Artículo publicado en La Opinión de Tenerife el 28 de julio de 2017
Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 31 de julio de 2017
Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 31 de julio de 2017
Todas las fuerzas políticas con representación en el Parlamento de España acaban de firmar por unanimidad un histórico pacto destinado a atajar el espeluznante fenómeno de la violencia de género. Adjudicando una partida presupuestaria de 1.000 millones de euros y creando un plan integral compuesto por 200 medidas, han sellado un acuerdo largamente anhelado, con la finalidad de combatir una de las mayores lacras sociales que padece nuestro país. La responsabilidad de esta gestión no recaerá sólo en el ámbito estatal, sino que se coordinará de modo más eficiente con las Administraciones autonómicas y locales, abriéndose también la participación a otras organizaciones sociales. Se trata de que tanto las mujeres como sus hijos queden protegidos desde el primer momento y, para esta prevención precoz, se pondrán en marcha en los servicios de Urgencias y de Atención Primaria de los Centros de Salud una serie de protocolos de detección y se introducirá una clave de seguimiento en cada historia clínica.
Por motivos profesionales, me gustaría incidir en primer lugar en los puntos relativos al ámbito judicial, entre ellos la supresión para los agresores de la atenuante de confesión y de la opción de la custodia compartida. Asimismo, se ampliará la condición de víctimas a aquellas mujeres que todavía no hayan interpuesto denuncia penal. Por lo que se refiere a los hijos, recibirán atención psicológica y pedagógica y contarán con acceso prioritario a becas y pensiones de orfandad. Quedará prohibida su asistencia a los establecimientos penitenciarios donde están recluidos sus padres maltratadores y se suspenderán los regímenes de visitas establecidos en las sentencias de divorcio y separación. Se suprimirán también las atenuantes de confesión y de reparación del daño, y se perfeccionará la tipificación de los delitos cometidos en la esfera digital. Igualmente, a fin de evitar espacios de impunidad, se revisará el derecho de dispensa, por el cual la agredida no estaba obligada a declarar en sede judicial.
Otro avance notable es el referido a la creación de unidades de apoyo multidisciplinares. Existirá un seguimiento individualizado de cada caso en concreto para garantizar la ayuda y evitar el riesgo de agresiones. Para ello, habrá unidades policiales con formación específica en violencia de género que prestarán atención las 24 horas del día y en las valoraciones de riesgo se incluirá a los menores afectados. Como aspecto fundamental, se impulsará la difusión a través de los medios de comunicación de una imagen femenina libre de estereotipos y se desarrollará un código de publicidad no sexista, imprescindible en estos tiempos que corren. En este sentido, se podrá denunciar la divulgación de contenidos vejatorios y discriminatorios hacia la figura de la mujer. Además, quienes ostenten la patria potestad de los huérfanos por causa de la violencia de género podrán acogerse a desgravaciones y beneficios tributarios, así como a acceder con prioridad a una vivienda protegida.
Para concluir he dejado el que, a mi juicio, es el eje sobre el que gira todo lo expresado anteriormente: la educación. Es en este terreno donde se debe entablar la lucha más firme para erradicar este horror que nos denigra como especie. A partir de ahora, en todos y cada uno de los ciclos educativos se impartirán asignaturas obligatorias que aborden estas temáticas (violencia de género, machismo, conductas agresivas) y, al mismo tiempo, propicien su prevención, y también en los centros escolares se seguirá un protocolo para la detección precoz de situaciones de violencia de género. Ojalá a este Pacto de Estado le sigan otros enormemente necesarios. Sin ir más lejos, el de la Educación debería ser el siguiente. Nuestros representantes políticos, tan proclives a mover ficha según sus fríos cálculos electorales, deberían tener en cuenta que los ciudadanos sabemos premiar con nuestro voto la generosidad, la flexibilidad y la amplitud de miras que, en esta ocasión, todos ellos han demostrado poseer. La unión hace la fuerza y, si es en aras del bien común, mejor que mejor.
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