Artículo publicado en La Opinión de Tenerife el 16 de noviembre de 2013
Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 16 de noviembre de 2013
Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 16 de noviembre de 2013
Aunque han pasado ya unos cuantos días, todavía me duele
el escroto que no tengo desde que visualicé a un joven, de nombre Pavlenski y
de profesión artista, con sus partes íntimas clavadas en los adoquines de la
Plaza Roja de Moscú. El también activista permaneció desnudo, inmóvil y
observando silente sus partes nobles, mientras ejecutaba una performance denominada “Fijación”, a la que
calificó de "metáfora de la apatía, indiferencia política y fatalismo de
la sociedad actual rusa". Con un par, y nunca mejor dicho.
Inmediatamente me vino a la mente otra manifestación artística
alternativa que en su momento perpetró la también alternativa intérprete Tilda Swinton
en una sala del MoMA (Museo de Arte Moderno de Nueva York). Dentro de una vitrina de cristal y vestida
con camisa azul, pantalón vaquero y zapatos, se tumbó sobre una cama y estuvo
durmiendo alrededor de ocho horas, mientras los visitantes de la exposición
trataban de amortizar a duras penas el precio de la entrada al recinto. “The
Maybe (El quizás)” se titulaba la obra. Su autora, Cornelia Parker, mediante un
cartel adjunto, describía el despropósito como “actriz viva, cristal, acero,
colchón, almohada, lino, agua y anteojos”. Con otro par, de ovarios en este
caso.
El caso es que, regresión por regresión, recordé asimismo
un reportaje de cámara oculta emitido por televisión en 2010. El objetivo de
sus responsables era demostrar que los muros de la Feria de Arte Contemporáneo
ARCO acogían algunas obras de arte, como mínimo, discutibles. Para ello,
colgaron en una de las paredes y de forma clandestina un cuadro al óleo realizado
en una guardería madrileña por niños de tres años. Preguntados los sesudos
visitantes y potenciales clientes sobre los sentimientos que les provocaba la
pintura en cuestión, muchos de ellos no dudaron en afirmar que, sobre todo,
"desesperación". Unas jóvenes añadieron además ciertos toques de
"angustia" y "tristeza".
Incluso un señor de mediana edad matizó que la citada desesperación nacía del
esfuerzo por "buscar un camino nuevo". Aunque, sin duda, mi reflexión
favorita la vertió un experto que intuyó en el artista (a quien imaginó varón,
de gran experiencia y no menor grado de meditación) “una carga erótica muy
grande pero también una represión muy grande”. Textual. Todo muy grande. Como
el tamaño de la tomadura de pelo.
Los amantes del arte más clásico y menos contemporáneo
vivimos tiempos difíciles. Hoy por hoy, la belleza se considera un concepto
retrógrado, propio de generaciones ancladas en el pasado e incapaces de asumir
las sacrosantas vanguardias. Los creadores, en sus diversas modalidades, desde
la pintura a la escultura, desde la música a la danza, desde el cine a la
literatura, depositan en el escándalo y en la transgresión el secreto de su
éxito, como si abogar por la elegancia y el equilibrio fuera un atraso
manifiesto. Si, además, el mensaje que transmiten resulta ininteligible, mejor que
mejor. Así condenarán a los ciudadanos normales a explicaciones complicadísimas
sobre el sentido de sus esculturas, cuadros, partituras, coreografías o películas.
Paradójicamente, esa aparente subversión anti-sistema de la que hacen gala
suele estar a menudo subvencionada desde las esferas del mismo poder objeto de
sus críticas y cuyos máximos representantes presumen de progresismo y
modernidad mientras financian con fondos públicos los esperpentos de rigor. Que
yo sepa, Miguel Ángel, Velázquez o Mozart siguen causando admiración con el
transcurso de los siglos sin necesidad de ulteriores explicaciones. Tal vez sea
porque emitir cualquier sonido no equivalga a cantar, ni convulsionar sin
sentido sea sinónimo de danzar, ni trazar una serie de garabatos pueda
equiparse a pintar.
No seré yo quien critique a aquellos que, desde la
libertad y el respeto, se expresen como sus mentes y sus cuerpos les den a
entender. Yo también lo hago. Pero, por lo menos, me abstengo de calificar como
obra de arte lo que, en el mejor de los casos, es un mero ejercicio expresivo
y, en el peor, un engendro de tomo y lomo.
Myr, de acuerdo contigo, como siempre, eres mi voz!!!! Rose
ResponderEliminarGracias, princesa.
ResponderEliminarNo se me ocurre mejor manera de comenzar la semana que leyendo comentarios como el tuyo.
Para mí también es muy satisfactorio coincidir con tu forma de pensar y de actuar. Eres un modelo a seguir.
Un beso desde el corazón y feliz día.
MYRIAM
Verdaderamente lo bello es eterno...
ResponderEliminarY en el arte, como todo, hay mucho "modernismo" efímero, que como tal, caerá en el fondo del caldero a fuego lento.
Un beso, querida Myriam.
Así es, Juan. Comparto tu reflexión al cien por cien.
ResponderEliminarAprovecho la ocasión para manifestarte a través de estas líneas mi admiración por tus cualidades artísticas, que son tantas y tan diversas. Eres una especie de Da Vinci contemporáneo, aunque a veces la timidez te juegue malas pasadas.
Espero que el segundo autógrafo de tu inminente exposición lleve mi nombre. El primero se lo cedo a Gladys porque todavía le quiero más que a ti...
Gracias por tu apoyo y un abrazo atlántico y otoñal.
MYRIAM
Querida Myriam....me sigues avergonzando con tus halagos.
ResponderEliminarPero no te lo tomaré en cuenta, por lo mucho que nos queremos.
Seguiré leyéndote aún más por este medio, o por cualquier otro. Buscaré más tiempo., y no estaría mal ponernos la "tarea" de leernos una nueva exquisitez cada día, o cuando se tercie, con el aroma del buen café de José.
Sería, por ejemplo, el título a un nuevo escrito, o la primera frase de un nuevo poema...
Te echo el guante...
Un beso.
Juan Luis.
¿Quien se acordará dentro de 100 años de Pavlenski o de Tilda Swinton? Sin embargo, Velzquez, Goya, Rubens, Van Gogh, Picasso y tantos otros, serán recordados por los siglos de los siglos. Que la Historia ( y la memoria colectiva) juzgue el arte de cada uno, y certifique quién permanece y quién será olvidado. Asi de simple y asi de cruel.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo con su comentario, Volcano. Está cargado de razón y de lógica.
ResponderEliminarAprovecho la ocasión para agradecerle sinceramente su colaboración en mi blog, del que sé que es seguidor y espero seguir contando con sus opiniones en el futuro.
Un cordial saludo y feliz semana.
MYRIAM