El pasado
miércoles 29 de octubre dio comienzo una nueva tertulia radiofónica semanal en esRadio
Canarias, conducida por el periodista tinerfeño Gonzalo Castañeda y cuya banda de escucha alcanza a las siete islas del archipiélago.
En ella, y por
espacio de sesenta minutos, ofreceré junto a mis compañeras de micrófono mi
particular visión de la actualidad general, tanto a nivel local como
autonómico, nacional e internacional.
Asimismo,
abordaremos temáticas sociales concretas que sitúen a mujer, infancia y
juventud en el centro de la noticia y, en mi caso particular, incidiré en sus
aspectos jurídicos.
Afronto con
ilusión y responsabilidad esta tercera etapa en las ondas, tras mis anteriores
participaciones en Inter Radio Tenerife, bajo la batuta de Gabriel Mesa y en
Onda CIT, supervisada por Tachi Izquierdo, a quienes nunca agradeceré bastante
la confianza que me brindaron en su momento y la amistad que a día de hoy me
siguen demostrando.
Me considero
una privilegiada por poder expresarme siempre con libertad e independencia, ya
sea por escrito o verbalmente. En ese sentido, aprovecho la ocasión para dar
infinitas gracias a Joaquín Catalán, director de La Opinión de Tenerife, por
publicar todos los viernes mis artículos en una columna bautizada CON MANO
IZQUIERDA, aludiendo al doble sentido de mi condición de zurda y de amiga de la
conciliación, y a Antonio Cacereño, responsable de La Provincia (Diario de Las
Palmas), por reservarme también un hueco permanente en las páginas del medio de
comunicación más leído de las Islas Afortunadas.
He dejado para
el final la alusión a mis queridas y admiradas Ana Mendoza, Ruth Gómez y Olivia
Delgado, un trío de lujo de cuyas cualidades humanas y profesionales aprendo
constantemente. Su entrega, su pasión, su sensibilidad y sus ganas de cambiar
el mundo desde la humildad y la solidaridad son para mí verdadera inspiración.
Ojalá el futuro
nos siga manteniendo tan unidas como hasta ahora, dentro y fuera del dial, y
nos procure la opción de aportar esos pequeños granos de arena capaces de
mejorar en lo posible esta coyuntura tan preocupante en la que estamos
inmersos.
La queja por sí
misma es necesaria pero no es suficiente. Obras son amores y no buenas razones.
De nada sirve criticar las actuaciones ajenas instalándonos en la pasividad.
Mucho o poco, hay que hacer algo. Es una obligación moral. Por nosotros, por
nuestros hijos y por nuestro prójimo.
Sigamos, pues,
en el empeño.
Myr, a ver si me dices cómo escucharte, me encantaría.
ResponderEliminarBesicos forales
Rose