La obra
teatral “Los hijos de Kennedy”, de cuyo texto es autor el escritor norteamericano
Robert Patrick, se estrenó por primera vez en Madrid en 1977. Ahora,
coincidiendo con el 50 aniversario del asesinato del llorado Presidente de los
Estados Unidos, el actor y director José María Pou se encarga de poner en pie esta
función, que tuve la suerte de disfrutar el pasado fin de semana en el Teatro
Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria.
Un reparto
de primerísima línea constituye la mejor baza del montaje. Nada más y nada
menos que Emma Suárez, Ariadna Gil, Maribel Verdú, Fernando Cayo y Álex García
dan vida a los cinco personajes sobre los que pivota esta historia teñida de
amarga nostalgia. Todos ellos abordan sus papeles con profesionalidad y
entrega, en lo que constituye un auténtico monólogo a cinco bandas donde cada
uno narra su propia y dramática historia.
La acción se
sitúa en un bar neoyorkino, con una pequeña barra y una serie de mesas y sillas
dispersas por el local. Sobre una pantalla gigante colocada al fondo del
escenario, se proyectan imágenes de archivo de la época, fotogramas en blanco y
negro de un tiempo en el que los movimientos pacifistas y la defensa del amor
libre trataron de abrirse paso con más voluntad
que acierto, una década para la que los Beatles, Janis Joplin, Joan
Baez, Bob Dylan o Jimmy Hendrix compusieron la banda sonora, una etapa en la
que las drogas acabaron con la vida de miles de jóvenes, la guerra de Vietnam
condujo al matadero a muchos de ellos y el deseo de ser la nueva Marilyn condenó a un buen número de chicas a la
prostitución para alcanzar la fama.
En palabras
de Pou, “Los hijos de Kennedy” son cinco individuos solos, cinco vástagos de la
era de JFK reviviendo, a golpe de recuerdo y trago largo, lo que ha sido y,
sobre todo, lo que no ha sido de sus vidas. Tendiendo su mano al espectador, le
invitan a un viaje a los 60, cuando todo estaba por hacer y, además, todo era
posible: los derechos de la mujer, el Black Power, el reconocimiento de los gays,
la contracultura, los hippies, la bohemia, la disidencia, la psicodelia y el
pacifismo a ritmo de marihuana.
Martin
Luther King, el Mayo del 68 francés, Ernesto -Che- Guevara, el Muro de Berlín, Armstrong,
Aldrin y Collins llegando a la Luna, los misiles nucleares…
Hoy el mundo
es otro y quienes lo vivieron ya no son los mismos. ¿O sí?
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