Artículo publicado en La Opinión de Tenerife el 8 de marzo de 2019
Artículo publicado en El Día el 8 de marzo de 2019
Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 9 de marzo de 2019
Una tarde de abril de hace casi diez años me senté
frente a un ordenador y, movida por la necesidad de compartir un concreto sentimiento,
comencé a escribir el que sería mi primer artículo de opinión, titulado “Conciliación
familiar y laboral: la gran estafa”. No podía imaginar por aquel entonces que
dicho texto encontraría, merced a una querida amiga del colegio, un hueco en
las páginas de El Diario Vasco para, desde allí, abrirme las generosas puertas
de La Opinión de Tenerife y, posteriormente, de La Provincia (Diario de Las
Palmas), de El Día y de otras publicaciones canarias y peninsulares.
Meses más
tarde, y con el ánimo de poner a disposición de mis posibles lectores todas las
ideas que pugnaban por salir de mi cabeza y de mi corazón, nació el blog “Lo
que muchos piensan pero pocos dicen”, que ya reúne más de setecientas entradas
de temáticas diversas, destacando entre ellas la violencia de género, el acoso
escolar y la Mediación, mis permanentes cruzadas.
El destino me ha permitido, asimismo, compatibilizar
la pluma con la voz y colaborar en varias emisoras de radio desde las que poder
defender las causas de la justicia, la igualdad y la paz. Por eso, creo que el
8 de marzo es un inmejorable día para agradecer su apoyo y cariño a cuantos
responsables de medios de comunicación han confiado en mí y a todos y cada uno
de mis compañeros de micrófono a lo largo de esta década.
Por supuesto, yo
también me sumo de nuevo a la convocatoria mundial de reivindicación femenina, persuadida
de que no debe ser instrumentalizada y ha de trascender a edades, profesiones,
ideologías políticas, creencias religiosas, doctrinas económicas y clases
sociales y por ello no acudiré a mi trabajo ni desarrollaré ninguna de mis
actividades habituales.
Curiosamente, como si se cerrase un círculo mágico al
cabo del tiempo, ha sido un estudio sobre la conciliación personal, familiar y
laboral en Canarias realizado por la asociación Charter 100 Tenerife (a cuya
Junta Directiva tengo el honor de pertenecer) el que me ha devuelto a aquella
tarde de abril, a aquel punto de partida en el que quise canalizar mi
frustración ante el escenario tan injusto que se abría ante mis ojos,
observando a infinidad de mujeres agotadas por el ritmo
frenético de ocupaciones al que se veían sometidas trabajando dentro y fuera de
casa y soportando el cargo de conciencia de no poder atender a sus propios
hijos por falta de tiempo y de energías.
Contemplando
a madres exhaustas que apenas encontraban un hueco para
practicar deportes o disfrutar de aficiones en beneficio propio y a padres que
no estaban dispuestos a arriesgar sus ascensos por llevar a los niños al
pediatra o ir al supermercado. En definitiva, por más que buscaba las grandes
ventajas de aquel progresista y avanzado modelo femenino, sólo me daba de
bruces con los inconvenientes que generaba, principalmente para las propias
afectadas y, como si fuera una torre de naipes, para el resto de la
sociedad.
Es cierto que se vislumbran algunos avances en cuanto a la actitud y la
buena voluntad por parte de un número cada vez más significativo de hombres,
pero las rutinas masculinas han variado mínimamente y no podemos seguir así. Me siento enormemente orgullosa de ser mujer, hija,
esposa, madre, amiga, compañera y simple ciudadana. Doy gracias infinitas a mis
antepasadas, especialmente a mi Pilar -la extraordinaria dama que me dio mucho
más que la vida- todo su esfuerzo por que sea lo que soy hoy, y a millones de
heroínas como ellas les ofrezco mi más sincero homenaje.
Deseo decirles, allá
donde estén, que su paso por este mundo no ha sido en balde, pues sus renuncias
han dado frutos abundantes en las generaciones posteriores. Siguiendo su
estela, me comprometo públicamente a continuar luchando por las niñas y las
jóvenes que recogerán nuestro testigo para que gocen de un futuro en el que
mujeres y hombres, sin exclusión, caminemos juntos de la mano, unidos en la
igualdad.
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