Acojo
con satisfacción la noticia de la elección de la cinta de Gracia Querejeta “Quince
años y un día” para optar a los Oscar de Hollywood en la categoría de mejor
película de habla no inglesa. De todas las candidatas españolas era,
probablemente, la que contaba una historia más universal y, por lo tanto, más
reconocible en cualquier lugar del mundo.
Fui
a verla el mismo fin de semana de su estreno, a primeros de junio, siguiendo mi
casi ancestral costumbre de acudir al cine los domingos a media tarde. Ya había
disfrutado anteriormente de otras obras de su realizadora, con quien comparto
edad, circunstancias y orígenes norteños. Todavía recuerdo con agrado las
proyecciones de “Cuando vuelvas a mi lado” y “Siete mesas de billar francés”.
Y,
como era de esperar, la hija del recientemente desaparecido productor Elías
Querejeta –cuánto le debemos los cinéfilos a este "pequeño gran hombre"- no me
defraudó. Este último largometraje, dedicado por cierto a su progenitor, no es
ninguna condena, como podría deducirse del título escogido. Bien al contrario,
es una puerta abierta a la reinserción física y moral de unos personajes
sólidos y plenos de matices cuya existencia transcurre sobre una montaña rusa. Seguramente,
como la de todos nosotros.
Su
guion sin trampas, cercano y honesto es la enésima muestra de que la cineasta
antepone la palabra a la imagen. Otra de nuestras coincidencias. Como la de ser
madres de hijos adolescentes. Como la de asistir a su evolución física y
psicológica con una mezcla de miedo y adoración. Un milagro.
Y,
sobre todo, ese dominio de los silencios que Querejeta ejerce con maestría. Sin
artificios. Sin trucos. Haciendo fácil lo difícil. Sin cargar las tintas en el
drama. Sin banalizar el optimismo. Aferrada a la esperanza de un futuro mejor.
Un
reparto ajustado y sin estridencias –sensacionales Maribel Verdú y Susi
Sánchez- pone la guinda a un proyecto digno que mueve a reflexión. Lo de menos
es que gane la estatuilla dorada. Lo de más, todo lo demás.
Más noticias sobre el Séptimo
Arte en www.cineenpantallagrande.blogspot.com,
donde tengo la fortuna de colaborar desde sus inicios.
La tengo que ver. Aprendo tanto de ti, querida amiga! Besicos forales! Rose.
ResponderEliminarEstoy segura de que te gustará. Encontrarás puntos en común y disfrutarás de sus silencios y de sus miradas como hice yo. Y de una San Sebastián tan divina como de costumbre. Y de las playas del Mediterráneo donde se curan las penas del alma.
ResponderEliminarBesos atlánticos.
MYR