viernes, 22 de junio de 2018

PROXENETAS DE CUERPOS Y ALMAS



Artículo publicado en La Opinión de Tenerife el 22 de junio de 2018




Con una mezcla de tristeza y repugnancia me entero de las conclusiones de un informe elaborado por un equipo de profesionales de la Universidad de La Laguna a instancias del Instituto Canario de Igualdad, según el cual la población canaria normaliza la prostitución y casi la mitad de ella entiende que el motivo que lleva a las mujeres a practicarla es “la búsqueda de placer”. El hecho de que los tres negocios más rentables a nivel internacional -el tráfico de armas, la prostitución y las drogas- sean ilegales o clandestinos ya habla pésimamente de una significativa porción de habitantes de este planeta. Ante una realidad tan dantesca, lo más cómodo es pensar que los ciudadanos particulares poco o nada podemos hacer para mejorar esta situación. Sin embargo, algunos huimos de la resignación y plantamos cara a esta gravísima problemática social, denunciando, concienciando y luchando por cambiar nuestro mundo. 

Una de estas personas idealistas es Mabel Lozano, quien ha venido desarrollando en los últimos años una sólida carrera como documentalista especializada en el ámbito de los Derechos Humanos y que ahora presenta su reciente libro “El proxeneta, la historia real sobre el negocio de la prostitución”. Desde que escribió y dirigió su primer título, “Voces contra la trata de mujeres”, ha seguido rodando nuevos trabajos con una clara y permanente finalidad divulgativa y educativa. Dicha labor se ha visto reconocida con importantes galardones, como el de Avanzadoras de Oxfam Intermon, el Premio del Festival de Cine de Málaga y la Cruz al Mérito de la Policía Nacional. De hecho, el citado documental viene siendo utilizado en España en la formación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. 

En 2015 presentó “Chicas nuevas 24 horas”, otro testimonio cinematográfico de indudable relevancia sobre el terrible fenómeno de la trata de niñas y mujeres. Es tal la magnitud de este drama que la Cámara de Diputados del Parlamento de Paraguay lo declaró de interés nacional y ya se proyecta en los colegios del citado país. De hecho, en la elaboración de su trascendental mensaje colaboraron diversas entidades, desde la Abogacía Española hasta la Oficina de la ONU para la Igualdad de Género y Empoderamiento de las Mujeres. Durante poco más de sesenta minutos, Lozano muestra -a veces con ironía, a veces con crudeza- la rentabilidad del negocio de un sexo basado en la vulneración de los derechos de la mujer y en el pisoteo de su dignidad. 

No se trata de una crónica moralista ni al servicio de proclamas religiosas. Tan solo plantea con honestidad una sangrante problemática a la que nadie parece querer enfrentarse ni atajar con contundencia, anclada permanentemente en una interesada ambigüedad jurídica y en unos laberintos éticos artificiales que conducen a un limbo en el que las víctimas yacen desamparadas. A través de demoledoras confesiones personales, tanto de las propias explotadas como de miembros de asociaciones, policías, fiscales, periodistas y organizaciones no gubernamentales, la cineasta aborda este espinoso tema de un modo realista y sincero, lejos de la sorna y de la falta de rigor con los que suele ser expuesto habitualmente. 

No ofrece ni un mero plano que pueda calificarse de lascivo. Tampoco recurre al desnudo de los cuerpos. Por el contrario, se centra en otro desnudo mucho más flagrante: el de los derechos de niñas, adolescentes y jóvenes que mueven a compasión y provocan indignación ante el rostro más sórdido y macabro de la naturaleza humana. A la vista de los preocupantes resultados del informe solicitado por el ICI a la ULL sería conveniente que, siguiendo el ejemplo paraguayo, estos documentales se exhibieran también en nuestros centros educativos y fueran un instrumento de concienciación y mentalización destinado a erradicar una tragedia que nos denigra como especie. Agradezco profundamente, pues, a Mabel Lozano su permanente compromiso social y su enorme esfuerzo en pos de un objetivo tan loable como el de la recuperación de la dignidad de las mujeres.

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