Mañana de martes.
El bar de siempre.
La prensa del día.
Café.
Bocadillo.
El fiel compañero de conversación
que soporta mis reflexiones matutinas desde hace más de un lustro.
Visiones de España al oscuro
trasluz de unas noticias que no dan tregua.
-Juan, ¿estamos condenados a la mediocridad?- mascullo
-¿Verdaderamente tenemos lo que nos merecemos?
-¿Verdaderamente tenemos lo que nos merecemos?
Y entre mordisco y sorbo, el “envistió”
en el texto de una periodista, la enésima víctima de la LOGSE, me quema los
ojos.
Tanta estulticia va a acabar
conmigo.
Llego al despacho y el espíritu
de Don Benito Pérez Galdós se me revela como por arte de magia:
LA FE NACIONAL Y OTROS ESCRITOS SOBRE ESPAÑA
(1912)
(1912)
“Los dos partidos que se han concordado para turnarse pacíficamente en
el poder son dos manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el
presupuesto. Carecen de ideales, ningún fin elevado los mueve; no mejorarán en
lo más mínimo las condiciones de vida de esta infeliz raza, pobrísima y
analfabeta. Pasarán unos tras otros dejando todo como hoy se halla, y llevarán
a España a un estado de consunción que, de fijo, ha de acabar en muerte. No
acometerán ni el problema religioso, ni el económico, ni el educativo; no harán
más que burocracia pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones,
favores a los amigotes, legislar sin ninguna eficacia práctica, y adelante con
los farolitos... Si nada se puede esperar de las turbas monárquicas, tampoco
debemos tener fe en la grey revolucionaria (...) No creo ni en los
revolucionarios de nuevo cuño ni en los antediluvianos (...) La España que
aspira a un cambio radical y violento de la política se está quedando, a mi
entender, tan anémica como la otra. Han de pasar años, tal vez lustros, antes
de que este Régimen, atacado de tuberculosis ética, sea sustituido por otro que
traiga nueva sangre y nuevos focos de lumbre mental”.
Si ya han pasado cien años, está claro entonces, Juan.
Estamos condenados a la mediocridad y tenemos lo que nos merecemos.
Estamos condenados a la mediocridad y tenemos lo que nos merecemos.
Perdón por arruinarte el
desayuno.
Trataré de cambiar de tercio.
Trataré de cambiar de tercio.
Este miércoles empiezo, y te cuento qué mal
se lo hace pasar Alfonso Cuarón a Sandra Bullock en “Gravity”.
Prometido.
Querida Myr, GRACIAS por estas reflexiones y por compartir este discurso de Pérez Galdós: me avergüenzo de haber formado parte de ese circo tuberculoso en el que seguimos cien años después...
ResponderEliminarBesicos forales. Rose.
Preciosa, te reitero una vez más lo que llevo años y años diciéndote: tú nunca formaste, formas ni formarás parte de ese "circo tuberculoso" al que aludes. Por el contrario. tu trayectoria política es impecable y más de uno debería tomar ejemplo de ella. La vergüenza es un sentimiento que ni siquiera te roza. A ti te encajan la valentía y la satisfacción del deber cumplido.
ResponderEliminarBesos agradecidos y llenos de reconocimiento.
MYRIAM