Tus pies toco en la
sombra y otros poemas inéditos, el libro póstumo del insigne poeta Pablo Neruda, acaba
de llegar a las librerías precedido de su condición de “lanzamiento más
importante del año”.
Se trata de veintiún
poemas que habían escapado al ojo atento de Matilde Urrutia, viuda del Nobel
chileno, que fue la primera persona que emprendió la búsqueda de textos
inéditos de su esposo. Fue hace casi cuatro años cuando la Fundación que lleva
el nombre del celebrado autor se propuso elaborar un catálogo de originales y,
al proceder a revisar las cajas de documentos, se toparon con la inesperada
sorpresa.
Alumbrados después de Canto
general (1950), estos escritos abarcan ese largo período de madurez lírica
que se extiende desde el inicio de la década de los cincuenta hasta la muerte
del poeta, en 1973. Son versos con entidad propia y de una, en palabras de Pere
Gimferrer (que prologa la obra), “liberadora fortaleza verbal”.
Para ordenarlos se ha
optado por un criterio temático, agrupándolos en “poemas de amor” (los seis
primeros) y “otros poemas” (los quince restantes), que versan también sobre
grandes ejes tales como cuestiones autobiográficas, aspectos de su patria o
recuerdos de sus viajes. Destaca especialmente el hecho de que se haya
respetado la ortografía original, sobre todo en lo referente a la ausencia de
signos y puntuación.
Supo Neruda que el “tú y
yo” del amor interioriza en la intimidad el diálogo de cada corazón con los
otros y del ciudadano con la sociedad. Por eso, defendió la alegría y el amor
feliz, la prueba última de que es posible pronunciar al viento la palabra
“nosotros”.
Y también supo que la palabra del poeta es algo más que un adorno. Es un modo de ser dueño
de uno mismo, de la propia conciencia y de la mirada personal.
Con Neruda empieza todo,
igual que con Juan Ramón, Machado, Lorca, Alberti, Cernuda o Valente. Porque,
mientras el vivo regresa de su cansancio, el oficinista, de su oficina, la
abogada, de sus pleitos y la maestra, de su escuela, la poesía siempre vuelve a
darle una vuelta al mundo, a la necesidad de sentir, de ser nosotros mismos y
de encontrar una respuesta a la vida que aprieta.
Mmm qué delicia, Myr. Lo apunto para degustarlo poco a poco.
ResponderEliminarGracias preciosa.
Un besote invernal.
Yo también lo tengo en mi lista de próximas lecturas. La buena poesía es siempre una inversión rentable para el alma.
ResponderEliminarMás besos
MYRIAM