martes, 31 de marzo de 2020

YA EN CAMINO LA SEXTA NOVELA DE GERARDO PÉREZ




La luz se abre paso entre las sombras gracias a esta conmovedora historia, la sexta ya, nacida de la imaginación del novelista Gerardo Pérez. Cada vez falta menos para su presentación oficial, prevista para el mes de abril y que, aunque deba sufrir un retraso dadas las actuales circunstancias, llegará sin duda más pronto que tarde. 

Así como a su autor, recibir la portada definitiva de “Historia desconocida de mis antepasados” me ha llenado de alegría, máxime en estos momentos de confinamiento domiciliario. En la citada cubierta figura una imagen de la Plaza de San Pedro de la localidad tinerfeña de Güímar tomada a principios del siglo XX, lugar y época donde comienza la historia de amor de sus protagonistas, Isabel y Khafra.

Deseo la mayor de las suertes a Gerardo en esta nueva aventura literaria.




viernes, 27 de marzo de 2020

LAS "MARÍAS" NOS MANTIENEN A FLOTE DURANTE LA CUARENTENA




Artículo publicado en El Día el 27 de marzo de 2020

Artículo publicado en La Provincia el 28 de marzo de 2020





Tantas jornadas de confinamiento sirven, sin duda, para reflexionar y sacar conclusiones de todo tipo. Centrándome en un aspecto muy concreto, no puedo por menos que unirme con entusiasmo a una corriente de opinión que sitúa a los contenidos impartidos en las ofensivamente denominadas “Marías” como nuestros auténticos salvavidas en esta cuarentena. Dicho de otro modo, las que están manteniendo nuestros cuerpos y espíritus a flote. Injusta expresión acuñada durante el franquismo para referirse a las áreas que se superaban con facilidad, sin apenas esfuerzo y carentes de importancia, incluían, entre otras, la Música, la Plástica o la Educación Física. Será porque desde que nací me ha encantado cantar, bailar y hacer deporte, pero ya desde mi época escolar me llamó la atención (por supuesto, para mal) la escasa relevancia que se le concedían a aquellas asignaturas en los planes de estudio, una tendencia que se ha perpetuado hasta el día de hoy. 

En los horarios escolares siguen prevaleciendo las sesiones dedicadas a las asignaturas fundamentales, mientras que las Marías casi estorban, generándose la discriminación de ciertas áreas de aprendizaje. Los padres no consideran que sus hijos deban dedicar apenas tiempo a estas asignaturas, ya que tienen que centrarse en superar las "importantes", y los alumnos, disfruten o no con las “prescindibles”, siguen el consejo de los padres y fijan su afán en aprobar Lengua y Matemáticas. Incluso los profesores dejan a menudo de creer en aquellas, favoreciendo su asequibilidad. Bien es verdad que hace más de cuatro décadas se desconocía la existencia de las inteligencias múltiples. De ahí que los saberes se cifraran sobre todo en dos, asociados a las Ciencias y a las Letras. En consecuencia, los progenitores han convenido tradicionalmente que sus hijos deben dirigir sus energías a superar las materias troncales (en especial, las Matemáticas y la Lengua). Si un alumno las suspende debe repetir. Sin embargo, si no aprueba Plástica o Educación Física, el asunto se subsana. Es el propio sistema educativo el que favorece la minusvaloración de unas asignaturas frente a otras y, como es lógico, ha dado lugar a notables fracasos académicos y a incuestionables vacíos personales generación tras generación. 

El hecho cierto es que con cada principio de curso llega el nuevo horario de las clases y ambos grupos de asignaturas (a saber, las principales y las secundarias) figuran bien diferenciadas. Las primeras multiplican notablemente su peso en horas (y, por consiguiente, en el currículo) respecto de las segundas. El tiempo que dedican los estudiantes a Lengua, Matemáticas, Sociales y Naturales es muy superior. Sin embargo, paradójicamente, son los conocimientos sobre Filosofía, Música, Plástica o Educación Física los que les proporcionan competencias fundamentales para su desarrollo. Así, uno de los objetos de estudio de la Filosofía es intentar conocer la estructura del pensamiento y elaborar razonamientos eficaces. La Música es una forma de expresión que, lejos de constituir una simple distracción, invade numerosos momentos de nuestra vida. Por lo que se refiere a las Artes Plásticas, se alzan como un medio de comunicación muy anterior al lenguaje escrito, sirven como base para multitud de campos profesionales y se erigen como una puerta abierta a la creatividad. Y, en cuanto a la Educación Física, se ha demostrado que la práctica de ejercicio resulta fundamental para mantener una adecuada salud física, mental y, si me apuran, hasta espiritual. Conocer las distintas vías de ejercitarse y los beneficios que conllevan puede ser el antídoto que combata una vida sedentaria, origen demostrado de innumerables patologías. 

No seré yo quien niegue la necesidad de conocer en gran medida la Lengua y las Matemáticas, pero creo que condenar tan a segundo plano las competencias musical, artística, física y espiritual nos perjudica individual y colectivamente. A mi juicio, ha llegado la hora de cambiar de mentalidad en varios ámbitos de innegable repercusión social. Ojalá que estos duros momentos que nos está tocando vivir nos ayuden a ello y seamos capaces de construir un modelo mejor de sociedad.

sábado, 21 de marzo de 2020

PRIMAVERA Y POESÍA COMO BÁLSAMOS PARA EL ALMA



Artículo publicado en El Día el 21 de marzo de 2020

Artículo publicado en La Provincia el 21 de marzo de 2020





Desde tiempos inmemoriales, la llegada de la primavera constituye una inagotable fuente de inspiración para la creación artística y literaria. De hecho, numerosos escritores la han utilizado como recurso estilístico, por ser símbolo de fertilidad y frescura. Encarna en sí misma a la belleza y representa como ninguna otra etapa las ideas de renacimiento, renovación y rejuvenecimiento. Volviendo al ámbito de la literatura, la primavera personifica la juventud, cuando las personas estamos en la flor de la vida, las plantas recuperan sus colores, los pájaros vuelven a escucharse, las jornadas se alargan y el sol brilla con más fuerza. 

Este fin de semana, coincidiendo precisamente con el inicio de dicha estación, se celebra por vigésimo segundo año consecutivo el Día Mundial de la Poesía a instancias de la UNESCO, con el objetivo de “fomentar el apoyo a los poetas jóvenes, volver al encantamiento de la oralidad y restablecer el diálogo entre la poesía y las demás artes, además de lograr que el arte poético no sea considerado un arte caído en desuso, sino una herramienta que permita a la sociedad reencontrar y afirmar su identidad”. Manifiestan desde la citada Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura que la poesía tiene mil caras y emana siempre de lo más profundo de la cultura de los pueblos. 

Por ello, sus responsables vienen respaldando el trabajo de los autores, editores y profesores del mundo entero y desean recordar de nuevo su vigor e importancia artística, a fin de promover la lectura y la creación en una de las expresiones artísticas más auténticas y dinámicas de la Humanidad. El mensaje de los poetas, a menudo testigos de excepción de las profundas transformaciones políticas y sociales de la Historia, es imperecedero. Sus textos nos invitan a forjar una paz duradera en las conciencias, a replantearnos la relación del hombre con la naturaleza y a fundar un humanismo que se nutra de la singularidad y, a la vez, de la diversidad de todos los ciudadanos del planeta. Se trata, no obstante, de una empresa difícil que exige la participación colectiva en escuelas, bibliotecas e instituciones culturales. 

También es importante comprender los profundos lazos que unen a la poesía con las demás artes, ya que no sirve solo para comunicar ideas y transmitir sentimientos, sino que, a costa de una labor incesante de la lengua, mantiene vivo el verbo humano y revela siempre el brillo original de la cultura. Así se entiende, pues, que la defensa de la libertad de expresión y de información, por una parte, y la promoción de la poesía, por otra, sean las dos caras de una misma moneda, que no es otra que el mandato al servicio de la paz. Al igual que Jasón apeló a Orfeo para superar los obstáculos que no podían vencerse por la fuerza física o con las armas de guerra, también nosotros seguiremos necesitando de la poesía durante mucho tiempo para construir en la mente de los hombres y las mujeres esa paz tan ansiada. 

Para finalizar, comparto un texto de los artífices de esta celebración, que tiene lugar desde 1998: "La poesía contribuye a la diversidad creativa, al cuestionar de manera siempre renovada la manera en la que usamos las palabras y nuestros modos de percibir e interpretar la realidad. Merced a sus asociaciones y metáforas, y a su gramática singular, el lenguaje poético constituye, pues, otra faceta posible de diálogo entre culturas, libre circulación de ideas por medio de la palabra, creatividad e innovación. El Día Mundial de la Poesía es también una invitación a reflexionar sobre el poder del lenguaje y el florecimiento de las capacidades creadoras de cada persona". Un hermoso mensaje que ojalá sirva en el inicio de la primavera como un bálsamo para el alma, capaz de mitigar nuestros momentos de profundo dolor.

viernes, 13 de marzo de 2020

ES EL MOMENTO DE DAR LA TALLA



Artículo publicado en El Día el 13 de marzo de 2020

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 14 de marzo de 2020



Desgraciadamente, he conocido y padecido a lo largo de mi andadura vital a numerosas personas tóxicas. Sin embargo, agradezco que, aun a su pesar, me hayan servido como modelos involuntarios de lo que nunca he querido ser. Lo cierto es que, mientras existen seres humanos que despliegan en sus actividades diarias un derroche de amor, equilibrio y positividad, y se dedican a entregar una parte de sí mismos al prójimo, otros cargan un saco de decepciones, problemas y negatividad que van esparciendo permanentemente por el camino de la vida. Suelen creerse en posesión de la verdad absoluta y, en consecuencia, consideran que su forma de proceder está plenamente justificada. Se pueden encontrar en cualquier parte, dentro de la propia familia, en el ámbito laboral o entre los amigos y conocidos, y son fácilmente reconocibles merced a su carácter hiriente, agresivo e inflexible. 

A menudo se exaltan cuando se les contradice y se caracterizan por no respetar otras opiniones distintas a las suyas. El rasgo que mejor les define es su incapacidad de aceptar a los demás tal y como son, con sus pros y sus contras, sus luces y sus sombras, sus virtudes y sus defectos. Se haga lo que se haga, con ellas nunca se acierta, debido a esa patología que les impide ser felices y percibir el lado bueno de las cosas. Siempre contribuyen a generar ambientes de tensión y nerviosismo, de tal manera que, cuando abandonan cualquier reunión, la atmósfera mejora invariablemente y en su ausencia se restablece la sensación de alivio originaria. 

Presentan un compendio de frustración, inseguridad, resentimiento, crítica, necesidad de aprobación y baja autoestima, todo ello con el inevitable trasfondo del egoísmo y de la envidia, los pecados más habituales y que mayores sufrimientos producen en quien los arrastra. Por ello, resulta imprescindible detectarlas con prontitud y, sobre todo, alejarse de ellas lo antes posible. Lo deseable es que, al igual que elegimos objetos o actividades que nos resulten gratos y beneficiosos en detrimento de otros perjudiciales y desagradables, hagamos lo propio con las personas que se cruzan en nuestro destino y optemos por aquellas que nos aporten belleza espiritual y equilibrio emocional. 

He querido centrarme en esta cuestión porque, si de algo me está sirviendo la pandemia de Coronavirus que, al parecer, va a acompañarnos en los próximos meses, es para comprobar los efectos que provoca sobre el comportamiento de la ciudadanía. Situaciones tan extraordinarias como la que estamos padeciendo en la actualidad constituyen el escenario perfecto para constatar hasta qué punto nuestros caracteres resultan fundamentales a la hora de afrontarlas. En este sentido, basta con asistir a algunas reacciones desmedidas que nos trasladan a diario los medios de comunicación y las inevitables redes sociales. 

Según sea nuestra forma de ser, así reaccionaremos a los momentos de crisis y, en función de nuestro talante, decidiremos optar por la serenidad y la sensatez o, por el contrario, nos dejaremos llevar por el desánimo y el pánico. Personalmente, siempre he deplorado esa justificación falaz del “es que yo soy así” para justificar la inflexibilidad y la falta de adaptación ante determinadas realidades, máxime cuando son generadoras de dolor. A mi juicio, todos podemos realizar un esfuerzo por conducirnos de otra manera, siquiera para estar a la altura de las circunstancias. 

Ahora mismo se nos está requiriendo un plus de responsabilidad personal y de solidaridad colectiva. Y es que vivir en sociedad supone también no caer en la toxicidad del pensamiento ni de la transmisión de ideas negativas que, lejos de beneficiar a sus emisores, perjudican a sus receptores. Limitémonos a cumplir las instrucciones que emanan de los expertos. Colaboremos en la consecución del objetivo. No nos convirtamos en un obstáculo más, ni con nuestras palabras ni con nuestras obras. Sin duda vendrán tiempos mejores pero, hasta que lleguen, es momento de dar la talla.

https://www.eldia.es/opinion/2020/03/13/momento-dar-talla/1060175.html

martes, 10 de marzo de 2020

POR ESCRITO Y TAMBIÉN DE VIVA VOZ




Ayer, durante mi visita semanal a Canarias Radio La Autonómica, intervine junto al periodista Eugenio González en el espacio “La lupa” para llevar a cabo esa obligada reflexión sobre el 8 de marzo que daba título a mi último artículo publicado en prensa y que dediqué con emoción y agradecimiento infinitos a esos millones de mujeres sin cuyos sacrificios y renuncias no hubiera sido posible continuar avanzando en el terreno de la igualdad de género. 

Mujeres como mi madre, que me dio mucho más que la vida, y cuyo ejemplo me acompañará eternamente. 

Hoy, dos días después de dicha jornada de reivindicación, continúo luchando para lograr la sociedad igualitaria que nos corresponde y, por supuesto, continuaré haciéndolo en el futuro, si bien cada vez más convencida de que solamente alcanzaremos tan justo objetivo desde el respeto y la sensatez (a partir del minuto 61 del enlace de audio adjunto).