Artículo publicado en La Opinión de Tenerife el 28 de noviembre de 2014
Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 30 de noviembre de 2014
Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 30 de noviembre de 2014
Los pasados días 20 y 21
de noviembre tuvo lugar en el Centro de la Familia de Santa Cruz de Tenerife la
Primera Convención Nacional de Mediación. Bajo el lema “Las cosas pueden ser de
otra manera” y en el entorno de una organización sobresaliente, se
desarrollaron un total de nueve ponencias a cargo de relevantes expertos en la
materia, que nos brindaron a los asistentes una valiosa información de cara a
profundizar en esta muy recomendable vía de resolución de conflictos. Se
formaron, asimismo, seis grupos de trabajo centrados en tres temas de debate:
legislación sobre la mediación, el lenguaje en la mediación y campos de la
mediación, cuyas conclusiones fueron expuestas al conjunto del foro.
Estamos, pues, ante una
figura de gran protagonismo actual, merced a la posibilidad de su aplicación en
diversidad de campos y a los excelentes resultados que, siempre que se aplique
con las debidas garantías, ofrece. Se trata de un procedimiento eficiente y
susceptible de realizarse en poco tiempo de forma positiva, distinguiéndose
además por su vocación de perdurabilidad, habida cuenta que los acuerdos
alcanzados se mantienen a lo largo del tiempo. Partiendo de la base de que la
paz es una necesidad básica de los seres humanos, supone la apuesta por el
acuerdo frente a la confrontación, con miras a evitar la judicialización de los
conflictos. Abre un nuevo horizonte a la Justicia porque promueve la cultura de
la Paz, es un método complementario
sumamente idóneo para obtener la mejor tutela efectiva en cada caso e impulsa
la cooperación y la búsqueda de soluciones. Dicho de otro modo, al “entender”
añade el “comprender” y a la “cabeza” suma el “corazón”.
No obstante, su
principal punto débil radica en que apenas se conoce. De ahí la creciente
inquietud por acercarse a ella y formarse en su disciplina. Por el contrario, y
como característica positiva, su espectro de aplicación es prácticamente
ilimitado, extendiéndose a los ámbitos mercantil, laboral, comunitario, médico,
educativo y, por supuesto, familiar (en su doble aspecto de familia extensa -la
que incluye abuelos, tíos, hermanos y demás miembros- y familia nuclear -padres
e hijos-). En este último caso, siempre está orientada a la prevalencia del
interés de los menores y a la preservación de su bienestar psicológico y
emocional. Porque nunca hay que olvidar que el bienestar de las familias se
traduce en el bienestar de la sociedad.
Una de las ideas que
cosechó más adhesiones fue la de que resulta imprescindible adaptar el lenguaje
negociador para hacerlo más comprensible y cercano a los implicados. El simple
hecho de recurrir a conceptos como “participantes”,
“cuidado” y “gastos” en vez de “partes”, “custodia” y “pensión” puede coadyuvar
en gran medida a la consecución de un acuerdo satisfactorio. También está en
marcha la promoción de la mediación en el entorno de distintos colectivos, como
los de Magistrados, Colegios Profesionales, Cámaras de Comercio y Universidades,
aunque la clave del éxito se sitúe en la educación en edades tempranas. Cabe
destacar a este respecto la instauración de una nueva asignatura escolar
denominada Educación Emocional, a través de la cual los más pequeños aprenden a
gestionar sus sentimientos y a resolver sus enfrentamientos desde el diálogo y
la búsqueda de alternativas civilizadas.
Se convino igualmente en
que el objetivo prioritario ha de ser abordar esta vía como un proyecto común,
superando algunos recelos entre los distintos sectores profesionales -abogados,
psicólogos, trabajadores sociales u otros-, puesto que aquí el trabajo en
equipo es fundamental. Las ventajas asociadas no ofrecen lugar a dudas:
eficacia, eficiencia, ahorro de tiempo y dinero, beneficio para todos los
intervinientes y flexibilidad en el formato. En ese sentido, el vocal del
Consejo General del Poder Judicial, Álvaro Cuesta, manifestó en la Conferencia
de Clausura que el máximo órgano de gobierno
de los jueces tiene decidida vocación pro mediadora y aboga por incorporar
la mediación a la carta de servicios de la Administración de Justicia. Ojalá
esta iniciativa tan anhelada por muchos comience a dar sus frutos lo antes
posible.
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