Con esta imagen de hace ya algunos años, quiero trasladar de nuevo la profunda emoción y la sensibilidad a flor de piel de una pamplonesa que vive el 7 de julio lejos de la amada ciudad que la vio nacer.
Mi mente, mi alma y mi corazón se encuentran más que nunca en la acogedora Perla del Norte, por cuyas calles transita en esta magna jornada de celebración la Procesión de nuestro excelso patrono.
Que su rojo manto protector se extienda sobre paisanos y visitantes para que nuestras fiestas universales transcurran felizmente y en paz.
Ayer, hoy y siempre ¡VIVA SAN FERMÍN!
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