¡Qué gratificante resulta pasear entre almendros en flor y desconectar durante algunas horas de las actividades cotidianas!
Se experimenta una comunión sanadora con la naturaleza y se recibe una indispensable recarga de energía para afrontar los retos que siempre nos depara la vida.
Si tienen oportunidad, disfruten de las rutas organizadas a lo largo de estos días en diversos enclaves de la maravillosa isla de Tenerife.
Les aseguro que cuerpo, alma, mente y corazón se lo agradecerán extraordinariamente.
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