Artículo publicado en La Opinión de Tenerife el 5 de octubre de 2013
Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 14 de octubre de 2013
Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 14 de octubre de 2013
Han
transcurrido ya dos años desde que publiqué en esta misma sección un artículo
sobre el tema de referencia, en el que alertaba del grave problema que suponía
la reprobable tradición de las novatadas universitarias. Desgraciadamente, esta
cuasi delictiva costumbre sigue ejerciéndose sin tregua en la mayor parte de
los campus de nuestro país, aprovechando los inicios del curso académico. Sin
ir más lejos, la semana pasada escuché en un programa de radio a uno de los
representantes de la Asociación No Más Novatadas y me impactó tanto su discurso que no puedo
por menos que insistir de nuevo sobre el mismo asunto y proceder a dar
publicidad al grupo del que forma parte. Dicha asociación, sin ánimo de lucro y
de implantación estatal, se creó en octubre de 2011 por una serie de personas,
mayoritariamente vinculadas al mundo de la educación, que entraron en contacto
tras haber tomado conciencia de estos hechos tan injustificables y decidieron
abordarlos desde un colectivo no vinculado a ninguna ideología política y
abierto al público en general.
Decía
este especialista en la materia que las novatadas universitarias van mucho más
allá de unas simples bromas para integrar (más bien, para desintegrar, diría yo)
a los estudiantes recién llegados. Son comportamientos que implican
humillación, acoso, relaciones de dominio-sumisión, abuso y falta de respeto. Por
lo tanto, difícilmente pueden encajar en el concepto de “tradición”, siendo como
son generadoras de un sufrimiento innecesario y, generalmente, silencioso y
soterrado, en muchos de los llamados “novatos”. En todas ellas, con
independencia de su grado, se establece el dominio de la voluntad de unas
personas por parte de otras, lo que choca frontalmente con una idea sana de las
relaciones interpersonales y de la diversión.
Me
limitaré a señalar algunos ejemplos lo suficientemente ilustrativos: introducir
un embudo por la boca y derramar bebidas alcohólicas a chorro; usar las manos o
la lengua como cenicero de los veteranos que fuman; ingerir alpiste o comida
para perros y gatos; soportar duchas de agua fría desnudos o vestidos, juntos o
por separado, como antesala de una noche entera en el balcón; lavarse los dientes con la escobilla del
baño; lamer el suelo; ser dianas de cuasi agresiones de contenido sexual…, y todo ello con el trasfondo de
un ambiente bullanguero y chulesco. No es un invento ni una exageración.
Estamos hablando de jóvenes en permanente vigilia y a disposición de los
bravucones de turno, apenas dos años mayores que ellos, que les requieren para
servicios tales como compra de libros, encargos de fotocopias, toma de apuntes
o, simplemente, suministro de bocadillos y hielo, aunque sean las tres de la
mañana. Todo muy gracioso. Y, también, muy delictivo. Tanto que existen dos
vías de denuncia a disposición de los afectados: la administrativa, ante el
Vicerrectorado correspondiente, y la judicial, ante el Juzgado de Guardia o las
dependencias de la Policía Nacional más próxima. En la página web “nomasnovatadas.org”
encontrarán numerosa información, testimonios, grabaciones, videos y vías
concretas de ayuda para las víctimas y sus familias.
El
artículo 10 de la Constitución Española dice textualmente que “la dignidad de
la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo
de la personalidad, el respeto a la Ley y a los derechos de los demás son
fundamento del orden político y de la paz social”. Por lo tanto, no cerremos
los ojos ante situaciones de este tipo, aunque nuestros hijos tengan la suerte
de no padecerlas. La construcción de una sociedad verdaderamente justa es tarea
de todos.
http://www.laopinion.es/opinion/2011/11/15/novatadas-universitarias-broma-convierte-delito/380076.html
http://www.laopinion.es/opinion/2011/11/15/novatadas-universitarias-broma-convierte-delito/380076.html
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