La vigente Constitución Española de 1978 es la norma
suprema de nuestro ordenamiento jurídico.
El primero de sus ciento sesenta y nueve artículos
reza como sigue:
Artículo 1.
1. España se constituye en un Estado social y
democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento
jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.
2. La soberanía nacional reside en el pueblo
español, del que emanan los poderes del Estado.
Ayer se celebró en el Parlamento de Cataluña una pantomima, fruto de la cual se aprobó una supuesta declaración de soberanía del pueblo catalán.
Todo lo que, como ciudadana, como asesora jurídica y como
española me gustaría expresar a través de estas líneas, lo hizo Albert Rivera
por mí.
Suscribo al cien por cien sus palabras y las pongo a disposición de
quienes, por la razón que sea, hayan recalado en este blog.
Merece la pena dedicar unos minutos a visionar la
intervención en el estrado de este político joven, cuerdo y valiente.
Enhorabuena, Albert. Y, sobre todo, gracias por ser
la voz de tantas personas que pensamos lo mismo que tú.
No estás solo.
La declaración votada en el Parlamento de Cataluña, denominada "soberanista" va contra la Constitución y, por ello, contra la norma que les otorga legitimidad a esos diputados que la aprobaron. Porque esos que se denominan "representantes del pueblo catalán" lo son porque se los reconoce la Constitución y el sistema democrático creado bajo su vigencia. Pero no solo va contra la Constitución, va contra las normas de la Unión Europea, va contra el derecho Internacional, va contra el sentido común, la inteligencia...
ResponderEliminarPero ahí tienes a esos políticos que se creen salvadores de la tierra, libertadores de la nada. Ahí tienes a los ciudadanos que les aplauden (y sobre todo les votan).
Gerardo, muchas gracias por tu comentario a esta entrada de mi blog.
ResponderEliminarDe sobra sabes que coincidimos al cien por cien en este asunto, como en tantos otros.
Me siento muy afortunada por poder disfrutar de tu sabiduría jurídica y de tu enorme talento como profesor de Derecho Constitucional.
Sigue así. Tu siembra tendrá frutos.
Un beso
MYRIAM