miércoles, 11 de septiembre de 2013

UN GRANO DE ARENA





Enfrentada de nuevo a la rutina, observo que apenas ha cambiado nada tras el paso del verano. Detecto en la calle una especie de tristeza generalizada, acompañada de un miedo a ese futuro cada vez más incierto.

Durante mis vacaciones decidí recoger el guante lanzado y seguir colaborando en prensa y radio, con el ánimo de aportar mi pequeño grano de arena para mejorar la crítica situación que, en mayor o menor medida, todos estamos atravesando y que, por desgracia, trasciende a la mera economía y hunde sus raíces en la desaparición de algunos principios que hasta hace bien poco eran incontestables.

Protestar sin proponer soluciones, por mínimas que sean, es tan fácil como injusto y es una actitud que rechazo frontalmente.

Por ello, y como primera medida, voy a transcribir unas palabras de Mahatma Gandhi en relación a los factores que, según él, destruyen al ser humano:


La política sin principios

El placer sin compromiso

La riqueza sin trabajo

La sabiduría sin carácter

Los negocios sin moral

La ciencia sin humanidad

La oración sin caridad


Cada uno de estos puntos encierra una verdad sobre la que vale la pena profundizar y cuyo cumplimiento haría de este mundo un lugar radicalmente distinto del que hoy es. Si a ellos les añadimos el siguiente planteamiento, básico para acompañar los destinos de toda persona, tal vez consigamos virar el rumbo:

“Mucha gente, especialmente la ignorante, desea castigarte por decir la verdad, por ser correcto, por ser tú. Nunca te disculpes por ser correcto o por estar años por delante de tu tiempo. Si estás en lo cierto y lo sabes, que hable tu razón. INCLUSO SI ERES UNA MINORÍA DE UNO SÓLO, LA VERDAD SIGUE SIENDO LA VERDAD”.

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