viernes, 31 de diciembre de 2021

martes, 28 de diciembre de 2021

NUESTRAS "MUJERES DE LIBRO" CONTINÚAN DE GIRA






Continuamos con las presentaciones a los medios de comunicación del proyecto de visibilización “MUJERES DE LIBRO”, impulsado por la Dirección General de Juventud, con Laura Fuentes Vega a la cabeza, y por la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias. Así, atendiendo a la amable invitación de mi querida María Doménech, la pasada semana visité los estudios de Canarias Radio La Autonómica para intervenir en su programa “Una más uno”. 

https://go.ivoox.com/sq/1283617 

Y a renglón seguido acudí a mi otro “hogar” en las ondas, Radio ECCA, la emisora educativa por excelencia de nuestro archipiélago, para ser entrevistada junto a Asun Bosch por otro trío de periodistas, con mi admirable compañero Miguel Ángel Reyes Lemus al frente. 

http://www3.radioecca.org/radio/carta/lo-nuestro/79986532 

Mil gracias en mi nombre pero, sobre todo, en el de estas veintisiete mujeres extraordinarias que nos han cambiado la vida a Asun, a la ilustradora Natalia de la Cruz y a mí misma.



viernes, 24 de diciembre de 2021

martes, 21 de diciembre de 2021

PRESENTACIÓN OFICIAL DE "MUJERES DE LIBRO"




Después de un año de esforzada dedicación y profunda admiración hacia sus 27 protagonistas, me siento extremadamente emocionada al haber podido cumplir uno de mis grandes sueños: Nuestras MUJERES DE LIBRO comienzan por fin una andadura que las llevará, entre otros destinos, a las aulas del archipiélago canario, para que los niños, niñas y jóvenes de Educación Primaria, ESO y Bachillerato cuenten a partir de ahora con un mayor número de mujeres referentes en todas las disciplinas del saber, cuyos perfiles quedarán ya anclados al currículum escolar, acompañados además de guías para el profesorado y de actividades para el alumnado. Gracias infinitas al magnífico equipo que se ha implicado desde el primer momento para que Asun Bosch, Natalia de la Cruz y yo hayamos sacado adelante este proyecto de visibilización tan maravilloso y, sobre todo, tan necesario que, por fortuna, se irá ampliando en los próximos meses. Conózcanles en el enlace que adjunto a continuación.

https://www3.gobiernodecanarias.org/noticias/mujeres-de-libro-lleva-a-las-aulas-las-biografias-de-mujeres-del-conocimiento-y-la-cultura-canaria-y-del-mundo/?fbclid=IwAR0g5VQhXSxKwgNW1aFAcBO5OdUsYjoR57iIbmUqanyUU35uS2X_tIXaP5c



viernes, 17 de diciembre de 2021

URGE ACABAR CON EL TABÚ DEL SUICIDIO



Artículo publicado en El Día el 17 de diciembre de 2021

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 19 de diciembre de 2021


No es la primera vez que escribo sobre el suicidio, un preocupante fenómeno global que, por desgracia, se está viendo incrementado en este atroz tiempo de pandemia. Actualmente constituye la segunda causa de fallecimiento en el rango de personas comprendido entre los quince y los veintinueve años, cobrándose anualmente según la Organización Mundial de la Salud (OMS) más de ochocientos mil óbitos. Cabe decir, por tanto, que el riesgo de su comisión aumenta en la etapa de la adolescencia, y más aún desde que Internet se ha tornado en una herramienta imprescindible de uso. Los factores que influyen en esta compleja problemática son diversos, desde los psicológicos a los sociales y desde los biológicos a los culturales pero, curiosamente, llama la atención que su percepción generalizada como un grave peligro resulte minimizada en comparación de, por ejemplo, los accidentes de tráfico o el consumo de alcohol y drogas. 

En cualquier caso, urge transmitir la idea de que los suicidios se pueden prevenir, por más que tal prevención se vea condicionada negativamente ante la evidente falta de sensibilización derivada del tabú existente a nivel ciudadano. Para analizar abiertamente esta realidad, hay que empezar por hablar de ella como sucede con los infartos o las neumonías, por citar patologías reconocidas. De ahí que proceda prevenirla de forma innovadora e integral, colaborando para ello no sólo el sector sanitario sino también el educativo, el laboral, el policial, el jurídico, el político y, por supuesto, el informativo. Se adivina fundamental trasladar el mensaje de que las crisis que abocan a una persona a acabar con su vida suelen ser pasajeras, no permanentes, aunque en un principio parezca que el abatimiento no va a terminar jamás. Los pensamientos suicidas normalmente están asociados a problemas que pueden resolverse. 

No significa que no tengan solución, sino que el sujeto no es capaz de vislumbrarla en ese momento. De hecho, lo que verdaderamente se desea no es tanto la muerte como el cese de un sufrimiento que se percibe como insuperable pero que, al cabo de un tiempo, es probable que reduzca su intensidad. De ahí que convenga recordar esas razones de peso que nos impulsan a sobrevivir en las peores circunstancias, como pueden ser la familia, las amistades, las aficiones o los proyectos por realizar. Y siendo los profesionales de la salud el principal bastión a la hora de tratar a los afectados por estas situaciones, no es menos cierto que esos familiares, amigos, vecinos o compañeros de trabajo también son figuras esenciales para una detección precoz y para un apoyo que procure esperanza y frene las intenciones destructivas. En este sentido, existen una serie de estrategias eficaces que vale la pena referir, entre ellas la restricción del acceso a sustancias tóxicas y armas de fuego, la identificación temprana y el posterior tratamiento de quienes sufren trastornos mentales o que consumen alcohol y sustancias tóxicas, la mejora del acceso a los servicios sanitarios y de asistencia social, la responsabilidad alejada del sensacionalismo en la cobertura de estas noticias, y la normalización de la búsqueda de ayuda por parte de quienes sufren estos padecimientos. 

Todo suicidio es una tragedia que, cuando se presenta, supone un golpe demoledor en el entorno de la víctima, cuyos allegados se plantean de modo recurrente e inevitable si podrían haber hecho algo más (tal vez, algo distinto) para evitar un desenlace tan terrible. Por ello su duelo, si cabe más dramático que cualquier otro, les condena a transitar por una senda enormemente dolorosa en la que a menudo buscan respuestas que les son negadas. Luchemos, pues, contra la invisibilidad y el silenciamiento de los suicidios y trabajemos en equipo para prevenirlos, empezando por aumentar las plazas de especialistas en la materia dentro de la sanidad pública. Porque quizás el primer paso consista en mirar al otro en vez de verle y en escucharle en vez de oírle.

martes, 14 de diciembre de 2021

EXPERIENCIAS TELEVISIVAS




Nuestras admirables “Mujeres de Justicia” visitaron ayer el plató de “Buenos días, Canarias” como invitadas a la sección que dirige la Delegada de Igualdad de RTVC, Noemí Galván. 

Fue para mí un placer y un honor compartir con ella y con Estíbaliz Pérez esta experiencia televisiva. 

Agradezco una vez más el compromiso entusiasta de mis compañeras Asun Bosch y Natalia de la Cruz Nat de la Croix por sacar adelante este proyecto de visibilización tan necesario, así como el apoyo y la confianza depositada en nuestro trabajo por parte del equipo de la Consejería de Justicia del Gobierno de Canarias.


https://www.youtube.com/watch?v=Ah13zO_ag4M

viernes, 10 de diciembre de 2021

EL MEJOR REGALO PARA ESTAS NAVIDADES



Artículo publicado en El Día el 10 de diciembre de 2021

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 11 de diciembre de 2021




A lo peor son cosas de la edad pero, de un tiempo a esta parte, me sorprendo a mí misma echando la vista atrás en busca de ciertos paraísos que se fueron para nunca más volver. Los buenos modales forman parte de esos recuerdos nostálgicos que marcaron para bien a anteriores generaciones -entre ellas, la mía-. Su drástico deterioro certifica que han sido arrinconados por culpa de un individualismo galopante que ha hecho de la mala educación su santo y seña. Vaya por delante que, en mi humilde opinión, la buena educación nada tiene que ver con la capacidad económica, como algunos erróneamente piensan. He conocido multitud de ejemplos de hombres y mujeres con escasos recursos económicos cuyo comportamiento exquisito daba cien mil vueltas al de otros individuos teóricamente más cultos y adinerados. 

Actitudes tan habituales antaño, como dar las gracias, pedir las cosas por favor o tratar a los adultos de usted, son cada vez más infrecuentes y a quienes nos resistimos a prescindir de ellas se nos suele tachar de arcaicos. No hace tanto tiempo resultaba impensable coincidir con un vecino en el portal y que éste, en el mejor de los casos y sin mirarte a la cara, respondiera a tu saludo con un rebuzno. O subir a un transporte público y no ceder el asiento a las personas mayores. Sin embargo, ahora son los niños y los adolescentes quienes ocupan los sitios libres mientras los ancianos se juegan el tipo a ritmo de frenazo. Lo de ayudar a cruzar a la abuelita el paso de peatones lo dejo directamente para los libros de Historia. Contenta se puede ver la pobre si, para colmo, no besa el pavimento embestida por algún patinador incontrolado de los que frecuentan las aceras sorteando excrementos caninos. Y más le vale no protestar, porque lo más suave que le espetará el sujeto en cuestión oscilará entre “vieja” y “que te den”. 

Otros personajes no menos asociales son los partidarios de poner la música a todo volumen, sea la de su vehículo, la de su habitación o la del local de copas que regenta. No seré yo quien les censure su discutible gusto eligiendo canciones, pero deberían entender que, cuando uno vive en sociedad, ha de respetar un nivel adecuado de decibelios para que su prójimo no acabe en el especialista. Por no hablar de esos nuevos esclavos tecnológicos, incapaces de poner el móvil en silencio cuando frecuentan lugares públicos de toda índole, llámense hospitales, bibliotecas, cines y hasta cementerios. Tampoco se quedan atrás la inmensa mayoría de los tertulianos que proliferan por las cadenas de radio y televisión y que no respetan en absoluto sus turnos de intervención, pisoteándose los discursos a voz en grito. Y qué decir de los atuendos y las poses de las colaboradoras de los programas de entretenimiento, un auténtico dechado de ordinariez. 

Tampoco me quiero olvidar de otro sector de la población, habitualmente del género masculino, que se dedica a escupir a diestro y siniestro en la vía pública, idéntica habilidad que exhiben sus admirados astros del balompié en el transcurso de los partidos semanales. Ya para concluir, una breve alusión a esos energúmenos que se dedican a destrozar el mobiliario urbano, convencidos de que los bienes públicos no son de nadie. Al parecer, se trata de una actividad altamente divertida que, encima, suele salirles gratis. En definitiva, los buenos modales se enseñan y se aprenden, pero las familias no deben esperar a que la escuela, a partir de los tres años, asuma esa responsabilidad con sus hijos. Es preciso educarles desde el principio en la idea de que todos esos detalles les ayudarán a convertirse en personas aptas para vivir en sociedad. Así que no perdamos el tiempo y pongámonos a la labor. Podría ser un hermoso y original regalo para estas Navidades. Tal vez el mejor de todos.

viernes, 3 de diciembre de 2021

LA POSTURA DE LA IMPOSTURA


Artículo publicado en El Día el 3 de diciembre de 2021

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 4 de diciembre de 2021



Después de ver el último largometraje de Fernando León de Aranoa, “El buen patrón”, que acaba de batir la marca de nominaciones de los Premios Goya gracias a sus nada menos que veinte candidaturas, recordé con nitidez que hace ya un cuarto de siglo asistí al estreno de su ópera prima “Familia”, con la que el cineasta debutó en la dirección cinematográfica. Alabada tanto por la crítica como por el público, reflejaba a través de sus fotogramas una de las caras más amargas de la soledad, la que impulsaba al protagonista (un extraordinario Juan Luis Galiardo) a celebrar sus cincuenta y cinco años de vida en compañía de unos falsos parientes que había contratado a tal efecto. 

Por aquel 1996 este gran aislamiento asociado a nuestro tiempo no se manifestaba de un modo tan patente como en la actualidad, y todavía los ejecutivos neoyorkinos no alquilaban amigos por cuarenta dólares a la hora ni los consultores de Los Ángeles se dejaban parte de sus sueldos en arrendar abrazos. Después se ha sabido que también en Japón (que de soledad, por lo visto, saben un rato) se trata de una práctica habitual, a la par que bastante asequible, contratar a un acompañante con el que acudir a eventos de toda índole. Para poder optar al puesto basta con ser limpio, educado y contar con otro empleo regular. Y es que, al parecer, no son pocas las personas que se afanan en hacer creer a los demás que viven una vida muy distinta a la que les ha deparado el destino. Si a ello se añade la supuesta incomodidad de dar explicaciones de por qué asisten solos a según qué citas, el negocio está servido. 

No obstante, estos individuos que se alquilan por tramos horarios afirman que no lo hacen por dinero. Es el caso de un simpático nipón que pertenece a una agencia del ramo. Se publicita a través de Internet y lo mismo sirve para un roto que para un descosido. Sumamente profesional, jamás pierde la sonrisa, bien sea cenando en un restaurante, disfrutando de un partido de béisbol, cantando en un karaoke o escuchando atentamente las cuitas de sus pagadores. Porque, según manifiesta este trabajador alternativo, muchos de sus clientes, víctimas de la incomunicación de entornos hiperdesarrollados, sólo quieren que les preste sus oídos. De hecho, hasta él encuentra amigos con este método revolucionario. Pero no piensen que el contenido se circunscribe a gratas actividades gastronómicas, deportivas o musicales. Eventos tan luctuosos como un funeral o un entierro también se contemplan en la carta de servicios. Como era de esperar, la globalización ha hecho el resto y existen empresas que, conscientes del filón, se han apresurado a reproducir e incluso a perfeccionar el invento. Por doscientos cincuenta euros es posible hacerse con un novio de mentira que tranquilice a esos padres temerosos de que las raras de sus hijas se queden más solas que la una cuando ellos fallezcan. O viceversa, que en lo tocante a rarezas el género es irrelevante. 

La operativa es bien sencilla. Se escoge el candidato y se le otorga la misión de transfigurarse en primo, prometida del nieto, pareja perfecta o enésimo pretendiente ante un público que ignora el secreto que encierra. La clave del éxito estriba en saber improvisar y, sobre todo, en hablar lo menos posible. De hecho, a esta alturas de la película (y nunca mejor dicho), algunos de esos figurantes han repetido su papel en diversas celebraciones y encuentros de los que, al menos antes de la pandemia, los pedidos aumentaban en los meses nupciales por excelencia de julio y agosto y, por supuesto, en la época navideña. Tal vez lo más inquietante de estas prácticas radique en constatar que algunos seres humanos prefieren ser considerados, no por lo que son, sino por lo que representan de cara a la galería, lo que, como mínimo, nos insta a una profunda reflexión.

martes, 30 de noviembre de 2021

PRESENTACIONES DE "MUJERES DE JUSTICIA"




Continuando con las presentaciones del proyecto "Mujeres de Justicia", promovido por la Consejería de Justicia del Gobierno de Canarias, Asun Bosch y yo fuimos entrevistadas ayer por Miguel Ángel Reyes Lemus en Radio ECCA, emisora educativa por excelencia en la que tengo el privilegio de colaborar semanalmente. 

Muchísimas gracias, compañero y amigo, por apoyar estas iniciativas tan necesarias y por hacernos sentir como en casa (adjunto a continuación el enlace de audio). 

http://www3.radioecca.org/radio/carta/personalmente/78827705



viernes, 26 de noviembre de 2021

"MUJERES DE JUSTICIA"



Artículo publicado en El Día el 26 de noviembre de 2021

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 27 de noviembre de 2021




Desde la Consejería de Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad del Gobierno de Canarias se ha presentado “Mujeres de Justicia”, una publicación con la que se rinde homenaje y se reconoce el trabajo incansable de 14 juristas que han contribuido a configurar en nuestro país una sociedad y un sistema jurídico más justos. El proyecto, financiado por el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, recoge a referentes de la Justicia que lucharon por sus derechos de ciudadanía y pretende dar visibilidad a su encomiable labor en el ámbito del Derecho, siendo en muchos casos las primeras en acceder a puestos de relevancia reservados a los hombres, así como unas pioneras en los campos de la abogacía, la judicatura, la procuraduría o la docencia universitaria, impulsadas siempre por el ánimo común de mutar el canon académico y profesional que las ha marginado históricamente. 

El objetivo del proyecto se centra en poner a disposición del gran público la verdadera realidad que se esconde tras la trayectoria de estas destacadas juristas que, con su saber y entrega, han contribuido a facilitar a otras mujeres el acceso a diversas esferas relacionadas con la Justicia y la Ley, a través del desempeño de unas carreras ejemplares e inspiradoras. Sin ellas, derechos tan básicos como el de poder decidir por una misma (sin necesidad de ser tutelada por un hombre) serían impensables. Sin ellas, acciones tan cotidianas como abrir una cuenta bancaria o viajar sin pedir permiso a un tutor, serían completamente inconcebibles. Sin ellas, leyes como las que conocemos a día de hoy serían aún una utopía. Se trata de mujeres que lucharon por sus derechos derribando muros y accediendo por primera vez a espacios ocupados hasta aquellos momentos por los hombres, alzándose como espejos en los que reflejarnos las demás. En definitiva, sin ellas no seríamos nosotras. 

Promovido por Asunción Bosch Gutiérrez y por quien firma el presente artículo, como redactoras de los textos, y por Natalia de la Cruz (Nat de la Croix) como autora de las ilustraciones, el formato escogido contribuye a acercarse de un modo atrayente y cercano a una serie de contenidos de interés que ayuden a la transmisión de conocimientos e informaciones que resultan de interés general para la sociedad en su conjunto. Para alcanzar dicho propósito, ha sido necesario investigar en las biografías de cada una de ellas y poner de relieve sus logros, seleccionándose los perfiles de una forma compensada y capaz de ofrecer una perspectiva general del papel de la mujer en la Justicia desde el S.XIX hasta la actualidad. Así, las aportaciones de Concepción Arenal Ponte, Clara Campoamor Rodríguez, Victoria Kent Siano, Ascensión Chirivella Marín, Mercedes Machado Machado, Eulalia Ruiz de Clavijo Aragón, María Telo Núñez, Gloria Begué Cantón, Josefina Triguero Agudo, María Milagros Calvo Ibarlucea, María Teresa Fernández de la Vega Sanz, María Emilia Casas Baamonde, Victoria Ortega Benito y Ana Ferrer García han resultado cruciales a la hora de elaborar y promulgar leyes más justas para sus congéneres, o de dictar sentencias sobre acoso, violación o violencia de género. 

Todavía queda mucho trabajo por delante para alcanzar la igualdad real y efectiva pero, sin duda, parte de esa labor pasa por conocer y reconocer a mujeres como las que nos ocupan, por ponerles nombres, apellidos, caras y contextos. Y, desde luego, por no dar por supuesto que fueron hombres quienes hicieron posibles estas realidades. Para mis dos compañeras y para mí misma ha supuesto una gran satisfacción personal, además de un deber y un honor, poder demostrar nuestro respeto y gratitud a estas precursoras que apostaron sus vidas, sus carreras y su posición social para construir una sociedad más justa. A título particular, sólo me queda agradecer públicamente esta oportunidad de visibilizar las trayectorias de unas colegas cuyo esfuerzo y testimonio vital me han influido tan directamente, y no sólo en la elección de mis estudios universitarios, sino también en mi modo de defender la justicia y la igualdad.

lunes, 22 de noviembre de 2021

FELIZ DÍA DE SANTA CECILIA




No recuerdo ni un solo día en el que la Música no haya sido mi más fiel compañera en el camino de la vida, así que cada 22 de noviembre celebro por todo lo alto la festividad de su patrona, Santa Cecilia. 

Los componentes del Coro Carmen Rosa Zamora de la Escuela Municipal de Música llevamos varias semanas ensayando con enorme ilusión los villancicos que interpretaremos en estas fiestas que se avecinan. 

Desde aquí quiero enviarles mi abrazo más sentido y decirles que, si cantar es un privilegio en sí mismo, hacerlo en su compañía lo es doblemente. 

Feliz jornada de celebración.

viernes, 19 de noviembre de 2021

UN VIERNES NEGRÍSIMO


Artículo publicado en El Día el 19 de noviembre de 2021

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 20 de noviembre de 2021




Ingenua de mí, yo pensaba que nuestras fiestas autóctonas populares y familiares eran más que suficientes para celebrar todo aquello susceptible de ser celebrado. Craso error. De un tiempo a esta parte, y ya sin ninguna sutileza, hemos adoptado con ardor cualquier costumbre foránea cuya principal característica radique en el absurdo afán por consumir de una forma desmedida y, a menudo, innecesaria. Centrándome ya en el archipublicitado Black Friday -nacido en Estados Unidos, pero exportado con éxito a medio mundo-, comprar se ha convertido en el acto por excelencia, en un fenómeno de colas interminables para adquirir productos, de tiendas de campaña a las puertas de los comercios y de combates cuerpo a cuerpo para hacerse con las mercancías más deseadas. Las imágenes que nos deja su efeméride son, en ocasiones, un canto a la irracionalidad desde que se alzan las persianas metálicas de los establecimientos. Hordas sin control se lanzan a la caza del objeto codiciado, hasta el extremo de que en algunos centros comerciales, temiendo por su seguridad y por la de su clientela, terminan por recurrir a las Fuerzas del Orden. 

Lo triste es que esta moda, seguida por la del Cyber Monday (como si pronunciadas en inglés se redujera el nivel de despropósito), también ha llegado a España para quedarse, uniéndose así a otras tan asumidas como Halloween o, últimamente, la Oktoberfest. Mucho me temo que el Día de Acción de Gracias, con su pavo trinchado y su puré de castañas, no tardará en desembarcar en nuestros hospitalarios hogares. Un tratamiento especial merecen los sufridos Reyes Magos, que llevan décadas compitiendo con Santa Claus por el cariño de los niños y por las carteras de los adultos. Y, aunque el tradicional encanto de los ancianos de Oriente todavía posee un enorme tirón, el hecho de que Papá Noel llegue dos semanas antes que ellos no ayuda a conservar la paciencia del respetable. A este paso, pues, estas festividades, que no nos rozan ni histórica ni sociológicamente, acabarán por imponerse sobre las más diversas tribus terráqueas, dado que su fin último consiste en extraer de todo un beneficio económico, aunque para obtenerlo sea preciso ondear sin demasiada convicción las banderas del amor, la amistad y la felicidad infantil. 

Por supuesto, las agencias de publicidad y los medios de comunicación se apuntan al carro -algunos, me consta, muy a su pesar- y nos inundan con anuncios y mensajes sobre las bondades de estos chollos prenavideños, conviniendo que sería de tontos no aprovechar la oportunidad de adquirir los preceptivos regalos, ahora que cuestan (eso dicen) hasta un setenta por ciento menos. En fin, permítanme que lo dude. Detrás de tanto entusiasmo adquisitivo, yo sólo alcanzo a ver beneficios para las grandes empresas, empleos precarios, malas condiciones laborales e individuos excesivamente condicionados por una innegable presión social, sobre todo si son jóvenes y adolescentes. Al parecer, los seres humanos padecemos una fuerte tendencia a la comparación que también incide en este campo. No basta con no salirnos del redil sino que, además, hemos de demostrar que sabemos comprar más y mejor que el vecino, aunque para ello consintamos que nuestros impulsos dominen a nuestra razón. 

Pero, como igualmente sucede en los clásicos periodos de rebajas, el riesgo de dejarse arrastrar por unos precios seductores puede derivar en la elección de artículos que no se necesitan, por no hablar de la cuestionable práctica de, especialmente en el ámbito textil, dar salida a determinadas prendas y colecciones que no se han vendido durante los meses precedentes, así como de la probabilidad de hacer saltar en pedazos el presupuesto destinado con antelación. Sea como fuere, vayan por delante en próximo Viernes Negro mis más sinceros deseos de triunfo para compradores y vendedores aunque, por lo que a mí respecta, optaré otro año más por adherirme a la corriente del Día Mundial sin Compras. Y en español.

viernes, 12 de noviembre de 2021

"SIN LATÍN NI GRIEGO, EL MUNDO ME DA MIEDO"

Artículo publicado en El Día el 12 de noviembre de 2021

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 13 de noviembre de 2021




Como enamorada de las Humanidades, siempre he alertado del error que entraña la pérdida de importancia que padecen en los sucesivos Planes de Enseñanza de nuestro país. A menudo se les tacha de conocimientos inútiles, cuando la realidad es justamente la contraria. Sin embargo, en estos momentos en los que el ejercicio de la Política se sitúa a años luz de la ejemplaridad y la ciudadanía se debate entre la pasividad y la protesta callejera, la Literatura, el Arte y la Historia enriquecen la mente. Por ello, no profundizar en su saber supone un empobrecimiento colectivo que no nos podemos permitir, como tampoco el riesgo de la desaparición del Latín y el Griego. 

Numerosos docentes de toda España se concentraron recientemente en defensa de sus materias en el ámbito escolar, al entender que las propuestas de currículo del actual Ministerio de Educación desprecian sus contenidos y no les asignan el suficiente número de horas lectivas. A su juicio, las últimas leyes educativas minusvaloran estos contenidos, pese a lo importantes que son para la formación de la persona, y los borradores de enseñanzas mínimas, lejos de fomentar una formación desde cimientos sólidos, promueven una preparación superficial, centrada en aspectos técnicos y profesionales. 

Por ello, no es de extrañar que corearan consignas como la que da título a mi artículo de opinión porque cuando, como es mi caso personal, has estudiado esas mal llamadas “lenguas muertas”, constatas la cantidad de razonamientos filosóficos, históricos y prácticos que aportan, ya que ambos saberes vertebran las sociedades occidentales y ayudan a darle un sentido a las comunidades, pues no se entiende una sociedad sin conocer de dónde procede. Asimismo, otro argumento no menor para su mantenimiento es la capacidad de oratoria y estilística que, sin duda, garantizan tales asignaturas. 

Por lo que respecta a la Filosofía, constituye la puerta a la construcción de un pensamiento crítico, a la reflexión, a la argumentación y a la apertura mental. En definitiva, a la libertad. Ya la Unesco declaró hace muchísimos años la necesidad de su enseñanza y existen numerosos estudios que afirman que, gracias a ella, los alumnos también obtienen rendimientos superiores en otras asignaturas, como Lengua y Matemáticas. Además, ninguna otra disciplina les capacita para razonar y argumentar, les forma como personas con criterio para juzgar el bien y el mal y les orienta para distinguir lo justo de lo injusto. Y, dado que todo estudiante está llamado a abrir su mente, qué mejor manera de hacerlo que a través de una vía que les permita formularse preguntas, discutir conceptos y ampliar horizontes dentro de este mundo en el que vivimos, saturado de una inmediatez de la que es preciso distanciarse. No se trata tan sólo de su formación académica sino, fundamentalmente, de su educación como mujeres y hombres que han de saber detectar y neutralizar las posverdades que nos invaden y que tan grave riesgo suponen para las Democracias. 

Conviene, pues, tratar a la Filosofía no como una mera asignatura, sino como un modo de enfrentarse al poder y a los abusos que éste conlleva. Y, contrariamente a lo que pudiera pensarse, se torna hoy más necesaria que nunca para afrontar controvertidos debates que irrumpen con fuerza en ámbitos tales como la bioética, las redes sociales, la migración, la ecología y, por supuesto, el feminismo. Me consta que fomentar el criterio en edades tempranas resulta una tarea complicada, pero la imperiosa necesidad de incluir estas herramientas dentro del horario lectivo para aprender a razonar las posturas que toda persona mantiene, tanto ideológica como afectivamente, está ahí y urge cubrirla. Tal vez así podamos recuperar ese ideal de ejemplaridad que se ha perdido, y que es el que nos exhorta a cada uno de nosotros a dignificar nuestra propia existencia y a producir, mientras vivamos, un impacto positivo en nuestro círculo de influencia.

martes, 9 de noviembre de 2021

VOLVER AL LUGAR DE ORIGEN




El viernes 5 de noviembre a las 18.30h, el Doctor en Derecho, Profesor de Derecho Constitucional y abogado en ejercicio Gerardo Pérez presentó su sexta novela, “Historia desconocida de mis antepasados”, en el Salón de Hijos Ilustres del Ayuntamiento de Güímar.

Le acompañó una vez más el ex alcalde de la localidad y actual Diputado del Común de Canarias Rafael Yanes, a quien de nuevo agradecemos profundamente su presencia en este acto tan especial, tras el que ya tuvo lugar el pasado año en el Real Casino de Santa Cruz de Tenerife. 

Resultó particularmente emotivo escuchar a ambos escritores hablar de este libro en el mismo lugar que vio nacer la historia de amor de sus protagonistas.

Enhorabuena al autor por tan magnífica trayectoria literaria.

viernes, 5 de noviembre de 2021

CRÍMENES QUE NOS SACUDEN LAS ENTRAÑAS


Artículo publicado en El Día el 5 de noviembre de 2021

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 6 de noviembre de 2021



Cuando José Luis Rodríguez Zapatero era Presidente del Gobierno, mantuvo una reunión con el padre de la difunta adolescente Marta del Castillo, en el transcurso de la cual el progenitor de la joven pidió la implantación de la cadena perpetua y el cumplimiento íntegro de las penas impuestas para delitos sexuales y agresiones contra menores. Aquel caso concreto se había venido a sumar a una lista de horrendos crímenes con nombres y apellidos, como los de Sandra Palo y Mari Luz Cortés, que habían generado gran alarma social. El triste final de los hermanos Ruth y José Bretón, como consecuencia de la venganza por un divorcio no aceptado por la parte paterna, se añadió a un siniestro catálogo que precisaba de una respuesta acorde a su gravedad. A ellos les acompañó tiempo después la joven Diana Quer, cuyo final llenó de estupor e indignación a la ciudadanía española, y Amaia y Candela Oubel, las niñas gallegas degolladas con una radial por su progenitor. Esta misma semana es el asesinato del pequeño Álex a cargo de un ex convicto no reinsertado socialmente el que sacude las entrañas de un país entero. 

Por su fuerte repercusión mediática, estas atrocidades son tema frecuente de conversación que da lugar a una manifiesta diversidad de opiniones. Uno de los debates más recurrentes tiene por objeto la conveniencia de la regulación, bien de la pena de muerte, bien de la cadena perpetua. Algunas personas se declaran firmes defensoras de la primera opción y argumentan sus beneficios en el hecho de que sirve para disuadir a asesinos en potencia que, sabedores del futuro que les espera, se lo pensarían dos veces antes de cometer una fechoría. Consideran, asimismo, que no resulta de recibo dedicar un porcentaje de sus impuestos a mantener a sujetos de estos perfiles en unas prisiones cada vez más modernas y confortables. Sin embargo otros, entre quienes me incluyo, estamos absolutamente en contra de esa primera medida. Mi principal razonamiento estriba en que ningún sistema penitenciario posee atribuciones para decidir de manera infalible quién debe vivir y quién debe morir. Los Derechos Humanos, encabezados por el derecho a la vida, son inalienables y nadie los debe privar ni tampoco ser privado de ellos, pues la esencia de cualquier Estado reside en proteger a su ciudadanía al completo. 

Esta postura no resulta en absoluto incompatible con la ineludible exigencia de hacer justicia a las víctimas y, a la par, castigar con dureza a los criminales. Por ello, siempre me he declarado una firme defensora de la prisión permanente revisable que, pese a lo que afirman sus detractores, no supone una contradicción en sus términos. Representa la máxima pena privativa de libertad que existe en nuestro Código Penal y, a mi parecer, no resulta desproporcionada en atención a los gravísimos delitos a los que va aparejada: atentados terroristas, asesinatos múltiples y agresiones sexuales reincidentes. Cierto es que, aunque pueda traducirse en la permanencia del reo en una cárcel de por vida, no tiene por qué ser necesariamente así, habida cuenta que su régimen jurídico contempla la posibilidad, cumplidas determinadas condiciones, de la obtención de beneficios tales como permisos, régimen de tercer grado, libertad condicional e, incluso, plena. Pero, con la ley en la mano, puede serlo y equivaler así a una cadena perpetua. 

Se trata, además, de una figura que existe en la mayor parte de los países de la Unión Europea y que está avalada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Tal vez la conclusión más triste que se deriva de hechos tan terroríficos como el acaecido en La Rioja es que existen demasiadas personas en España convencidas de que la justicia no es igual para todos, de que viven en un paraíso para los delincuentes y de que necesitan urgentemente recuperar la fe en aquellos que deben velar por su seguridad, llámense gobernantes, legisladores o jueces.

viernes, 29 de octubre de 2021

MIS CALABAZAS SON PARA EL POTAJE



Artículo publicado en El Día el 29 de octubre de 2021

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 30 de octubre de 2021



Amparada en una incomprensible tendencia al alza en los últimos tiempos, la celebración de Halloween toca un año más a nuestras puertas con más trucos que tratos, dando así carpetazo al mes de octubre. Y también un año más me asalta idéntica sensación de perplejidad, que viene a añadirse a la que “in illo tempore” me produjo el desembarco navideño de otro extranjero, Santa Claus, anciano bonachón cuyo nexo de unión con la cultura latina equivale a un cero a la izquierda pero que, Coca Cola mediante, se erige como encarnizado competidor comercial de nuestros históricos Reyes Magos. 

Al margen de la religiosidad que impregna a ambas celebraciones (la festividad de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos en el primer caso, la de Navidad en el segundo) y de la que no pocos reniegan, creo que urge reflexionar sobre la preocupante deriva de nuestra sociedad, tan dispuesta a abrazar con fervor cualquier costumbre foránea como a menospreciar sin reparos las tradiciones ancestrales que en ella nacen. Es lo que tiene la globalización, que condena a la ciudadanía a su condición de consumidora y transmuta a buena parte de ella en colectivo sumiso dispuesto a pasar por caja. Porque no nos engañemos. A la postre, todo se resume en una palabra: negocio. 

Negocio para los supermercados, que colocan las golosinas envasadas en fantasmas y ataúdes sobre estanterías estratégicas. Negocio para las tiendas de disfraces, que hacen el agosto en otoño vendiendo trajes de brujas, cadáveres y momias. Negocio para las televisiones, que emiten películas de terror en sesión continua intercalando entre escena y escena una publicidad que les genera pingües beneficios. Y negocio para los locales de ocio y restauración, que organizan toda suerte de actos en la citada noche temática. Incluso los propios centros escolares fomentan el festejo de la siniestra calabaza de raíces celtas y anglosajonas, decorando las aulas e ilustrando al alumnado sobre el tema de referencia. 

Demasiados escollos para sortear por esos padres y madres que se muestran reticentes a que sus pequeños se sumen al terrorífico evento. Rápidamente serán tachados de antipedagógicos por cuestionar que sus hijos e hijas disfruten de la velada junto al resto de sus compañeros. O se les acusará de inmovilistas por aspirar a que vivan estas jornadas como lo que realmente son: el marco escogido para recordar a los ausentes, con o sin oraciones, con o sin visitas a los cementerios, pero siempre desde el respeto a su memoria. Vaya por delante que a mí me encanta una fiesta y que soy feliz viendo felices a quienes más quiero. Sin embargo, agradecería que estas muestras de júbilo, con sus correspondientes sobredosis etílicas y calóricas, hallaran cabida en otras fechas del calendario (que doce meses, cincuenta y dos semanas y trescientos sesenta y cinco días dan para elegir). Y, ya puestos a celebrar el tránsito al 1 de noviembre, tal y como recomiendo almanaque tras almanaque, acudamos a nuestros clásicos y visitemos los camposantos de la mano de Don Juan Tenorio y Doña Inés. 

Muchísimos espectadores ya hemos tenido el privilegio de presenciar la extraordinaria función que la compañía tinerfeña Timaginas Teatro, bajo la dirección de su “alma mater” Armando Jerez, representa durante estas fechas sobre las tablas canarias. Consulten en sus redes sociales los días y horas de sus representaciones. En un montaje cuya escenografía, iluminación, vestuario y música resultan impecables, el elenco actoral interpreta cada papel con un entusiasmo contagioso, metiéndose al público siempre en el bolsillo. A buen seguro, Tirso de Molina y José Zorrilla continuarán aplaudiendo desde el más allá su profesionalidad y entrega. Vaya asimismo por delante mi enésimo agradecimiento a todos ellos por este regalo de tradición y cultura propias. Por lo que a mí respecta, optaré por degustar unos deliciosos “huesos de santo” y seguiré utilizando las calabazas para cocinar un buen potaje.

martes, 26 de octubre de 2021

CON LA MENTE Y EL CORAZÓN EN LA ISLA DE LA PALMA




De nuevo pongo en redes sociales mi broche final a la semana compartiendo el enlace de audio con mi participación de cada jueves en el programa “Tarde o temprano” (a partir del minuto 8). 

Desde Canarias Radio se sigue prestando especial atención a la desgarradora situación por la que atraviesa la isla de La Palma. 

Por ello, supone para mí un inmenso privilegio continuar enviando a través de estas ondas mi cariño y apoyo a todos sus habitantes. 

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viernes, 22 de octubre de 2021

SOBRE EL DERECHO A NO TOLERAR LA INTOLERANCIA



Artículo publicado en El Día el 22 de octubre de 2021

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 23 de octubre de 2021


El filósofo austriaco Karl Popper formuló en 1945 su famosa “Paradoja de la tolerancia”, en la que intentaba alertar sobre los peligros de ser excesivamente permisivos con las ideologías extremistas en las sociedades libres. Defendía que, si se toleraba a los intolerantes, estos acabarían imponiéndose y provocarían la eliminación de la tolerancia. En otras palabras: que, llevada al límite, la tolerancia puede resultar autodestructiva y que, por lo tanto, se debe reclamar el derecho a no tolerar la intolerancia. En estos días en los que la violencia toma las calles, ya sea en forma de botellón o de manifestación contra la obligatoriedad del pasaporte Covid, el debate permanece más vivo que nunca. 

Asistimos a encarnizadas polémicas sobre si se deben prohibir tales o cuales posicionamientos, si se ha de castigar la difusión de unas u otras ideologías, o si procede perseguir a quienes defienden proyectos políticos sumamente alejados de los valores esenciales que definen a los Estados democráticos. Hay quienes propugnan que el orden democrático libre no puede garantizar la plena libertad a aquellos que buscan, precisamente, eliminar los presupuestos de dicho orden. Dicho de otro modo: que no cabe la libertad para los enemigos de la libertad. Pero tampoco faltan críticos (y hasta detractores) de estos postulados, que manifiestan que ello sería tanto como presumir de una libertad en la que, en el fondo, no se cree. En ese sentido, existen pronunciamientos del Tribunal Europeo de Derechos Humanos sentenciando que un delito de apología de determinadas doctrinas o sólo puede ser perseguible cuando suponga una incitación a realizar acciones concretas, y un riesgo real para personas y colectivos. Es decir, el castigo estaría justificado, no cuando se defienden unas ideas, sino cuando se incita a actuaciones que en sí mismas son delictivas. 

Ante esta tesitura, creo que vale la pena hacer especial hincapié en un dato que normalmente pasa desapercibido: la polémica anterior se sustenta sobre el presupuesto de que buena parte de la ciudadanía va a asumir esos discursos intolerantes y esas consignas contrarias a los valores democráticos. Es decir, que planteamientos radicales de lo más diverso calan y convencen a las gentes. No resulta, pues, suficiente centrarse únicamente en la maldad de quien pretende instaurar un régimen totalitario, sea del signo que sea, sino también en la responsabilidad de la ciudadanía que acepta esos programas para, primero, acogerlos y, después, votarlos en unas elecciones. 

Se está imponiendo la peligrosa costumbre de neutralizar una supuesta inmadurez de grupo con una suerte de paternalismo del Estado, estimando que los administrados no razonan ni deciden correctamente y, por ende, tampoco son conscientes de las consecuencias de sus actos. De la misma manera que desde las Administraciones se prohíben determinados anuncios publicitarios porque sus destinatarios carecen del suficiente criterio para no caer en hábitos perjudiciales para la salud, cabría sancionar a formaciones políticas con tintes discriminatorios porque un sector de la población es incapaz de calibrar las derivas sociales que de ello se derivan. Al parecer, se ha instalado la percepción de una masa débil y manipulable con la que resulta imposible consolidar un Estado con plenas garantías, de modo que tal vez el primer paso consista en construir otra sociedad formada y crítica. 

¿Cómo es posible si no que en los Estados Unidos de América todavía perviva el Ku Klux Klan, en Alemania los partidos defensores del nazismo y en tantísimas zonas del planeta dictaduras comunistas y gobiernos sustentados en el fanatismo religioso? Basta con sumar a quienes odian a los negros, a los migrantes, a los cristianos, a los musulmanes, a los indigentes o a las mujeres para obtener una cifra inasumible e intolerable. A mi juicio, antes que la prohibición, la educación se alza como la mejor vacuna contra la intolerancia. De lo contrario, quizá debamos concluir que los seres humanos nos hallamos ya en vías de fracasar como especie.

lunes, 18 de octubre de 2021

DÍA DE LAS ESCRITORAS: UNA FORMA DE HACER JUSTICIA




Coincidiendo con el lunes más próximo a la fecha del 15 de octubre, festividad de mi venerada Santa Teresa de Jesús, desde 2016 se celebra en España el Día de las Escritoras, con el objetivo de recuperar el legado de tantas mujeres que han hecho de la literatura su vida. 

Visibilizar su trabajo y combatir la discriminación sufrida por ellas a lo largo de la Historia constituye para mí un deber moral, una obligación social y, sobre todo, una inmensa satisfacción personal. 

Deseo compartir este tributo de mi pasión por las palabras con el recuerdo aún vivo de la reciente celebración del centenario de la grandiosa novelista Patricia Highsmith en el Festival Atlántico del Género Negro TENERIFE NOIR. 

A todas, felicidades de corazón.




viernes, 15 de octubre de 2021

SER O NO SER OVEJA DEL REBAÑO PLANETARIO


Artículo publicado en El Día el 15 de octubre de 2021

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 16 de octubre de 2021


“Gran Hermano”, al margen de ser un basuriento programa televisivo que se presenta en dos versiones a cual más vomitiva (la VIP y la plebeya) y cuyos defensores han pretendido revestir de experimento sociológico de alto nivel, es, antes que nada y por encima de cualquier otra consideración, un personaje esencial de la novela de George Orwell “1984” que, salvo sorpresas, no habrán leído ninguno de los concursantes de la bazofia anterior. Se trata del fundador de un Partido que todo lo controla, y su denominación se utiliza frecuentemente para referirse a gobiernos autoritarios que vigilan excesivamente a su ciudadanía, así como al control sobre la información que esta ejerce. 

El caso es que, a cuenta de la reciente caída de WhatsApp, Facebook e Instagram me ha llamado la atención la sospechosa rapidez con la que el todopoderoso Mark Zuckerberg ha querido aclarar que nuestros datos siguen perfectamente a salvo y al margen de variaciones o manipulaciones. Y, será tal vez porque mi vida no es particularmente apasionante desde el punto de vista de los secretos y las mentiras, pero he de confesar que nunca me han gustado los espías, con independencia de que algunos de ellos (James Bond, Jason Bourne, el Super Agente 86) me hayan proporcionado grandes dosis de placer cinematográfico. Los deploro desde lo más hondo de mi ser porque el contenido de su trabajo me parece, como mínimo, discutible. 

Agitando la bandera del mal menor, se dedican a olfatear en los universos ajenos con la excusa de defender patrias e ideologías. Detrás de su apariencia a veces atractiva (Bond), a veces atormentada (Bourne), a veces torpe (Smart), se esconden unos tipos que perviven fiscalizando las actividades de terceras personas susceptibles de “portarse mal”. Por supuesto, dentro de ese grupo estamos todas y cada una de las ovejas de este rebaño planetario, aunque a veces el mayor de nuestros pecados consista, simplemente, en no gestionar nuestros sentimientos, emociones y actos según el docto criterio de tan celosos vigilantes. 

Pues bien, abandonando ya el ámbito de la ficción y centrándome en el de la realidad -que siempre la supera-, me ha resultado inevitable recordar también a Edward Snowden, aquel joven informático estadounidense que puso en jaque a la Administración Obama merced a sus declaraciones sobre las prácticas del Gobierno norteamericano en lo tocante a unas filtraciones a través de Internet. Aún prófugo a día de hoy, ilustró al mundo de lo que el mundo ya se temía: que, por mor del progreso y de los supuestos avances tecnológicos, nuestra privacidad es ya cadáver por los siglos de los siglos. Sin embargo, amparados en estrategias antiterroristas de obligado cumplimiento, miles de sus colegas siguen dedicándose a día de hoy a bucear minuto a minuto en nuestra cotidianeidad, leyendo nuestros correos electrónicos, escuchando nuestras charlas telefónicas, cotejando nuestros análisis de orina y hasta constatando nuestras preferencias sexuales. 

De hecho, mientras escribo estas líneas, millones de terrícolas se estarán palpando por si descubren un microchip intradérmico en alguna parte de su anatomía. Yo, de momento, paso de palparme con ese fin. Me queda el consuelo de que, por ahora, nadie pueda entrometerse en mi mente, en mi alma ni en mi corazón sin mi permiso, más que nada porque son míos y sólo míos y, por lo tanto, los entrego a voluntad. Por lo pronto, este humilde aviso para despreciables navegantes del espionaje, ya sean profesionales o aficionados, conocidos o desconocidos, cercanos o lejanos, me llena de paz interior (casi tanta como la que experimenté durante las horas que duró este último apagón internáutico, que viví como una auténtica bendición). Ha de quedarles meridianamente claro que lo que yo piense, crea, recuerde, añore o sienta es materia reservada que compartiré o no cuando y con quien estime conveniente. Y, ya de paso, que ningún "Big Brother" podrá acceder a ella por ningún atajo.

viernes, 8 de octubre de 2021

OTRA NUEVA OPORTUNIDAD DE DAR LAS GRACIAS A NUESTRO EJÉRCITO


Artículo publicado en El Día el 8 de octubre de 2021

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 9 de octubre de 2021



Hasta hace apenas un lustro nunca había presenciado el desfile del Día de la Hispanidad en su integridad. Tan sólo me había detenido ante la pantalla del televisor unos breves minutos, sobre todo al inicio de la solemne ceremonia que incluye la llegada de la Familia Real y los primeros acordes de la emocionante “La muerte no es el final”. Supongo que mi escasa adhesión a la causa monárquica, incrementada por el rechazo que me fue provocando la penosa evolución de Juan Carlos I de Borbón en sus últimos tiempos como Jefe del Estado, me había conducido a ello. 

Sin embargo, convine de pronto que dedicar noventa minutos de mi tiempo al Ejército y a la Guardia Civil de mi país era lo mínimo que podía hacer para darles las gracias por la impresionante, permanente y, a menudo, no reconocida labor que sus miembros desempeñan en favor de toda la ciudadanía, incluidos quienes les desprecian los trescientos sesenta y cinco días del año. De hecho, me emociona hondamente la dignidad que exhibe el rey Felipe VI en el estrado, así como la ofrenda floral en memoria de los soldados que dieron su vida por España. Valoro asimismo el talante respetuoso y cordial con el que acostumbra a saludar a las autoridades y al numeroso público congregado en las inmediaciones. Me agrada constatar su impecable presencia, su perfecta educación y su admirable empeño en tender puentes entre los habitantes de una de las naciones más antiguas del mundo, incluidos aquellos que también a él le desprecian los trescientos sesenta y cinco días del año. 

De hecho, las habituales ausencias a este acto institucional siempre me han parecido actitudes propias de personas mediocres, maleducadas y mezquinas, incoherentes de palabra y de obra y, por encima de todo, ventajistas a la hora de aprovecharse de las atribuciones que les otorga ese mismo Estado de Derecho al que están dispuestos a torpedear sin remisión y que, paradójicamente, les habilita para ocupar los cargos que ostentan y para cobrar las nóminas y subvenciones con las que llenan sus neveras a diario. Prefiero centrar mi mirada en las presencias, las de esos cientos de mujeres y hombres que desfilan con sus mejores galas por el centro de Madrid orgullosos de servir a nuestra nación, valientes y dignos, sin alardes desmedidos ni estridencias fuera de lugar. Seres especiales dispuestos a afrontar la mutilación y la muerte por un sueldo que a muchos de los individuos que abren a diario los informativos a cuenta de sus desafíos institucionales o de sus atracos financieros les parecería de chiste, y con el que apenas abonarían el importe de una cena con final feliz. 

Conozco personalmente a varios militares y me une a ellos un afecto verdadero que dura ya décadas. Son madres y padres de familia que han dado lo mejor de sí mismos en Bosnia, Afganistán o Mali, resignados a no ver a sus parejas ni a sus hijos en meses, y acostumbrados a transitar por los grandes infiernos de este mundo para que sus compatriotas conservemos nuestros pequeños paraísos cotidianos. Profesionales de la Paz que están listos para dejarse la piel en la defensa de los indefensos, para garantizar la seguridad nacional frente a todo tipo de terrorismo -incluidos los de Internet y la Yihad-, para preservar la libre circulación de personas y bienes por tierra, mar y aire, y para adiestrar en las misiones internacionales a las fuerzas locales de las zonas en conflicto. Personas de carne y hueso que han decidido voluntariamente servir al prójimo en nombre de la mejor acepción del concepto de Patria. La que, se vea afectada por una pandemia o por una erupción volcánica, ha de permanecer al margen de manipulaciones históricas y rencillas políticas. La que nos une, no la que nos separa. Que así sea. Feliz 12 de octubre.

lunes, 4 de octubre de 2021

DEJEMOS QUE HABLE LA JUSTICIA




"Si pudiera pedirte un favor, un último favor, es que no te vayas nunca. No imaginas lo que duele vivir sin ti. Con la incertidumbre de si sufriste o si fuiste consciente de lo que hicieron ese día aquellos que eran los únicos que podían darte una oportunidad. Pintan muy bonitas las tardes y las mañanas para ellos porque tienen sus familias completas en sus casas, pero no es mi caso, ellos son la nube que no me deja ver un espléndido amanecer o un espléndido atardecer, pero… las nubes se mueven, se disuelven… dejemos que hable el tiempo y la justicia. 5 de octubre. Un día marcado en todos."

Palabras de Natalia González, madre de Alejandro Torres

Tenemos una cita mañana en la Playa de Martiánez del Puerto de la Cruz a las 17.30h. Yo no faltaré. Con mi presencia seguiré solicitando un puesto de salvamento marítimo en el norte de la isla de Tenerife.

  
            

viernes, 1 de octubre de 2021

ESE AMARILLISMO VOMITIVO


Artículo publicado en El Día el 1 de octubre de 2021

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 2 de octubre de 2021




La cobertura informativa de la erupción volcánica en la hermana isla de La Palma está generando un debate social que gira, principalmente, en torno a una pregunta: ¿cuál es el límite que separa la información del sensacionalismo? De más está decir que el buen periodismo debe regirse por unos principios éticos y deontológicos. Sin embargo, en los últimos tiempos ambos pilares brillan por su ausencia en no pocos medios de comunicación. El amarillismo y el populismo emocional se alzan como intolerables sustitutos de la responsabilidad y la profesionalidad periodísticas. Parece mentira que dentro de este ámbito todavía haya quienes duden sobre si merece la pena comerciar con el dolor, entre otras cosas porque a menudo demuestran con hechos que su respuesta es afirmativa. Cualquier evento puede convertirse en un producto mediático, aunque para ello se deje la compasión en la cuneta. Todo sea por la audiencia. 

Bien es cierto que esta irresponsabilidad no recae únicamente sobre la prensa, la radio, la televisión o las plataformas digitales. Lectores, oyentes y espectadores no son en absoluto ajenos al éxito de estas fórmulas que, si obtuvieran unos porcentajes mínimos de seguimiento, perderían su razón de ser. Juzgo incuestionable que no se posponga el derecho a la intimidad familiar y personal ante un morbo disfrazado de noticia. La ética se impone como una exigencia ineludible, al menos si acordamos que el periodismo de calidad nada tiene que ver con un espectáculo circense. Porque traspasar determinadas líneas de color amarillo no sólo no aporta contenidos significativos, sino que conduce al desprestigio de uno de los oficios más hermosos del mundo: el de contar la vida. Lástima que en esta era de la inmediatez, que a día de hoy encuentra en las redes sociales su mejor acomodo, la búsqueda constante de viralidad agudice el problema de base. 

Y es que no nos engañemos. La esencia de la información periodística radica en su utilidad pública, de tal manera que cada temática a tratar debe incardinarse de uno u otro modo en ese interés público. La pregunta clave que ha de formularse todo informador es si los contenidos entrañan tal interés público. Ese planteamiento inicial ya excluye de raíz cuestiones que responden exclusivamente a la curiosidad y a la escabrosidad, cuando no a la truculencia, y descarta lo que obedece a un provecho meramente particular. La del periodismo es una función pública, aunque se ejerza por medios privados, y de ella deriva su honorabilidad e influencia, que jamás deberían ponerse en riesgo ni en entredicho. Pero ¿quién no conoce esa máxima que reza “nunca dejes que la realidad te estropee una buena noticia”? Se accede así en el delicado terreno que muestra que la referencia a la verdad no es absoluta, sino condicionada. Importa el criterio de la rentabilidad económica, que no se puede ignorar, pero que tiene que quedar subordinado a que lo que se diga, además de responder a la verdad, ha de hacerlo al respeto debido al prójimo, así como a la responsabilidad social. De hecho, el respeto a la dignidad de las personas se erige como valor decisivo desde el que discernir lo que ha de decirse y cómo ha de decirse. 

Desde mi punto de vista, la información nunca debería hacer daño. Por esa razón, deploro esta deriva de sensacionalismo desmedido, destinado a provocar emociones e impresiones a cualquier precio y sin ningún comedimiento. A la luz de los dolorosos acontecimientos que se viven en la Isla Bonita, creo que resulta imprescindible realizar una serena reflexión. No todo vale. Titulares llamativos, escandalosos, exagerados o carentes de una investigación rigurosa sobran, al menos si quienes los generan todavía conservan un ápice de corazón. Porque, además de ayuda institucional, financiera y psicológica, las palmeras y los palmeros necesitan un torrente de empatía y comprensión que neutralice ese infinito dolor que les envuelve en cenizas y lava.

lunes, 27 de septiembre de 2021

VISITA A LA FERIA DEL LIBRO DE MADRID 2021


Fin de semana pleno de emociones en Madrid, disfrutando intensamente de la 80 Feria del Libro con ocasión de la firma de ejemplares de las novelas de Gerardo Pérez en la caseta de la Editorial Verbum. 

Para mí ha supuesto un auténtico privilegio ver en persona a tantísimos autores a los que admiro, como Julia Navarro, Marta Sanz, Najat El Hachmi, Tatiana Tibuleac, Eduardo Mendoza, Javier Cercas, Héctor Abad Faciolince o Marcos Chicot, por citar sólo algunos. 

Retorno a mi isla con varias lecturas dedicadas, entre ellas “Queridos niños” de David Trueba y “El proxeneta” de Mabel Lozano, mujer valiente con quien me une el objetivo de luchar contra la trata y la cruzada para abolir la prostitución. 

Definitivamente, leer nos da la posibilidad de vivir muchas vidas.