martes, 5 de junio de 2018

DESDE LA TRIBUNA DEL PARLAMENTO DE CANARIAS






En la tarde de ayer tuve el honor de llevar al Salón de Plenos del Parlamento de Canarias para su posible lectura el discurso que mi admirada Clara Campoamor dirigió a sus compañeros diputados en las Cortes el 1 de octubre de 1931. Esta actividad forma parte del Curso de Oratoria y Locución Audiovisual que comencé en el mes de septiembre y terminaré en julio. Las palabras de Campoamor son un faro para todas las mujeres que luchamos por la igualdad, la justicia y la paz. De sus sabias reflexiones extraeré un par de fragmentos muy reveladores, no sin antes agradecer de todo corazón a mi maestro Manuel Herrador, a Centauro Congresos y a mis queridos compañeros su entrega y cariño infinitos.

Yo, señores diputados, me siento ciudadano antes que mujer, y considero que sería un profundo error político dejar a la mujer al margen de ese derecho, a la mujer que espera y confía en vosotros; a la mujer que, como ocurrió con otras fuerzas nuevas en la Revolución Francesa, será indiscutiblemente una nueva fuerza que se incorpora al derecho y no hay sino que empujarla a que siga su camino.

No dejéis a la mujer que, si es regresiva, piense que su esperanza estuvo en la dictadura; no dejéis a la mujer que piense, si es avanzada, que su esperanza de igualdad está en el comunismo. No cometáis, señores diputados, ese error político de gravísimas consecuencias. Salváis a la República, ayudáis a la República atrayéndoos y sumándoos esa fuerza que espera ansiosa el momento de su redención.



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