Artículo publicado en La Opinión de Tenerife el 21 de noviembre de 2012
Es curioso comprobar cómo en pocas semanas un tema tan trascendental como el de la donación de órganos ha saltado a la palestra a través de dos sucesos tan dispares como lamentables.
El primero lo protagonizó un individuo que asesinó en una pedanía de Albacete a dos personas, entre ellas una niña de trece años con la que supuestamente mantenía una inexplicable relación sentimental. El posterior suicidio del asesino lo convirtió automáticamente en posible candidato para donar sus órganos vitales a favor de la Organización Nacional de Trasplantes. Finalmente, tal operación no se llevó a cabo por causas que no han quedado suficientemente aclaradas. Lo único que, por desgracia, trascendió en relación a este hecho fueron las impresentables declaraciones de una popular presentadora de televisión en las que trasladaba a su audiencia matinal una serie de inquietudes sobre la transustanciación del alma de los malvados sobre sus correspondientes vísceras. En este sentido, y para que mi postura al respecto no deje lugar a dudas, prefiero que se proceda siempre a salvar vidas ajenas, aunque para ello haya que recurrir a los despojos de un asesino en serie o de un atracador a mano armada.
El caso es que, apenas unos días después, los acontecimientos ocurridos durante un concierto multitudinario en el recinto del Madrid Arena dieron como resultado luctuoso la muerte por aplastamiento de tres de las asistentes al mismo, a quienes se unió posteriormente una cuarta que había quedado muy malherida. Esta última víctima ya había manifestado su deseo de ser donante en caso de fallecimiento y, de hecho, habida cuenta que las causas de su muerte parecían fuera de toda duda y aparentemente no requerían una autopsia aclaratoria, el protocolo de extracción se puso en marcha con celeridad. No hay que olvidar que en España la demanda de órganos supera con creces a la oferta y que las listas de espera son interminables. Sin embargo, desde el Juzgado de Instrucción número 14 de Madrid se aseguró que no existió autorización verbal ni de ningún otro tipo antes de que el Hospital Universitario 12 de Octubre se pusiera en contacto con el juez titular y que, en consecuencia, el proceso se paralizó de inmediato. Muy molesta por tal decisión, la citada Organización Médica Colegial ha anunciado que va a pedir al Consejo General del Poder Judicial uniformidad de criterios a la hora de que un juez pueda permitir o prohibir una donación de órganos en la que encaja más que nunca la máxima de que el tiempo es oro.
Asimismo, el director de la ONT remitirá en breve sus quejas por esta incomprensible prohibición que, amén de frustrar los deseos de la menor fallecida, ha dejado en la estacada a numerosos receptores que podrían haberse beneficiado de su generoso gesto. Como contrapartida, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid recuerda que se decidió no autorizar la extracción con el objeto de no interferir en la averiguación de lo acontecido ni poner en riesgo eventuales prácticas de prueba que en el futuro pudieran solicitarse. A pesar de ello, el colectivo médico ha elevado una queja formal al CGPJ, convencido de la dificultad de encontrar ningún criterio fundado para la negativa del juez en cuestión. Según la versión de los facultativos, la difunta adolescente estuvo durante cuatro días sometida a diversas pruebas que aportaron numerosas conclusiones clínicas y todo apunta a que se podrían haber extraído las necesarias muestras biológicas para una posterior investigación sin obviar el trasplante.
Así pues, no parece descabellado concluir que un acto de extrema generosidad ha sido obstaculizado por una decisión judicial quizá legítima pero no demasiado acertada y en absoluto fundamentada ni motivada. Sea como fuere, se impone una reflexión para que hechos tan tristes como el que nos ocupa no vuelvan a repetirse en el futuro. La supervivencia de muchos de nuestros conciudadanos depende de ello.
http://www.laopinion.es/opinion/2012/11/21/decisiones-judiciales-frustan-donaciones-organos/446500.html
El caso es que, apenas unos días después, los acontecimientos ocurridos durante un concierto multitudinario en el recinto del Madrid Arena dieron como resultado luctuoso la muerte por aplastamiento de tres de las asistentes al mismo, a quienes se unió posteriormente una cuarta que había quedado muy malherida. Esta última víctima ya había manifestado su deseo de ser donante en caso de fallecimiento y, de hecho, habida cuenta que las causas de su muerte parecían fuera de toda duda y aparentemente no requerían una autopsia aclaratoria, el protocolo de extracción se puso en marcha con celeridad. No hay que olvidar que en España la demanda de órganos supera con creces a la oferta y que las listas de espera son interminables. Sin embargo, desde el Juzgado de Instrucción número 14 de Madrid se aseguró que no existió autorización verbal ni de ningún otro tipo antes de que el Hospital Universitario 12 de Octubre se pusiera en contacto con el juez titular y que, en consecuencia, el proceso se paralizó de inmediato. Muy molesta por tal decisión, la citada Organización Médica Colegial ha anunciado que va a pedir al Consejo General del Poder Judicial uniformidad de criterios a la hora de que un juez pueda permitir o prohibir una donación de órganos en la que encaja más que nunca la máxima de que el tiempo es oro.
Asimismo, el director de la ONT remitirá en breve sus quejas por esta incomprensible prohibición que, amén de frustrar los deseos de la menor fallecida, ha dejado en la estacada a numerosos receptores que podrían haberse beneficiado de su generoso gesto. Como contrapartida, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid recuerda que se decidió no autorizar la extracción con el objeto de no interferir en la averiguación de lo acontecido ni poner en riesgo eventuales prácticas de prueba que en el futuro pudieran solicitarse. A pesar de ello, el colectivo médico ha elevado una queja formal al CGPJ, convencido de la dificultad de encontrar ningún criterio fundado para la negativa del juez en cuestión. Según la versión de los facultativos, la difunta adolescente estuvo durante cuatro días sometida a diversas pruebas que aportaron numerosas conclusiones clínicas y todo apunta a que se podrían haber extraído las necesarias muestras biológicas para una posterior investigación sin obviar el trasplante.
Así pues, no parece descabellado concluir que un acto de extrema generosidad ha sido obstaculizado por una decisión judicial quizá legítima pero no demasiado acertada y en absoluto fundamentada ni motivada. Sea como fuere, se impone una reflexión para que hechos tan tristes como el que nos ocupa no vuelvan a repetirse en el futuro. La supervivencia de muchos de nuestros conciudadanos depende de ello.
http://www.laopinion.es/opinion/2012/11/21/decisiones-judiciales-frustan-donaciones-organos/446500.html
Totalmente de acuerdo con su idea muy bien argumentada y con mucha lógica. Gracias por su magnifico blog informativo.
ResponderEliminarP.C.A. La sociedad que se ciega, se hunde en el barro, de la ignorancia...
Grcias a usted, Antonio, por sus comentarios a mis escritos y por su valoración de mi blog. Para mí es muy satisfactorio sentir el apoyo de los lectores y me da ánimos para seguir adelante con mis proyectos.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
MYRIAM