Coincidiendo con el lunes más próximo a la fecha del 15 de octubre, festividad de mi venerada Santa Teresa de Jesús (fuente inagotable de inspiración espiritual y literaria), el pasado 14 se celebró el Día de las Escritoras, con el objetivo de recuperar el legado de tantas mujeres que han hecho de la literatura su vida.
Visibilizar su trabajo y combatir la discriminación sufrida por ellas a lo largo de la Historia constituye para mí un profundo deber moral, una ineludible obligación social y, sobre todo, una inmensa satisfacción personal.
Deseo, pues, compartir de nuevo mi pasión por las letras recordando un año más a aquella pequeña estudiante que adoraba leer y escribir, y que aún hoy continúa trasladando al papel sus reflexiones, pensamientos e inquietudes.
A todas mis compañeras de pluma, felicidades de corazón.
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