluida la clase política) y no acaba de calar la idea de que el talento por sí solo ya no es suficiente y de que una persona preparada que, además, sepa hablar, atesora unas posibilidades de futuro muy superiores a las de otra con espectaculares conocimientos pero nulas dotes comunicadoras.

Los expertos en la materia afirman con rotundidad que transmitir con eficacia es una habilidad básica y prioritaria, de tal manera que, mejorando la virtud de la oratoria en niños y jóvenes (se puede aprender a hablar en público a cualquier edad pero, cuanto antes se empiece, mejor) se conseguiría un efecto muy positivo en su rendimiento escolar y en su desarrollo profesional, aumentando los niveles de asertividad, liderazgo y empatía. Es verdad que, cuando se trabaja desde edades tempranas, es más fácil dominar su técnica pero, como no tiene fecha de caducidad, basta con la voluntad intemporal de aprender para completar lagunas y paliar vicios.

Me llama la atención muy favorablemente que en países como Gran Bretaña o Estados Unidos la dinámica parlamentaria se organice en torno a discusiones abiertas y espontáneas, en clara contraposición a las preguntas redactadas de antemano y a los pesados turnos de intervención propios de nuestros Congreso, Senado y Parlamentos Autonómicos. De hecho, también los procesos judiciales los basan en duelos verbales, a diferencia del lento y burocrático modelo hispano. Por suerte para sus ciudadanos, la retórica está en el corazón del debate político, preservando el cordón umbilical que une la oratoria con la práctica democrática.

Creo firmemente que enseñar a leer con asiduidad, a escribir con corrección y a hablar en público con destreza deberían ser tres objetivos ineludibles de nuestro sistema educativo. Sin ellos, el resto de conocimientos adquiridos quedarán huérfanos. Porque una sociedad que lee poco, escribe mal y habla peor está abocada al fracaso más absoluto.



martes, 15 de enero de 2019

MI AMOR POR LA RADIO ES INFINITO





Ayer regresé de nuevo a los micrófonos de RTVC para participar como cada lunes en el espacio LA LUPA, dentro del programa "Buenos días, Canarias", que se emite en las ocho "Islas Afortunadas" (a partir del minuto 54 del enlace de audio adjunto):

http://www.rtvc.es/canariasradio/multimedia/Buenos%20D%C3%ADas%20Canarias%202ª%20parte-7800/14-01-19-356.aspx#.XD9_fxQV-4c



Tras casi diez años de trayectoria en las ondas, compruebo a diario que mi amor por la radio es infinito. 


viernes, 11 de enero de 2019

LA TÓMBOLA DE LA VIDA



Artículo publicado en La Opinión de Tenerife el 11 de enero de 2019

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 12 de enero de 2019




La influencia que el destino ejerce sobre nuestras vidas desde el mismo momento en el que venimos a este mundo es incuestionable. Cada vez que salgo a la calle, leo la prensa o escucho los informativos me duele constatar las desigualdades que conlleva el hecho de haber nacido en uno u otro país, dentro de un determinado seno familiar o bajo una concreta tesitura personal. Esta especie de siniestra lotería resulta todavía más hiriente cuando los poseedores de los boletos son pequeños inocentes cuyo futuro queda marcado para siempre en función del número que les haya tocado en suerte o por desgracia. A veces, basta con cruzar una avenida en nuestra propia ciudad para ser testigos de las abismales diferencias entre chiquillos. Mientras unos carecen de opciones para acceder a tres comidas diarias o de recursos para adquirir los libros y el material escolar, otros alardean del último modelo de teléfono móvil, al tiempo que tiran el bocadillo al contenedor porque no les gusta lo que hay dentro.

Las razones por las que fueron alumbrados son tan diversas como las que determinaron la negativa a otras gestaciones, tan distintas como los rostros de quienes les engendraron, bien a conciencia, bien por accidente. En el caso de las mujeres, el mosaico lo forman desde las que no poseen instinto maternal a las que no conciben pasar por este mundo sin vivir la experiencia de la maternidad, o las que se quedan embarazadas a la primera, o las que llevan años de intentos frustrados, o las que deciden interrumpir su embarazo, o las que son víctimas del imperdonable robo de sus criaturas, o las que conforman una familia numerosa, entre otras. En cuanto a los hombres, están los incapaces de asumir su paternidad, o los que no saben ejercerla como es debido, o los que quieren a ese bebé cuyo destino se arroga en exclusiva su progenitora, o los que tan sólo admiten hijos biológicos, o los que están dispuestos a entregar todo su amor a niños que viven en la otra punta del planeta.

A los trece días de nacer, Alba conoció la brutalidad del rechazo. Fue abandonada por sus padres “naturales” y rápidamente entró en una lista de adopción. Era una bebé preciosa, con hermosos ojos azules y suaves cabellos rubios. Sin embargo, fue rechazada por veinte familias porque nació con Síndrome de Down. Paradójicamente, un hombre la quiso sin siquiera conocerla. Luca, que se ha convertido en su papá, poseía dos condiciones que antes de 2017 lo vetaban en Italia para formar una familia: ser soltero y homosexual. Perdió a su mejor amigo con 14 años a causa de cáncer y desde entonces desarrolló una sensibilidad especial que le impulsó a dedicar su vida a ayudar a personas con capacidades diferentes o víctimas de alguna enfermedad. Albergaba asimismo la ilusión de tener hijos, si bien la ley tan sólo le permitía adoptar a niños con discapacidad severa o problemas de comportamiento.

No le importó. Recuerda que el día que por fin sonó su teléfono corrió al hospital a buscar a su hija de apenas dos semanas y que, al verla  tan pequeña, tan sola y tan frágil, no pudo evitar cogerla entre sus brazos y sentir que desde aquel preciso instante sería su padre. Ahora ya son inseparables. Tristemente, existen millares de bebés que continúan siendo carne de hospicio o que están expuestos a convertirse en víctimas del hambre, la guerra y la inmigración hasta que los mandatarios de turno de este planeta deshumanizado, entre conferencias y cumbres, banquetes y recepciones, se dignen a mover ficha. La posibilidad de que el primer derecho de todo niño, que no es otro que el de tener una infancia feliz, pueda hacerse efectivo, sigue para ellos en el aire por culpa de unas directrices políticas que, lejos de protegerles, les arruinan el porvenir. Menos mal que también existen seres como Luca, que nos animan a conservar la fe en la especie humana.