domingo, 30 de marzo de 2014

CLUB DE LECTURA






Una apacible tarde de viernes en una acogedora casa del norte de Tenerife.
Al fondo, el Teide preside la tertulia.
Siete mujeres diferentes, unidas por una misma pasión: la literatura.
Un título esperando a ser diseccionado: “Expiación”, de Ian McEwan.
La anfitriona ha recreado el ambiente británico con primor.
La mesa, cuidadosamente dispuesta para albergar la merienda posterior.
La vajilla antigua de porcelana y bordes dorados, herencia de su madre.
Los sandwiches de pepino y queso, junto a otros de york y manzana.
El plum cake relleno de frutas escarchadas.
Las tostadas con mermelada casera de nísperos.
Los bombones Cadbury, por filas y en una caja de mil colores.
Las galletas de mantequilla en forma de corazón.
Y, cómo no, una mezcla de tés atribuida a Jane Austen y comprada “ex profeso” en un reciente viaje a Londres.

El pasado 28 de marzo comencé una nueva actividad que, a buen seguro, me deparará grandes satisfacciones en el futuro. Dos amigas me propusieron hace algunas semanas formar parte de su Club de Lectura y no me lo pensé dos veces. Tiempo atrás les había oído hablar de esas reuniones con entusiasmo y, después de esta primera toma de contacto, estoy convencida de que ha sido un acierto aceptar su propuesta.

Para esta suerte de bautismo, la novela objeto de comentario era “Expiación” de Ian McEwan y cada una de las siete asistentes expusimos nuestro particular punto de vista sobre la misma. Resultó sumamente enriquecedor escuchar distintas opiniones y valoraciones sobre el mismo texto. En cierto modo, encontré un paralelismo con el propio relato, cuyo acto central se brinda al lector a través de tres miradas dispares (Briony Tallis, su hermana Cecilia y Robbie Turner) que, finalmente, convergen para dar sentido a una historia de amor y dolor escrita con una brillantez fuera de toda duda.

Ya falta menos para analizar la próxima obra, "El guardián invisible", y conocer más profundamente a su autora, Dolores Redondo.

Gracias de todo corazón por esta oportunidad,  yo que  siempre he creído que las pasiones compartidas son más pasiones. 

miércoles, 26 de marzo de 2014

LA PEOR VERSIÓN DEL SEXO







Las cuestiones relativas a la sexualidad humana son tantas y tan variadas que a buen seguro no hay enciclopedia ni tratado lo suficientemente extensos como para abordarlas en su totalidad. Si existiera un manual mágico  del que poder echar mano cuando niños y adolescentes nos plantean sus dudas, a veces incómodas por su trasfondo y a veces entrañables por su ingenuidad, recurriríamos a él como los magos a sus pócimas. Pero, desgraciadamente, tal manual no existe y los padres tenemos que combinar a partes iguales la imaginación y el sentido común para inventar esa fórmula magistral destinada a obrar el milagro sobre los seres que más queremos: nuestros propios hijos. Esta voluntad paterna de acertar a la hora de transmitir una concepción del sexo que trascienda a la animalidad se ve contaminada cada vez con mayor frecuencia por esa otra realidad que amenaza a los menores a través de los medios de comunicación, fundamentalmente internet y la pequeña pantalla.


Es tal la influencia que sobre ellos ejercen las series infantiles y juveniles, los videoclips musicales o los meros anuncios de publicidad que inculcarles una visión menos superficial de las relaciones sexuales no resulta tarea fácil. Los adultos nos vemos obligados a realizar un sobreesfuerzo ineludible para explicar a los chavales que las circunstancias de la vida diaria en nada se asemejan a esos modelos con los que nos bombardean sin descanso realities vespertinos,  magazines de sobremesa y demás escombros audiovisuales. Y no me refiero sólo al perfil de los participantes de determinados concursos, cuyo nivel intelectual y moral se sitúa entre el cero y la nada. Ni siquiera a la deplorable imagen de las féminas de escueto vestuario que acompañan a los cantantes de hip-hop o reggaeton en sus videos promocionales, paradigmas del machismo y la vulgaridad. El problema se extiende incluso a los telediarios de las cadenas privadas que, en su eterna guerra sin tregua por las audiencias, se apuntan a esta rentable tendencia, demostrando con una claridad meridiana que, en la práctica, la protección de los menores en horario infantil no pasa de ser una quimera.


Menos mal que mi optimismo neutraliza el peligro de resignarme a que mis hijos crezcan pensando que todo vale, que cualquier aberración es digna de respeto y que quienes creemos que el romanticismo jamás pasará de moda somos unos antiguos. No estoy dispuesta a consentir que, a edades tan tempranas, sean víctimas inocentes del sexo contemplado en su peor versión. ¿Acaso es defendible que en los quioscos de prensa se mezclen las chucherías con las revistas pornográficas? ¿No es perfectamente evitable que un crío de seis años tenga que toparse con una señora abierta de piernas mientras el dependiente le entrega su bolsa de golosinas? ¿O será que, de repente, me he convertido en una retrógrada prematura por calificar de degradantes a programas como Mujeres y hombres y viceversa? Sinceramente, no lo creo.


Puede que los tiempos hayan cambiado y que ahora, por fortuna, gocemos de mayores libertades, tengamos acceso a una educación sexual de la que antes se adolecía y se hayan visto reconocidos con toda justicia los derechos de determinados colectivos en estas materias. Pero ello no es incompatible con aspirar a que las generaciones que nos van a suceder se enfrenten a este aspecto de su desarrollo personal desde una perspectiva bien distinta y que les beneficie tanto en el plano físico como psíquico y afectivo.

viernes, 21 de marzo de 2014

"PALABRAS DE MUJER"






Hace casi tres años me embarqué en una actividad maravillosa de la mano de mi querido y admirado Lito Mesa, periodista tinerfeño de probada trayectoria en los medios de comunicación isleños. Su propuesta de participación en una tertulia radiofónica semanal me llevó de la sorpresa al entusiasmo en décimas de segundo y lo que iba a ser una intervención puntual se alargó por espacio de varias temporadas.

Esta etapa en Inter Radio Tenerife me ha servido para enamorarme del micrófono, entablar relaciones de amistad con mis compañeras de debate, aprender a exponer mis ideas desde el respeto y, sobre todo, tratar de aportar soluciones huyendo de la crítica fácil.

Cambios de programación en la citada emisora como consecuencia de la llegada de un nuevo equipo directivo han propiciado el traslado del grupo del que formo parte al dial de Onda CIT, coordinado en esta ocasión por otro extraordinario profesional, Tachi Izquierdo.

Afronto este nuevo reto con humildad, ilusión y ganas de seguir aprendiendo de todo y de todos. Desde aquí mando un abrazo lleno de cariño a Maribel Oñate, Ana Mendoza, Ruth Gómez y Olivia Delgado. Su compañía es un lujo para mí.

A partir del 14 de marzo, “Palabras de mujer” se emitirá todos los viernes de 11h a 12h de la mañana (hora canaria) en las diversas frecuencias con las que el Centro de Iniciativas Turísticas cuenta en el territorio insular, además de su difusión en directo a través de Internet en la dirección www.ondacit.com, que dispone de fonoteca permanente en Ivoox. También es posible descargar la emisión de la página de Facebook de Onda CIT (Al cabo de la mañana).







lunes, 17 de marzo de 2014

LA DEGENERACIÓN SUMA Y SIGUE





Un año más se ha dado carpetazo al Carnaval chicharrero y un año más me sumerjo en sendas e idénticas reflexiones.

La primera es que, en cuanto el séptimo mes asoma en el calendario, me enfrento invariablemente a la misma pregunta, formulada por amigos y vecinos: ¿Este año tampoco vas a los Sanfermines? Y de mi boca brota la misma respuesta: no, las fiestas que yo conocí pasaron a mejor vida hace décadas para nunca más volver. Sólo yo sé hasta qué punto me llena de tristeza reconocer que la Pamplona que me vio nacer sufre una lamentable mutación entre los días 6 y 14 de julio, nueve jornadas en las que los excesos derivados de sus fiestas patronales la convierten en un enclave cuyos habitantes aparecen a los ojos del mundo entero como unos beodos crónicos.

Sería muy injusto por mi parte afirmar que no existen salvedades a estos comportamientos tan degradantes y que no sea posible disfrutar también de actividades lúdicas, culturales y religiosas alejadas del etilismo y el desmadre mayoritarios. Pero, por desgracia, no son más que eso, meras excepciones alejadas a años luz de la regla general y limitadas a un sector de la población que, o está integrado por niños pequeños, o ronda casi la tercera edad. El bueno de San Fermín -como pasa con tantos y tantos santos y vírgenes que ejercen su patronazgo en la inmensa mayoría de nuestros pueblos y ciudades-  no es más que una burda excusa para justificar ese descontrol que se inicia con el lanzamiento del chupinazo y concluye con el “Pobre de mí”. Atraídos por el incívico reclamo de un “todo vale” ganado a pulso, las hordas de visitantes toman las calles pamplonesas dispuestas a divertirse al máximo y a olvidar sus problemas cotidianos a lo largo de una semana ininterrumpida. 

Hasta ahí, perfecto, si no fuera porque, de un tiempo a esta parte, parece imposible que las masas lo pasen bien si no pierden el control de sus actos, naturalmente con la inestimable colaboración del alcohol y del resto de drogas que proliferan en el mercado. Como consecuencia de esta realidad -tan triste como recurrente- los sujetos se animalizan y pierden toda capacidad de  pensar en nada que trascienda a su egoísta concepto de la diversión, en el que, obviamente, la solidaridad no encuentra hueco. Es inútil apelar al respeto por el descanso de los chiquillos, o por el bienestar de los ancianos, o por las necesidades de los enfermos. Ahora no, ahora lo que toca es destrozar el mobiliario urbano, esparcir la basura, orinar por las esquinas y aparearse por los rincones, aunque sea a plena luz del día. Y mucho ojo con afear las conductas ajenas porque, en el mejor de los casos, te acusan de rancio y, en el peor, te mandan a Urgencias con un botellazo en la frente.


La segunda es que, capital navarra al margen, comportamientos similares se reproducen en el extenso abanico de nuestras romerías y fiestas populares, desde los Carnavales a las Fallas, desde la Feria de Abril al Pilar. En este sentido, basta con recalar en cualquier medio de comunicación para atragantarse con noticias trufadas de agresiones, robos, venta de alcohol a menores, comas etílicos, sobredosis de sustancias o sexo explícito en la calle. No me tengo por ninguna aguafiestas por considerar que es imprescindible y urgente decir alto y claro que estas conductas son rechazables desde todos los puntos de vista y que deben ser denunciadas y, en la medida de lo posible, evitadas en futuros festejos. No es de recibo que el resto de la ciudadanía tenga que exponerse a situaciones de riesgo, haya de sufrir ofensas hacia sus creencias y sentimientos más íntimos o esté obligada a presenciar escenas denigrantes que nada tienen que ver con un ocio digno.   

miércoles, 12 de marzo de 2014

EL "SÍNDROME DEL NIDO VACÍO" CAMBIA DE ROSTRO


Artículo publicado en La Opinión de Tenerife el 14 de marzo de 2014

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 14 de marzo de 2014




La atroz crisis que nos está tocando vivir presenta multitud de rostros y el retorno al hogar paterno después de un divorcio o separación es uno de ellos. Es cada vez mayor el número de hombres y mujeres que vuelven a casa de sus padres tras una ruptura sentimental. El popular “Síndrome del nido vacío” se ha transformado, pues, en el “Síndrome del nido lleno”, si también le añadimos el retraso en la edad de emancipación de los hijos más jóvenes.

Centrándonos en el primer caso, el regreso a la casa familiar después de una relación fallida provoca un trastorno adaptativo en todos y cada uno de los miembros afectados. Esta situación, normalmente sobrevenida a causa de los problemas económicos, suele resultar muy complicada a causa del choque de modos de vida distintos y, a veces, hasta antagónicos de los protagonistas de la misma. Adaptarse a una serie de normas ya olvidadas, respetar unos horarios que no se comparten o ser objeto de preguntas incómodas no agrada a ninguna persona que, además, se halle inmersa en un doloroso proceso afectivo.

En el caso concreto de los hombres, la salida obligatoria del domicilio común, unida al correspondiente pago de pensiones de alimentos, en ocasiones deja sus ingresos tan reducidos que les es imposible afrontar una existencia independiente. Por lo que se refiere a las mujeres, si su ex compañero no cumple con los abonos pertinentes y su situación laboral es precaria o, incluso, inexistente, se ven obligadas igualmente a recurrir a la ayuda de padres y hermanos. Idéntica tesitura se produce si, por desgracia, son víctimas de malos tratos y, una vez atribuida la guarda y custodia de sus hijos, tienen que dejar atrás su casa junto a ellos.

En mi opinión, la opción de poder contar con el apoyo de los suyos cuando un recién separado atraviesa una profunda crisis personal es una verdadera suerte. Pero no es menos cierto que la realidad a la que va a enfrentarse en el presente nada tiene que ver con la que vivió en el pasado. Y lo mismo va a ocurrir con sus seres queridos. Los progenitores intentarán desempeñar otra vez dicho rol y es más que probable que pequen de sobreprotección, dolidos por ver sufrir a su hijo o hija y temerosos de que la historia se repita. Pero también su propia independencia –tan necesaria en la tercera edad- puede correr peligro, máxime si a aquél le acompañan unos nietos que deje habitualmente a su cuidado. El resto de hermanos que aún residen en la casa familiar tal vez encajen el cambio de escenario con reticencias. Y los menores que se trasladen a vivir definitivamente con sus abuelos quizá se vean negativamente afectados al alejarse de sus habituales espacios de referencia, aunque tal sensación de desarraigo no sea tan aguda para aquéllos que sólo acuden a la vivienda los fines de semana.

Mención aparte merecen quienes deciden afrontar esta nueva etapa vital con el afán de recuperar el tiempo perdido, ansiosos por reproducir las costumbres de la soltería y reacios a asumir la responsabilidad que conlleva volver a vivir bajo el techo paterno.

Creo firmemente que, como en tantos otros conflictos de diversa naturaleza, la solución más viable nace de una sabia mezcla entre tiempo, paciencia y respeto. Así, un plazo razonable de adaptación puede rondar los seis meses, período en el que ni padres ni madres deberían hacer reproches a sus hijos y en el que éstos tendrían que agradecerles sinceramente el apoyo que les brindan.

Ya para concluir, conviene no olvidar que estas fases son transitorias y que lo deseable es que, más pronto que tarde, los afectados puedan rehacer sus vidas de forma independiente y autónoma.




viernes, 7 de marzo de 2014

CATÁLOGO DE ESPECIES A EXTINGUIR: XI. LOS RESENTIDOS CRÓNICOS







Consultando el diccionario como corresponde a quien ignora el verdadero significado de los términos, observo que se describe el resentimiento como desazón, desabrimiento o queja a resultas de un dicho o acción ofensiva, que puede perdurar largo tiempo y reaparecer al ser recordado. La sensación que causa puede variar desde una ligera molestia temporal a un profundo malestar que dificulte y hasta imposibilite las relaciones con el ofensor. Es un linaje de venganza atenuada que no es tanto enojo como tristeza y aun amor disimulado. La definición se cierra con la afirmación de que el resentimiento enquistado y agravado acaba transmutado en rencor, perversa palabra.

Sigo buceando y me derivan a otros conceptos igualmente rechazables, como amargar, despechar, envenenar, hiel, pique y, de nuevo, rencor. Y ya me sobrepasa tanta negatividad. Confieso que, de todas ellas, la que provoca mayor conmoción en mi ánimo es la que indica su vertiente de hostilidad hacia algo o alguien, de ira no resuelta ante un acontecimiento, de enfurecimiento, de  incapacidad para perdonar. Debe ser porque en esta acepción me resulta aterradoramente sencillo identificar a quienes lo practican. Se trata de seres que no avanzan, rumiantes permanentes de su desdicha,  empeñados sin tregua en asistir al castigo de quienes causaron su dolor, sea hogaño o antaño, fruto de acontecimientos sucedidos hace meses, incluso años, pero que se convierten en unos nocivos compañeros de viaje, de gran impacto en su vida y, por desgracia, en la de los suyos.

Ese componente de hondo sufrimiento está fuera de toda duda, como bien refleja su aspecto exterior. Para estos militantes de la inquina es una desgracia que la cara sea el espejo del alma. Su particular retrato de Dorian Grey reposa sobre un atril invisible al tiempo que, una a una, las hojas del calendario van cayendo irremisiblemente. Dicen que el resentimiento es como tomar veneno esperando que la otra persona muera. Me parece una visión bastante acertada del drama. Es lo que tienen los resentidos crónicos, que su incapacidad para el perdón y para la autocrítica proviene de su firme convicción de ser los inocentes de las historias. Y esa condición de víctimas les incapacita para cualquier acción terapéutica dirigida a sanar su desarbolado mundo interior, precisamente porque los culpables son siempre LOS OTROS.

Decía Nietszche que “el resentimiento es la emoción del esclavo, no porque el esclavo sea resentido, sino porque quien vive en el resentimiento, vive en la esclavitud”. No puedo estar más de acuerdo. Como tampoco puedo sentirme más aliviada por no haberlo practicado en mi vida. Tal vez sea mi herencia genética, tal vez mi educación religiosa, pero lo más probable es que, como en tantos otros aspectos de mi personalidad, sea cuestión de voluntad. O de voluntariedad. O de voluntarismo. O, simple y llanamente, el profundo convencimiento de que el tiempo es oro y no se puede malgastar visitando a diario el lado oscuro de la fuerza.



CATÁLOGO HASTA LA FECHA


I. LOS PROGRES (diciembre 2010)

II. LOS ECOLOGISTAS A DISCRECIÓN (febrero 2011)

III. LAS FEMINISTAS EXCLUYENTES (junio 2011)

IV.  LOS CONCURSANTES DE REALITIES (julio 2011)

V. LOS POLÍTICOS EN CAMPAÑA (noviembre 2011)

VI. LOS FALSEADORES DE CURRICULUM (febrero 2012)

VII. LOS LIGONES DE TRES AL CUARTO (mayo 2012)

VIII. LOS "ANIMALES DE PESEBRE" (febrero 2013)

IX. LOS DESPRECIABLES ESPÍAS (junio 2013)

X. LOS SINDICALISTAS SAQUEADORES (noviembre 2013)