sábado, 31 de diciembre de 2022

365 NUEVAS OPORTUNIDADES ESTÁN ESPERANDO




Con mis mejores para un Nuevo Año 
en el que la luz venza a la oscuridad, 
el conocimiento a la ignorancia, 
la serenidad a la crispación 
y la solidaridad al egoísmo. 
Abrazos desde el corazón.

viernes, 23 de diciembre de 2022

UNA NAVIDAD MÁS ALLÁ DEL TIEMPO Y DEL ESPACIO

Artículo publicado en El Día el 23 de diciembre de 2022

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 24 de diciembre de 2022




“24 de diciembre. Cierro los ojos y puedo sentir un intenso frío en mi rostro. Soy una niña sacando vaho por la boca mientras escribe su nombre en los escaparates, la nariz pegada a los cristales. Está nevando y, pese a mis airadas protestas, mi madre me ha puesto botas, gorro, bufanda y guantes. Donde yo nací, el suelo está hoy resbaladizo y la gente recorre las gélidas calles apresuradamente, las manos llenas de paquetes, los corazones llenos de sentimientos, las mentes llenas de recuerdos. Cierro los ojos y, a mi paso, puedo ver el fulgor de las luces del imponente Árbol de Navidad que se yergue, orgulloso y colorido, en medio de la pamplonesa Plaza del Castillo. A sus pies, un precioso Belén de figuras clásicas representa el Nacimiento de Jesús. Cierro los ojos y puedo escuchar los sones de los villancicos de mi infancia, las zambombas, las panderetas, los gritos de un castañero ansioso por hacer su agosto a final de año. Cierro los ojos y puedo oler, presidiendo la mesa, el maravilloso aroma del cardo cocinado por mi tía con primor, de la bandeja de turrón, del vino rosado. No falta nadie. Somos felices. Es Nochebuena. 

24 de diciembre. Abro los ojos y, a mi paso, palmeras y flores de Pascua jalonan la Rambla santacrucera. Donde yo vivo, la atmósfera es cálida y el cielo azul, una bóveda perfecta. Año tras año, la Navidad con sol me sigue pareciendo un milagro. Lejos quedan ya mi niñez y mi ciudad. Mis padres partieron en sendas primaveras, ella una noche, él una tarde, pero antes me regalaron la compañía permanente de su espíritu. Deseo de todo corazón que mis hijos, sus nietos, continúen reviviendo estas fiestas ahora y siempre. La gente seguirá recorriendo las calles. La iluminación navideña decorará de nuevo avenidas y callejuelas. Y en mi tierra de adopción arroparán al Recién Nacido con una manta esperancera. Y se oirán los mismos villancicos, las zambombas, las panderetas. Y las truchas no estarán rellenas de jamón sino de batata, poniendo el broche ideal a la velada. Y no faltará nadie, ni los presentes ni los ausentes, que nos acompañarán en la memoria de una noche más allá del tiempo y del espacio. Somos felices. Es Nochebuena.” 

Este año, más que nunca, se vuelve necesario celebrar estas fechas tan señaladas desde la esencia, porque somos conscientes de que cada momento es único, de que las cosas importantes son aquellas que no se ven y de que cada detalle marca la diferencia. De que, a pesar de las circunstancias adversas que últimamente se acumulan, somos fuertes y nos adaptamos de la mejor manera a cada situación. Y de que, a través de pequeños gestos, se contribuye a aflorar la alegría y la unión. Necesitamos sentirnos juntos desde el corazón y saber que, con nuestro esfuerzo, retornaremos a tiempos mejores. Porque, sea cual sea el concepto de cada persona sobre la Navidad, lo cierto es que constituye una oportunidad única para reflexionar en familia, dejar atrás los recuerdos negativos y mirar hacia delante, como lo hicieron los Reyes Magos al seguir la luz de la Estrella que iluminaba sus pasos hacia Belén. Ojalá cada adorno, cada villancico y cada acto de celebración sirvan para crear ese atmósfera de amor y paz que tanto necesita el mundo. 

Por mi parte, una temporada más retomaré mi columna habitual a mediados de enero. Agradecidísima como siempre por poder expresar mis pensamientos con libertad y desde el respeto, les traslado emocionada mis mejores deseos de una muy Feliz Navidad y Año Nuevo. Que así sea.



viernes, 16 de diciembre de 2022

EL DERECHO A LA INTIMIDAD Y A LA PROPIA IMAGEN EN LA INFANCIA



Artículo publicado en El Día el 16 de diciembre de 2022

Artículo publicado en La Provincia el 17 de diciembre de 2022


Cualquiera que frecuente las redes sociales observará un fenómeno que se produce con una, en mi humilde opinión, improcedente frecuencia. Se trata de la práctica recurrente de colgar en ellas numerosas fotografías de bebés, niñas, niños y jóvenes, a menudo la propia descendencia. No pongo en duda los inmejorables sentimientos que impulsan a dichas publicaciones, pero lo cierto es que las personas adultas que no calibran suficientemente las consecuencias asociadas a estos actos son legión. La tentación de compartir los testimonios gráficos de los cumpleaños, las competiciones deportivas, las fiestas escolares o los viajes vacacionales les persigue sin descanso y no todos son capaces de resistirse a ella. 

Sin embargo, al menos en otros países de nuestro entorno, más de uno se lo pensará dos veces si no quiere ser castigado judicialmente y abonar una considerable multa. Así por ejemplo, una mujer italiana fue condenada hace no demasiado tiempo a retirar de Facebook todas las noticias, datos, imágenes y videos en los que aparecía su hijo de 16 años, quien la denunció ante los tribunales por exponer a diario en la citada red social aspectos íntimos de su vida personal. El hartazgo y el malestar del joven habían llegado a tal extremo que durante la vista solicitó al juez su traslado a los Estados Unidos para proseguir allí los estudios, con el fin de poner tierra de por medio y evitar así esa alarmante sobreexposición de sí mismo. El fallo, que sentó precedente, también puso fin a una mediática disputa cuyo origen se remontaba a un previo enfrentamiento legal entre sus progenitores. 

En esta era digital, donde cualquier detalle de una vida puede ser compartido, se origina cada vez más la coyuntura de que un padre o una madre inmersos en un proceso de separación o divorcio acudan a la Justicia para solicitar la eliminación de las imágenes de sus hijos e hijas en aras a una tutela más adecuada. En aquel concreto caso, su Señoría sentenció a favor del adolescente, al avalar sus razonamientos centrados en que, debido al uso constante y sistemático de las redes sociales por parte de su progenitora, todas sus amistades sabían lo que está haciendo día sí, día también. De hecho, quedó plenamente probado que la protesta del chico no podía tacharse de simple capricho y que recurrió a los tribunales al sentirse abrumado y superado por las circunstancias. 

En España, la atribución de colgar fotografías o grabaciones de los y las menores en Internet se asocia a la patria potestad inherente a la paternidad y a la maternidad, y rara vez se ha cuestionado ese derecho sobre los vástagos. No obstante, según la Ley de Protección de Datos, los afectados, una vez cumplan catorce años, pueden decidir sobre el uso de su imagen, por considerarse que ya poseen suficiente madurez para decidir sobre puntos tan determinantes de su personalidad. Y la propia imagen, desde luego, lo es. Asimismo, conviene tener muy presente que la infancia goza de una tutela reforzada por la Convención de los Derechos del Niño, aprobada en Nueva York en 1989, y que nuestro Código Civil impone a los padres el deber de cuidarlos y educarlos, lo que incluye una apta utilización de su perfil público. 

Si no se atienen a su cometido, la Justicia puede intervenir para protegerles ante posibles riesgos, entre ellos el de una excesiva exposición en Internet. Concretamente en 2014, el Tribunal Supremo definió a las RR.SS. como lugares abiertos al público potencialmente perjudiciales para los niños y niñas, ya que podrían ser etiquetados o buscados por individuos malintencionados. Ahora que comienza el periodo de vacaciones navideñas, tan proclive a las celebraciones colectivas, creo que es preciso apelar de nuevo al sentido común y llevar a cabo un ejercicio de empatía, poniéndonos en el lugar de unos seres en construcción que se ven impotentes ante algunas decisiones de sus padres y madres, por mucho que detrás de ellas se esconda un amor infinito.

lunes, 12 de diciembre de 2022

CONCIERTO INAUGURAL DE NAVIDAD




Ayer, por ser segundo domingo de diciembre, se celebró el Día Internacional del Canto Coral, una efeméride destinada a homenajear a aquellas personas que se dedican a este bello arte. 

Como integrante del Coro Carmen Rosa Zamora, aprovecho la oportunidad para felicitar de corazón a todos los miembros de este maravilloso grupo.

Comunico asimismo que el próximo viernes tendrá lugar nuestra actuación navideña inaugural.

En ella interpretaremos un entrañable repertorio de villancicos que hará las delicias de quienes deseen acompañarnos. 

Les esperamos.

viernes, 9 de diciembre de 2022

LA AYUDA AL PRÓJIMO COMO FORMA DE VIDA



Artículo publicado en El Día el 9 de diciembre de 2022



A principios de esta semana, el 5 de diciembre, se ha celebrado el Día Internacional del Voluntariado, generándome la reflexión de que determinadas tragedias asociadas a la inmigración, los conflictos bélicos, la pobreza o la enfermedad nos sacuden con frecuencia las entrañas y nos colocan ante la máxima verdad de la vida, que no es otra que la absoluta certeza de la muerte, a veces cuando menos se la espera. Por ello, a la vista de situaciones de este tenor que, día sí, día también, abren los telediarios e ilustran las portadas de los periódicos, me resulta preocupante constatar que la insolidaridad todavía tiñe nuestra moderna existencia, esa de cuyo progreso y desarrollo presumimos a voz en grito, esa en la que los seres humanos demostramos nuestra verdadera talla o la ausencia de ella. 

Lo cierto es que el individualismo sigue abriéndose paso con fuerza y siempre encontramos alguna excusa para no colaborar con los más necesitados, aludiendo a que sus problemas no nos competen y derivando la solución de los mismos a un Estado del Bienestar que, tristemente, hace aguas. Descargamos nuestra conciencia con una facilidad pasmosa y a velocidad de crucero. Sin embargo, el egoísmo no debería convertirse jamás en nuestro patrón de conducta, precisamente porque es la antítesis de la humanidad y lo contrario a la esencia que nos diferencia del mundo animal, por más que sean los propios animales quienes habitualmente nos den grandes lecciones de buen comportamiento. En este sentido, me repugna la reacción incalificable de algunos energúmenos en las redes sociales –a menudo, escombrera de insensateces-, que muestran la bajeza moral de quejarse por el retraso en las emisiones de sus programas favoritos a consecuencia de las coberturas informativas de determinados sucesos luctuosos de interés general. Por no hablar del propio tratamiento que de dichas noticias se lleva a cabo en ciertos medios de comunicación, que prefieren decantarse por el sensacionalismo carroñero en detrimento del respeto y la intimidad de las víctimas de los dramas. 

No obstante, y a pesar de todo, existen sobradas razones para la esperanza, máxime ahora que la Navidad está a la vuelta de la esquina. Contrarrestando el fenómeno anterior y devolviéndonos la fe en la raza humana, se alzan esa multitud de hombres y mujeres solidarios y acogedores que abren sus mentes y sus corazones sin exclusión, que detectan el tipo de atención que requieren las circunstancias extremas, que manifiestan su disponibilidad para la escucha y que hacen de la ayuda al prójimo una forma de vida. Suelen presentar un perfil creativo y proclive a la organización, que les permite planificar sus actuaciones de auxilio al margen del paternalismo. Están acostumbrados a trabajar en equipo y capacitados para instruir a otros compañeros en las tareas que acometen. Conocen de primera mano la realidad que les rodea, ya sea social, política o económica, y su compromiso por construir una sociedad más digna les moviliza con rapidez ante cualquier eventualidad inesperada, máxime si adopta la figura de una catástrofe. Destinan esa faceta de su personalidad a mitigar en la medida de sus posibilidades el dolor ajeno, compartiendo con los afectados unas penas tan intensas que ni siquiera se pueden expresar con palabras. 

Pertenecientes a sectores profesionales de lo más diverso, desde bomberos a policías, pasando por miembros de organizaciones no gubernamentales, sanitarios o religiosos, dan lo mejor de sí mismos regalando a los demás parte de su tiempo y de sus conocimientos. Son esos conciudadanos y conciudadanas que, sin saberlo, nos cruzamos a diario y de los que debemos sentirnos orgullosos y agradecidos. Porque, siendo verdad que el destino juega sus cartas y que nunca sabemos qué nos depara, no es menos cierto que la unión hace la fuerza y que ingredientes como la solidaridad, la generosidad, la compasión, la empatía y el mutuo apoyo nos sirven para elaborar una medicina óptima para el cuerpo y para el alma.

lunes, 5 de diciembre de 2022

"CARRERA POR LA VIDA"





Agradezco de todo corazón a mi queridísima amiga Hermi Tacoronte su invitación para participar en esta magnífica campaña de apoyo y solidaridad. 

Supone para mí un inmenso honor y ya sabe que me tendrá siempre a su entera disposición, porque la causa que abandera junto a la Fundación Carrera por la Vida/Walk for Life lo merece. 

No dejen de sumarse para contribuir así al éxito de esta convocatoria, bien sea de manera presencial o virtual, e inscríbanse ya en el enlace adjunto. 

Las personas con cáncer de mama nos necesitan. 

www.carreraporlavida.org

viernes, 2 de diciembre de 2022

UN MAGNO ANIVERSARIO




Artículo publicado en El Día el 2 de diciembre de 2022

Artículo publicado en La Provincia  (Diario de Las Palmas) el 3 de diciembre de 2022



El próximo 6 de diciembre se cumplen ya cuarenta y cuatro años de la celebración del referéndum en el que el pueblo español votó “sí” de forma mayoritaria a nuestra Constitución. Como viene siendo habitual, dicho acontecimiento se festejará con numerosos actos institucionales y el grueso de los medios de comunicación del país rescatarán con cierta nostalgia de sus hemerotecas aquellos inicios, hoy más que nunca anhelados, de nuestro Estado Constitucional. Tampoco faltarán quienes afronten esta fecha tan señalada con desconfianza y hasta con desprecio, habida cuenta de que no se sienten identificados en absoluto con nuestra Carta Magna. Sea como fuere, considero que existen sobradas razones para la celebración, aunque sin dejar a un lado la necesaria reflexión. 

Y es que la mera opción de limitarse a aplaudir mientras, al mismo tiempo, se elude la obligatoria revisión que requiere el texto constitucional, resulta tan errónea como la de no ensalzar los innegables logros y aciertos que durante estas más de cuatro décadas deben atribuirse a la norma de más alto rango de nuestro país. A lo largo de su articulado se proclaman ideales, derechos y principios sagrados que no cabe ignorar. Resulta paradójico que muchos de quienes hablan del texto con desdén, a menudo se expresan desde la ignorancia amparados en ese sistema de libertades que aquel les garantiza. En su Preámbulo se consagra el deseo de establecer la justicia, la libertad y la seguridad, de asegurar la convivencia democrática y un orden económico y social justo, de consolidar un Estado de Derecho basado en el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular, de proteger a toda la ciudadanía española en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones, así como de configurar una sociedad democrática avanzada y con una digna calidad de vida. Resulta, pues, muy complicado no identificarse con un proyecto de estas características. 

Hay que decir, no obstante, que dichos objetivos se han cumplido sólo en parte, si bien los fines aún no alcanzados o pendientes de consolidación no deben convertirse en armas arrojadizas llamadas a desprestigiar la norma que los proclama sino, en su caso, en una petición de cuentas a tantas y tantos dirigentes que no han sabido desarrollar las correctas políticas para no reducir a simple utopía el citado preámbulo. Dicho esto, tampoco se debe ser tan ingenuo ni tan injusto como para culpar íntegramente a quienes hemos elegido y, en no pocas ocasiones, reelegido en las urnas. Un gran sector de la sociedad ha preferido despreocuparse de la vida pública, justificándose en que ni le incumbe ni le importa, y a menudo ha mirado hacia otro lado ante la corrupción, mostrándose dócil y permisiva con los gobiernos de su cuerda mientras castigaba con dureza a sus adversarios, llevada más por el corazón que por la razón. 

Dejarse influenciar por un titular mediático o por un eslogan atrayente mientras se renuncia a efectuar la imprescindible labor crítica que define a las personas maduras, constituye por desgracia un ejercicio demasiado frecuente en el ámbito electoral. Pero el hecho cierto es que la responsabilidad ciudadana ante la actual situación no se puede negar y nos obliga a cambiar de actitud con urgencia si, al menos, aspiramos a conservar este sistema de convivencia. En definitiva, celebremos, porque hay mucho que agradecer, pero también reflexionemos, porque hay mucho que mejorar. Avancemos por la senda del constitucionalismo. Apreciemos y respetemos sus principios, derechos y libertades. Sigamos confiando en la esencia de un modelo que, sin duda alguna, es el más adecuado para nuestro desarrollo colectivo. Pero no tengamos miedo de reconocer una serie de errores y deficiencias susceptibles de ser enmendados. Modifiquemos la Constitución para perfeccionarla, no para destruir lo que representa. Y no erremos al diagnosticar el origen del problema, que no estriba ni en el sistema constitucional ni en los valores que encarna, sino que radica en la falta de competencia de muchos de nuestros representantes políticos y en una desafección ciudadana que va en aumento.

viernes, 25 de noviembre de 2022

"TE HARÉ LA VIDA IMPOSIBLE"




Artículo publicado en El Día el 25 de noviembre de 2022

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 26 de noviembre de 2022


Coincidiendo con la conmemoración del 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, mi artículo semanal tiene un rostro concreto, el de la periodista y docente universitaria Nanda Santana, pero un alma colectiva, pues va dedicado a mis millones de congéneres que han padecido, padecen y padecerán un fenómeno desgarrador al que hasta hace bien poco ni siquiera se había puesto nombre pero que, por fortuna, comienza a conocerse y reconocerse: la violencia de género psicológica. Estos días, ella protagoniza junto a otras compañeras la campaña de Radio Televisión Canaria “Somos fuerza”, destinada a visibilizar las diversas caras de la violencia contra las mujeres para, de ese modo, contribuir a erradicar esta lacra que afecta a tantas personas en nuestro archipiélago, nuestro país y el mundo entero. Simultáneamente, continúa haciendo pedagogía social a través de su libro “Te haré la vida imposible: cómo sobreviví a la violencia machista psicológica y vicaria”, de cuyo prólogo jurídico he sido testigo de excepción. 

Hace ya algunos años el destino quiso que me cruzara con ella que, por aquel entonces, atravesaba una situación extremadamente delicada. Inmersa en un duro y conflictivo proceso de divorcio y madre de tres niños, trataba de encontrar la salida a una situación que les estaba causando un gran dolor. A pesar de las circunstancias tan demoledoras que me refirió en nuestra primera conversación, lo que más me sorprendió fue su incapacidad para el rencor y su determinación para ayudar a otras víctimas que compartían su misma circunstancia, plagada de injurias, insultos, amenazas y humillaciones. Así que, decidida a plasmar negro sobre blanco su testimonio personal de supervivencia, se dispuso a contar su experiencia, marcada por una larga travesía por las consultas de infinitos especialistas (abogados, mediadores, médicos, pediatras, psicólogos, trabajadores sociales…) y por un calvario institucional en el que sólo halló sufrimiento, incomprensión y silencio. 

Y es que esta clase de violencia tan específica entraña una enorme dificultad para su detección, dado que no deja huellas a simple vista y, por tanto, resulta casi imposible de probar ni de demostrar por medio de un parte de lesiones, por más que conlleva una impotencia brutal que genera enfermedades de todo tipo, tanto físicas como emocionales y causa un daño devastador que se va acentuando y consolidando en el tiempo. A menudo, no se tiene conciencia de lo que está ocurriendo ni se es capaz de verbalizarlo, máxime cuando una de las estrategias más recurrentes de los acosadores, tan sutil como perversa, estriba en trasladar a la otra parte el sentimiento de culpabilidad y extender idéntica idea a los testigos de la relación de pareja (familia, amistades, vecindario…). Es por ello que su identificación resulta primordial, ya que va haciendo mella en las afectadas poco a poco, sin ser distinguida ni por ellas ni por su entorno, y mucho menos señalada en el ámbito legal. Ni que decir tiene que otra de las vías más eficaces para destruir a las madres es ejercer la denominada violencia vicaria, en la que los agresores perjudican directamente a sus vástagos con el objetivo final de destrozar anímicamente a sus progenitoras. 

Abundando en este aspecto, siempre he denunciado la normalización del maltrato infantil que se ejerce a través de gestos tan aparentemente inocuos como la famosa “cachetada a tiempo”. Estas reacciones tan disculpadas socialmente no son más que la constatación de un irresponsable impulso humano susceptible de ser controlado. Se trata de un recurso formativo rechazable y constituye un modelo pésimo para la corrección del comportamiento y la resolución de conflictos, además de resultar hiriente para ambas partes, tanto física como emocionalmente. A mi juicio, no existe mejor camino para una educación eficaz que el de los buenos ejemplos y, como de verdad se aprende, no es escuchando lo que se debe hacer sino viendo cómo lo hacen los responsables de quienes se depende. No lo olvidemos.

viernes, 18 de noviembre de 2022

FAMILIAS DISTINTAS PARA UN MISMO OBJETIVO



Artículo publicado en El Día el 18 de noviembre de 2022

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 19 de noviembre de 2022


En pocos ámbitos como en el familiar se aprecia de modo más patente el gran cambio experimentado en las últimas décadas. El modelo denominado tradicional, compuesto por el padre, la madre y los hijos, presenta a día de hoy una notable evolución que ha dado lugar a familias reconstituidas, ensambladas, monoparentales, homoparentales y, más recientemente, creadas a través de la maternidad subrogada. Este fenómeno, al alza en los últimos años, no implica que deje de ser el núcleo central de las relaciones afectivas. Significa tan sólo que ya no se asienta únicamente sobre lazos biológicos, sino también de otra índole. Se trata, pues, de un universo interpersonal sometido a múltiples influencias y que reclama una legitimación social y una regulación legislativa apropiada. 

Ser conocedores de esta diversidad y de los problemas que genera supone un primer paso imprescindible para acelerar las necesarias reformas legislativas llamadas a rellenar esas lagunas existentes que operan en detrimento de los menores que forman parte de estos nuevos patrones sobrevenidos. En ese sentido, considero que es deber de los juristas ejercer su profesión en pro de la ciudadanía y vivir la justicia de un modo cercano, sobre todo cuando se trata de velar por el bienestar de los más pequeños de nuestra sociedad. Abundando en la misma idea, las instituciones también han de responder con celeridad a estos imparables cambios sociales que nos afectan, ofreciendo respuestas tendentes a normalizar las diferencias en vez de crear grupos excluidos. 

Al exponer el marco teórico sobre la concepción de la familia en la Constitución y en la jurisprudencia constitucional, no pocos profesionales han descrito a la actual familia española como “pequeña, cambiante y diversa, cuya regulación posee un carácter ético, puesto que atiende a la protección de los más vulnerables, primando el interés comunitario sobre el personal, pero con un sentido personal frente a lo patrimonial”. Es un orden jurídico que ha pasado de jerárquico a horizontal y que supone nuevos retos sobre otras problemáticas sociales, como la dependencia, la igualdad de la mujer, la discapacidad o la violencia sobre la infancia. El hecho cierto es que muchas personas acuden a los juzgados para solucionar varios conflictos que, todavía con la actual jurisprudencia, no son sencillos de resolver, aunque prevalece en todo caso el interés de los menores y la voluntad de mantenerles a salvo de las discrepancias. 

En mi opinión, una de las asignaturas pendientes más prioritaria es la de atribuir una posición adecuada a las nuevas parejas de los progenitores, así como a las figuras del padre y la madre no biológicos, en aras a abordar asuntos tan esenciales como el ejercicio de la autoridad parental, la delegación de funciones, la guarda en caso de enfermedad o el derecho de visitas, entre otras. No obstante, esta coyuntura no requiere solamente de la intervención de profesionales del Derecho sino, en gran medida, de la participación y el buen criterio de otros especialistas que desarrollan su labor en campos relacionados con la infancia. 

Exigir una formación especializada en estas nuevas clases de vínculos y fomentar la figura de la Mediación Familiar para alcanzar soluciones más creativas, flexibles y tolerantes con las que convertir el entorno familiar en un universo enriquecedor y al margen del enquistamiento de roles, se alza como una vía muy aconsejable para restablecer la cordialidad y la convivencia. Asimismo, resulta básico escuchar a todos los implicados en estos nuevos escenarios y, muy particularmente, a los propios niños y niñas, porque con sus testimonios pueden iluminar el camino hacia la mejor solución. Las familias cambian, pero los afectos deben permanecer. Por ello, resulta fundamental tener presente uno de sus primordiales objetivos comunes: constituir un espacio relacional que favorezca la capacidad de madurar hasta conseguir la máxima autonomía posible en el marco de un proceso que dura toda la vida.

martes, 15 de noviembre de 2022

CADA PERSONA ES UN CISNE





El próximo jueves 17 de noviembre en la Casa Verde de Nuevo Futuro Tenerife, contaré con el privilegio de presentar el primer libro de Clara Benítez Caballero, “El cisne que hay en ti”, cuyo título evoca a la Asociación de Ballet Inclusivo de la que ella es alma mater y cuyo prólogo he tenido el honor de escribir. 

El azar me unió hace años a Clara en un espacio de sororidad y luz, cuando un grupo de mujeres diversas, de todas las condiciones, edades, profesiones, creencias, ideologías y circunstancias, nos reunimos en la emblemática Ciudad de los Adelantados para asistir a una jornada de hermandad y enriquecimiento mutuos. 

Desde aquel día, compartí a su sueño sin dudar, dejándome llevar por su invitación de hacer de cada vida una obra de arte personal e intransferible. En definitiva, de construir un mundo mejor en el que la oscuridad y el miedo no hallen cabida, porque ese arte que nace del corazón lo ocupe todo. 

Yo también les invito a que nos acompañen en este acto literario con personalidad propia. Les garantizo que les emocionará y no les dejará indiferentes. 

 https://asociacionelcisnequehayenti.wordpress.com/



viernes, 11 de noviembre de 2022

EMBARAZOS EMBARAZOSOS


Artículo publicado en El Día el 11 de noviembre de 2022

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 12 de noviembre de 2022


Leo día sí, día también, que la natalidad en España continúa en mínimos históricos jamás registrados. Además, las actuales condiciones socioeconómicas producen un círculo vicioso que lleva la media de la maternidad a edades avanzadas en las que la fertilidad es menor y, por tanto, entraña más problemas para concebir. Al mismo tiempo, pasan los años, los lustros y las décadas, pero las condiciones laborales de las mujeres todavía suponen un canto a la desigualdad. Y no me refiero sólo a la diferencia de salarios ni a la brecha dineraria a la hora de percibir la pensión de jubilación. A ambas discriminaciones les precede la del trato que aún hoy se nos suele dispensar en las entrevistas de trabajo. Más pronto o más tarde se nos coloca en la tesitura de responder a determinadas cuestiones que conciernen exclusivamente a la esfera privada y sobre las que un hombre raramente se ve interpelado. 

Menos mal que ya se han ido introduciendo cambios en este terreno. De hecho, por fin se considera ilegal indagar sobre aspectos íntimos de una persona y no puede solicitarse fotografía en una oferta de empleo. Quiero clarificar estos aspectos porque, hasta no hace tanto tiempo, la escena solía desarrollarse más o menos así. Los entrevistadores habían efectuado una criba inicial en virtud de la foto que se adjuntaba obligatoriamente al CV y, acto seguido, iniciaban con calma su encomienda centrándose en asuntos tales como la formación académica, el conocimiento de idiomas, la experiencia previa, el grado de motivación o las pretensiones económicas de la candidata. Pero de repente, sin venir a cuento, procedían a recabar aquellos datos “adicionales” que, a la postre, marcarían la diferencia entre unas y otras. 

Desde el presuntamente inofensivo ¿tienes pareja? al más contundente ¿estás casada?, se abría un abanico de posibilidades que, en función de las respuestas, situaba directamente a las más infelices en la casilla de salida. Superada con mayor o menor fortuna la contrariedad del vínculo sentimental, se hacía preciso abordar el espinoso asunto de la descendencia que, con toda probabilidad, arruinaría la rentabilidad empresarial de las futuras parturientas. ¿Está dentro de sus planes más inmediatos tener hijos? “Hombre, pues ahora mismo no sabría decirle. Solamente si tengo posibilidades de darles de comer con cierta asiduidad (por aquel entonces ya se encadenaban los contratos temporales como si fueran los pasos de un viacrucis). Lo que no me gustaría es dar a luz con cuarenta y cinco años y condenarles a tener una abuela en vez de una madre”, estábamos tentadas de confesar las aspirantes al puesto antes de, obviamente, cerrar el pico y someternos a los caprichos del destino. 

Aquella especie de interrogatorio policial parecía no tener fin, siendo la disponibilidad para viajar y la movilidad geográfica los siguientes puntos objeto de la curiosidad de los reclutadores. ¿Cuenta usted con vehículo propio? “Por supuesto, señor. Y aprobé el examen de conducir a la primera”. ¿Y supondría para usted algún problema que le enviáramos a nuestra delegación de Pernambuco en caso de necesidad? “En absoluto. Por el contrario, mi intrépido espíritu aventurero me define casi tanto como mi imperiosa necesidad de pagar las facturas a primeros de mes” (nueva reflexión que quedaba aprisionada entre los dientes y la punta de la lengua de las solicitantes, sin ningún riesgo de que llegara a oídos de su implacable interlocutor).  

Pues bien, a estas alturas del siglo se sigue aún asumiendo la idea de que la responsabilidad de la crianza y el cuidado de los menores recae principalmente sobre sus progenitoras, por más que hayamos avanzando notablemente en el equilibrio de roles. Ello explicaría, entre otros motivos, esa bajísima tasa de natalidad que aqueja a nuestro país. Sea como fuere, me reconforta como jurista que ese requerimiento de mostrar cuerpos y almas en los procesos de selección, tanteando acerca de sus inclinaciones sexuales, preferencias políticas, tratamientos médicos, creencias religiosas u orígenes raciales, además de considerarse vergonzoso, se halle fuera de la ley.

lunes, 7 de noviembre de 2022

PALABRAS DE ORO Y MAGIA






El pasado 28 de octubre asistimos emocionados a la extraordinaria función “La palabra de oro”. 

Siete días después acudimos a la presentación del libro “La palabra mágica”. 

Y ayer pudimos por fin reunirnos para, valiéndonos de esas palabras que tanto nos apasionan a los cuatro, “contar” y “contarnos” con calma. 

Ana Martín-Coello y Pedro Mari Sánchez: amistades que confortan y reconfortan. 


viernes, 4 de noviembre de 2022

ELOGIO DE LA VIDA SENCILLA



Artículo publicado en El Día el 4 de noviembre de 2022

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 5 de noviembre de 2022


Los hombres y mujeres cuya edad actual supera los setenta años conforman una generación que padeció el peor de los escenarios posible. Primero trabajaron para sus progenitores y, posteriormente, lo hicieron para sus hijos e hijas. Personas como mis padres, que han sido ejemplo vivo de integridad, honradez, generosidad, austeridad y previsión. Para ellos, el trabajo era una oportunidad para progresar, una puerta abierta a un mañana mejor. Se conformaban con comprar los bienes que entraban dentro de sus posibilidades y, salvo en casos de extrema necesidad, jamás pedían dinero prestado. Pagaban sus facturas puntualmente y siempre ahorraban una parte de sus ingresos por si las circunstancias resultaban poco propicias. Su ocio consistía en pasar los domingos en el campo, bañarse en el río más cercano y comer una tortilla de papas en compañía de la familia y las amistades. Fueron tan prudentes y sensatos que crearon la mayor parte de las empresas que sacaron a España de un oscuro pasado de penurias para lanzarla a un luminoso futuro de oportunidades. 

Sin embargo, cometieron el grave error de desear que sus herederos, actualmente entre la cuarentena y la cincuentena, no tuviéramos que trabajar tanto. Animados por su mejor voluntad, consintieron que sus proles arriesgaran más de lo debido, ya que siempre podrían echar mano de los ahorros que, fruto de sus renuncias, habían conseguido reunir. Y en ese momento se abrió la veda al gasto continuo, a la especulación y a la ingeniería financiera, cuya manifestación más conocida fue la tristemente famosa “cultura del pelotazo”. Hasta hace no demasiados años, para presumir de fortuna lo procedente estribaba en endeudarse hasta las cejas. Así se pasó sin solución de continuidad del vino de mesa al Cabernet Sauvignon, y del bocadillo de chorizo a la Nouvelle Cuisine. Europa irrumpió en nuestra patria en forma de subvenciones y la Banca se empleó a fondo en hacer nuestros sueños realidad. Y, si algún agorero osaba poner de relieve los fallos del sistema, se le tachaba automáticamente de aguafiestas, mientras la filosofía del “a vivir que son dos días” seguía su racha triunfal. 

Como era de esperar, aquel gigante con los pies de barro se vino abajo aplastándonos a todos. Desde entonces, se sigue hablando del fin de una era, de que nada volverá a ser como antes, de que nunca más tendremos casas en propiedad ni empleos fijos, de que la provisionalidad formará parte de nuestra existencia y, peor aún, de la de nuestros descendientes, que harán bueno ese aforismo que defiende que los pobres son los nietos de los ricos. En el caso de que exista, parece muy difícil aventurar cuál será la solución al inmenso problema que nos acucia, aunque se me ocurre que recuperar algunos de los principios y valores que hemos dejado por el camino podría ser un primer paso. Desde luego, nada se pierde por probar. Hace apenas unas décadas, numerosos hogares se erigieron como modelo de esfuerzo y de cordura, y no tengo la sensación de que sus moradores fueran menos dichosos que nosotros, confirmando la teoría de que no es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita. 

Por lo visto, la sencilla paella, la sandía fresca, el armario de segunda mano o la ropa cosida en casa no eran tan malas opciones después de todo. Pero a ver quién es el valiente que les explica este cuento a los chavales que necesitan tener un móvil de última generación o unas zapatillas de marca tanto como el aire que respiran. Más nos valdría dar eternamente las gracias a aquellos seres que nos dejaron en herencia un país próspero y reproducir su modelo para que nuestros descendientes, que se han convertido a estas alturas en unos esclavos endeudados y vislumbran un panorama bastante sombrío, no se limiten a heredar algunos relatos legendarios sobre la riqueza que sus antepasados fueron capaces de generar a base de ética y sacrificio.

viernes, 28 de octubre de 2022

LAS ÚLTIMAS VOLUNTADES SON SAGRADAS


Artículo publicado en El Día el 28 de octubre de 2022

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 29 de octubre de 2022


Ante la proximidad de las festividades de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos, me permito compartir una reflexión personal que me asalta con cierta frecuencia. Se da la circunstancia de que, entre las numerosas ocasiones en las que he querido o debido acudir a hospitales, tanatorios y cementerios, me he sentido indignada ante la falta de respeto y sensibilidad que exhiben algunos familiares y allegados de pacientes y fallecidos en lo referente al cumplimiento de sus deseos o últimas voluntades. Considero que los anhelos de quienes atraviesan por unos trances tan duros de enfermedad y muerte han de ser sagrados y, por ende, acatados escrupulosamente, al margen de que resulten o no del agrado de sus seres queridos. 

Sin embargo, lo que a mi juicio constituye una obligación moral obvia no concita precisamente la adhesión más generalizada. De hecho, el común de los mortales tuerce el gesto cuando se abordan situaciones de este tenor que, todo sea dicho de paso, resultan plenamente cotidianas y susceptibles de ser afrontadas con un notable grado de cariño y consideración hacia quien las sufre. Como muestra, un botón. Se me ocurren pocas experiencias más indignantes que la de escuchar los argumentos de un huérfano o una viuda tratando de convencer al auditorio de turno de que ha incinerado a su madre o su esposo porque, aunque preferían ser enterrados, no lo encontraban apropiado, eludiendo por completo las opiniones de aquellos, a menudo expresadas abiertamente, en voz alta y ante testigos. 

Visto lo visto, y con la mera pretensión de clarificar algunos extremos, cabe indicar que existen normas en nuestro ordenamiento jurídico que regulan las denominadas instrucciones previas, por las que una persona mayor de edad, capaz y libre manifiesta anticipadamente su voluntad para que esta se cumpla si se dan las circunstancias en las que no pueda expresarla personalmente, bien sea sobre los cuidados y el tratamiento de su salud o, una vez acaecido su óbito, sobre el destino de su cuerpo o de sus órganos a los efectos de trasplantes u otros fines. Se trata de un documento que figura en un registro público en el que designará a uno o dos representantes que actuarán como interlocutores de sus mandatos en todo lo relativo a la autorización de tratamientos médicos, con el fin de que les sean comunicados a los profesionales sanitarios encargados de sus cuidados, quienes tan sólo acudirán a familiares y allegados en aquellos casos no contemplados expresamente en dicha manifestación anticipada de la voluntad. 

Deberá formalizarse por escrito y a elección del otorgante ante un notario, un funcionario encargado del propio Registro de las Manifestaciones Anticipadas de Voluntad o tres testigos, también mayores de edad, con plena capacidad de obrar y no vinculados al interesado por vía matrimonial o análoga, parentesco hasta el segundo grado, ni relación laboral, patrimonial o de servicios. Ante la duda de cómo se informará a los facultativos y al resto del personal hospitalario sobre la existencia de dicha voluntad manifestada por el paciente (y que ostenta una prevalencia absoluta frente a cualquiera otra), existe una conexión a través de la propia tarjeta sanitaria del interesado. 

Por lo tanto, no cabe consulta alguna al resto de su entorno más cercano, que no podrá presentar oposición a lo expuesto por el enfermo ni por el difunto. Estas instrucciones plasmadas negro sobre blanco tan sólo dejarán de tener efecto si se lleva a cabo a posteriori otra declaración de su autor o autora con un contenido distinto y realizada además en el momento del acto médico, emitida con plena consciencia y conocimiento informado. A mi juicio, lo que más bien se debería revisar es ese grado de cumplimiento de las últimas voluntades de nuestros seres queridos, que han de ser estrictamente respetadas por quienes estamos llamados a atenderles en los instantes más vulnerables de su existencia. Por encima de todos y de todo.

martes, 25 de octubre de 2022

EN EL DÍA EUROPEO DE LA JUSTICIA




Cada 25 de octubre se celebra el Día Europeo de la Justicia. Por esa razón, considero que se trata de una jornada óptima para poner una vez más a disposición pública y gratuita la publicación MUJERES DE JUSTICIA, en cuya elaboración he tenido el privilegio de participar junto a mis queridas compañeras Asun Bosch (coautora de los textos) y Natalia de la Cruz (ilustradora). 

Mientras muestro orgullosa a Concepción Arenal bajo la atenta mirada de Clara Campoamor, les invito de nuevo a conocer a estas catorce excepcionales juristas, cuyas contribuciones continúan resultando hoy esenciales para la evolución y el desarrollo de nuestro país. 

Conózcanlas pinchando sobre el enlace adjunto y, si tienen a bien, compartan sus perfiles. Como profesional del Derecho, créanme si les digo que también es una forma de hacer justicia.

https://www3.gobiernodecanarias.org/aplicaciones/bibliotecavirtual/cgi-bin/opac/O7089/ID292dc556?MLKOB=115293594747&fbclid=IwAR0vv33VauI2lFdeXMOcWAMME3Ik7wFtiRF4LJWNHAU0BoCLpy5aoxo0iIs





viernes, 21 de octubre de 2022

EL FÚTBOL NO ES ASÍ


Artículo publicado en El Día el 21 de octubre de 2022

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 22 de octubre de 2022



Hace no demasiado tiempo leí una noticia que me llenó de tristeza. Dos hombres supuestamente adultos llegaron a las manos mientras asistían a un partido de fútbol en el que participaban sus respectivos hijos, con el consiguiente bochorno, no sólo para ambos vástagos, sino para el resto de sus compañeros de equipo y asistentes al encuentro. En aquel momento me vino de inmediato a la memoria un hecho muy entrañable que viví en primera persona hace casi una década, cuando mi hijo menor tenía apenas 11 años. Como casi todos los sábados de los últimos tres lustros, nos habíamos pegado el madrugón de rigor para ir a animar al equipo del colegio. Existen pocos espectáculos más apasionantes que el de ver a unos chavales de esa edad echar el resto con el balón en los pies sobre el parqué brillante, con las caras sudorosas, las medias caídas y el amor propio a prueba de bombas. 

En las gradas, sin embargo, un sector del público -madres, padres, abuelas, abuelos y demás parientes e interesados- se afanaba en mostrar su peor versión, como en una perversa ley de la compensación, de yin y yang, de Bella y Bestia, de Jekyll y Hyde, representando dos mundos tan cercanos y, a la vez, tan lejanos, sin apenas distancia física, pero a años luz de toda lógica. Por un lado, el de los mayores que descargan sus frustraciones ante el estupor de los menores, que asisten perplejos a la sarta de silbidos, exabruptos y salidas de tono de quienes están obligados a darles el mejor ejemplo posible de comportamiento. Y, por otro, el de los niños condenados a cubrir unas expectativas deportivas que, a menudo, les superan y que están ahí para hacer deporte pero, sobre todo, para disfrutar, no para defender el honor familiar ni para ser cazados por un ojeador de la Liga. 

Los entrenadores iban dando instrucciones que los progenitores cuestionaban, el árbitro (según ellos) se equivocaba más que acertaba, y los jugadores se volvían locos tratando de agradar a entrenadores, progenitores y árbitro, al tiempo que arreciaban las protestas y se sucedían las miradas de reojo a los aficionados del equipo rival. Y, de repente, se obró milagro. Tras marcar un gol, el autor del tanto se dirigió a sus seguidores y, colocando el dedo índice sobre la boca, les instó a guardar silencio para ahorrarle la habitual retahíla de chanzas al contrincante. Nunca había visto mayor demostración de deportividad y de madurez en un terreno de juego, máxime viniendo de un deportista tan joven. La triste realidad es que estos inadmisibles comportamientos familiares acarrean consecuencias negativas inmediatas en hijos e hijas, que van desde la ansiedad y el estrés más allá del deporte a la baja autoestima, pasando por la aparición de comportamientos antideportivos y violentos e, incluso, por la pérdida definitiva de interés por el deporte. 

Por esa razón me ha encantado un educativo video que acaba de ver la luz y en el que, durante poco más de un minuto, se transmite un mensaje, a mi entender, digno de ser visto y oído: cuando una niña o un niño practican un deporte deben hacerlo para disfrutar, para sonreír, para entablar nuevas amistades y como vía de aprendizaje de una serie de valores fundamentales para su vida adulta. Sin duda, vale la pena escuchar esa voz infantil en off cuando expresa: «Si piensas que tengo que ser el mejor, no vengas. Si para ti el resultado es lo más importante, no vengas. Si vas a gritar al árbitro cada vez que crees que se equivoca, no vengas. Si no puedes soportar que esté en el banquillo, no vengas. Y si te vas a enfadar cada vez que fallo, no vengas. Si vienes, ven a disfrutar, a animar y a descansar. Yo solo quiero jugar feliz y verte feliz». Así tendría que ser siempre.

lunes, 17 de octubre de 2022

FELIZ DÍA DE LAS ESCRITORAS




Este 17 de octubre, Día de las Escritoras, supone para mí una inmensa alegría comunicar que mi proyecto de recopilación de artículos marcha a buen ritmo y ya se empieza a vislumbrar la fecha de su presentación. 

Una vez más, quiero agradecer muy especialmente a los directores de El Día/La Opinión de Tenerife y de La Provincia (Diario de Las Palmas) -medios pertenecientes a la Editorial Prensa Ibérica en los que tengo el honor de colaborar semanalmente- su permanente confianza y apoyo a lo largo de estos últimos doce años, máxime teniendo en cuenta que en España las mujeres articulistas apenas alcanzamos el veinte por ciento del total de firmas publicadas en los periódicos. 

Sin duda, el amor por las palabras de aquella pequeña estudiante que adoraba leer y escribir, y cuyos relatos eran seleccionados para los concursos escolares, permanece inalterable.

viernes, 14 de octubre de 2022

ESTE MUNDO NECESITA MÁS ABRAZOS



Artículo publicado en El Día el 14 de octubre de 2022

Artículo publicado en La Provincia  (Diario de Las Palmas) el 15 de octubre de 2022




No hay duda de que el contacto físico constituye una necesidad básica para el bienestar emocional del ser humano. En ocasiones, una mera caricia, un apretón de manos o un pellizco en la mejilla contienen un mensaje que, traducido en palabras, superaría las del capítulo de una novela. Sin embargo, algunas civilizaciones se han visto influenciadas negativamente por una herencia cultural poco partidaria de expresar las emociones abiertamente, asociando este comportamiento a debilidad y vulnerabilidad. Además, se abonan a la tendencia errónea de sexualizar y, por lo tanto, malinterpretar cualquier gesto que tenga su origen en el tacto. Es una verdadera lástima, sobre todo si se tiene en cuenta que nos hallamos ante una de las más eficaces medicinas para el cuerpo y para el alma, desde la infancia hasta la ancianidad. 

Algunos experimentos llevados a cabo en el campo de la Psicología confirman la teoría de que, quienes no mantienen ningún tipo de contacto físico, transitan por la vida con mayor infelicidad y peor estado de ánimo. En ese sentido, la tradición ha dotado a las mujeres de una permisividad superior desde el punto de vista social, resultando nosotras más beneficiadas a la hora de expresar sus emociones. Pues bien, de todas las posibles manifestaciones del afecto, el abrazo es, sin ninguna duda, mi favorita. Y lo es porque se puede aplicar perfectamente a cualquier persona, con independencia del vínculo sentimental que te una a ella: madre, padre, pareja, hijo, familiar, amigo, amante, vecino o simple conocido. Atendiendo a su intensidad, duración, sinceridad y calidez, de nuestro modo de abrazar se pueden extraer diversas conclusiones. Existen abrazos suaves y firmes, breves y extensos, profundos y livianos, y suelen reflejar el grado afectivo de quien los brinda, su capacidad de entrega emocional y el lugar que los abrazados ocupan dentro de su corazón. 

En España, al menos hasta la llegada de la pandemia, observábamos además la sana costumbre de saludar con dos besos a la gente a la que no conocíamos de nada, una práctica que en el resto de países de Europa no se suele imitar pero que yo, siempre que me lo permitan, mantengo. También, para una característica propia de la que, en mi opinión, poder sacar pecho, va y resulta que no es del agrado de los habitantes del Viejo Continente, como tampoco lo es nuestra tendencia a aparecer por sorpresa cuando no se nos espera, o improvisar planes de un día para otro o, incluso, salir a cenar sin reserva previa. En todo caso, comparto el criterio de mi admirado escritor Fernando Aramburu cuando afirma que en España se abraza bien, lo cual no significa que todo el mundo provisto de Documento Nacional de Identidad esté por la labor. Se conoce que a mí la naturaleza me dotó de una desmesura afectiva que requiere de elevadas dosis diarias y constantes de cariño de ida y vuelta. 

Lástima que, cuando observo una foto fija de la sociedad actual, me duele constatar que los supuestos avances tecnológicos nos alejan todavía más de las relaciones cuerpo a cuerpo para convertirnos en seres más fríos e individuales y, sinceramente, creo que no deberíamos incurrir en tan grave error. Por ello, abogo fervientemente para que hombres y mujeres demostremos a diario nuestros sentimientos valiéndonos de los cinco sentidos, con palabras y con gestos, desde la mente y desde el corazón, sin dar nada por supuesto. Las muestras de amor nos ayudan a sobrevivir y, para cuatro días que vivimos, situarnos a la defensiva no parece la mejor opción. A mi juicio, evitar un abrazo como si tuviéramos un “numerus clausus” de ellos constituye uno de los posicionamientos más tristes por el que los seres humanos pueden apostar. Desde aquí recomiendo, pues, al colectivo de reticentes que hagan la prueba. Que se den una oportunidad. Y les garantizo que se sorprenderán con los resultados.

miércoles, 12 de octubre de 2022

QUE EL ESPÍRITU DE LA CONCORDIA GUÍE NUESTROS PASOS






Con el santo de mi adorada madre en el pensamiento, España en el corazón y la Virgen del Pilar en el alma, les deseo un muy feliz 12 de octubre. 

Que el espíritu de la concordia guíe nuestros pasos hoy y siempre.

viernes, 7 de octubre de 2022

LUDOPATÍA JUVENIL: CUANDO JUGAR NO ES UN JUEGO


Artículo publicado en El Día el 7 de octubre de 2022

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 8 de octubre de 2022



El próximo 10 de octubre se va a celebrar un año más el Día Mundial de la Salud Mental. Son ya muy numerosos los expertos que vienen alertando hace tiempo sobre el aumento de determinados problemas como la discriminación, el acoso escolar y las denominadas adicciones sin sustancia, entre las que se encuentran Internet, las redes sociales, los videojuegos y, últimamente, las apuestas on-line. Y es que desde siempre ha resultado habitual prevenir a los jóvenes sobre los riesgos del alcohol, las drogas, la conducción temeraria o el sexo sin protección. Sin embargo, nada se les ha dicho sobre los peligros del juego. Aunque las máquinas tragaperras constituyen la principal fuente de ludopatía en nuestro país, existen también los bingos, los casinos, las webs de póker o las casas de apuestas deportivas, entre otras opciones. De hecho, jamás habían existido de forma simultánea tantos estímulos y oportunidades para arruinarse en vida. 

Lo cierto es que la ludopatía juvenil en edades cada vez más tempranas está alcanzando cotas de una gravedad extraordinaria. Se origina por el abuso de Internet y las nuevas tecnologías, y se agrava por la falta de supervisión parental sobre dicho consumo. Los dos únicos requisitos exigidos en España para acceder a una página de juego en línea son una tarjeta de crédito y el DNI de un adulto, lo que significa que los menores utilizan identidades falsas para llevar a cabo estas actividades. Además, al eliminarse las restricciones físicas y horarias, es posible apostar desde una habitación, un móvil o una tableta las veinticuatro horas del día y los siete días de la semana sin que nadie se entere, de tal manera que, cuando el hábito se convierte en adicción, acarrea el robo de tarjetas a los progenitores, la venta de objetos de valor, la comisión de actos delictivos de todo tipo y, en algunos casos, hasta el suicidio. 

La proliferación de estas plataformas en las redes y su publicidad a través de distintos medios de difusión han acelerado el instante de la primera apuesta. Hasta hace bien poco, se comenzaba a jugar con una media de veintiocho años, pero en la actualidad esa edad se ha rebajado incluso hasta los trece, de tal manera que los profesionales nos están advirtiendo de que una generación entera está siendo empujada a esta patología cuyo infierno asociado comienza con un simple golpe de clic. Aceptan un señuelo en la pantalla en forma de regalo de cien euros y comienzan a obtener ganancias hasta que, de repente, lo pierden todo. Pero ya es tarde para volver a ser los mismos chavales, porque la dependencia se ha abierto paso en su voluntad. Conviene no olvidar que el juego representa una forma rápida de obtener ingresos para una población que todavía carece de medios para conseguir independencia económica. Hasta hace poco tiempo, el ludópata tipo encajaba en el perfil de un jugador de tragaperras que, como máximo, poseía estudios secundarios. En estos momentos, por el contrario, se trata de universitarios de ambos sexos y con mayores recursos. 

Nos enfrentamos, pues, a un trastorno que precisa de un tratamiento específico y cuyos no pocos afectados están pidiendo ayuda a gritos. La propia Psiquiatría modificó hace casi una década su percepción sobre la ludopatía, considerada hasta entonces un desorden del control del impulso equiparable a la cleptomanía o a la piromanía, pero que ahora figura entre las adicciones de tipo comportamental. En resumen, nuestros niños, niñas y adolescentes utilizan a diario juegos que se parecen en gran medida a los de los adultos y quienes los diseñan buscan someterles al azar de un modo compulsivo, pues es así como ganan ingentes cantidades de dinero. Nos enfrentamos, por lo tanto, a una industria multimillonaria que, a través de aplicaciones tecnológicas centradas en patrones altamente adictivos, está modelando en el presente a los jugadores del futuro, precisamente dejándoles sin futuro.

martes, 4 de octubre de 2022

"EL CISNE QUE HAY EN TI"




Este libro que sostengo entre mis manos cruzó el océano el 29 de septiembre para poder llegar a Tenerife como se merece: a lomos de arcángeles. 

Y constituye la enésima prueba de que en el proyecto de la Asociación de Ballet Inclusivo “El cisne que hay en ti” nada sucede por casualidad. 

Por ello, supone para mí un gran privilegio contribuir a que esa blanca y elegante ave surque las aguas y los cielos dejando tras de sí su estela benéfica. 

Gracias a su alma mater, Clara Benítez Caballero, por confiar en mí para prologar su deliciosa obra y hacerme partícipe de este vuelo en forma de oda a la integración, de esta terapia para el alma donde la danza, la música y la palabra se ensamblan en un mágico elixir de la felicidad. 

Les convoco a no perder de vista este apasionante recorrido literario que ya inicia.

https://www.libreriaproteo.com/libro/ver/3288153-el-cisne-que-hay-en-ti.html


viernes, 30 de septiembre de 2022

¿BUENOS CONDUCTORES Y MALAS CONDUCTORAS?


Artículo publicado en El Día el 30 de septiembre de 2022
 
Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 1 de octubre de 2022



Reconozco que en nuestra cotidianeidad sobran tópicos que, presumiblemente, reflejan las diferencias existentes entre hombres y mujeres. En mi caso particular, teniendo en cuenta que me gusta conducir y que, tras miles de kilómetros y cuatro décadas en las carreteras, no debo hacerlo del todo mal, estoy bastante cansada de llevar una vida entera escuchando ese latiguillo permanente de “mujer al volante, peligro constante”. Permítanme, si quiera, reclamar el beneficio de la duda, huir de las generalizaciones y no entrar en polémicas estériles. La sociedad en la que vivimos tiene enquistados prejuicios defendidos con tanto ahínco como si tuvieran base científica. 

La frase “mujer tenía que ser” resulta muy utilizada cuando una conductora tarda al aparcar o al desplazarse en un atasco, eso sin contar que inmediatamente se responsabiliza a la mujer cuando se ve involucrada en un accidente automovilístico. Sin embargo, existen numerosos estudios publicados recientemente que echan por tierra estos clichés y las propias estadísticas de la Dirección General de Tráfico así lo confirman. La revista especializada Injury Prevention publicó en 2020 un estudio en el que, tras analizar datos a lo largo de un década, demostró que los hombres presentan un mayor riesgo de cara a otros conductores. Aún más recientes figuran las conclusiones de un conocido comparador de seguros, avalando que las conductoras sufren un menor número de percances al volante, si bien dan más partes a las compañías aseguradoras, normalmente asociados a averías o a roces poco importantes. 

En la mayoría de tramos por edades, la siniestralidad masculina duplica a la femenina y los accidentes sufridos por ambos grupos resultan notablemente diferentes. En el primer caso, predominan las colisiones frontales, los vuelcos y los atropellos, frente a las salidas de vía y los choques por alcance del segundo. Por lo que respecta al nivel de gravedad de los accidentes, aumenta si es un hombre quien conduce y, si se observan aspectos como los efectos derivados de la ingesta de alcohol y drogas, la cifra entre unos y otras se multiplica por cinco. Cuando la causa radica en el exceso de velocidad, también ellos superan con creces el recuento. Pero, en mi opinión, una de las lecturas más llamativas del informe es aquella que constata que los conductores arriesgan en mayor medida tanto sus vidas como las del resto de los ocupantes del vehículo, por lo que la tasa de mortalidad se eleva a más del doble que las conductoras. 

Así que, recapitulando y sin ánimo alguno de polemizar, de la exposición anterior cabe deducir que las mujeres no somos un peligro al volante y que nuestra conducción resulta, incluso, más segura y responsable. Asimismo, provocamos una cifra inferior de accidentes y, además, de menor gravedad. Tampoco cometemos tantos delitos contra la seguridad vial, ni por correr demasiado ni por beber o consumir estupefacientes. Estas informaciones reciben una réplica obvia sobre el estado del permiso de conducir y es que, en los más de diez años que lleva activo el carné por puntos, somos las mujeres quienes aventajamos igualmente a los hombres en dicha contabilización. Ni que decir tiene que no expongo estos resultados con intención de competir. En absoluto. 

Más bien los facilito por si, en alguna medida, contribuyen a dejar de estereotiparnos y de cuestionar nuestras capacidades en este terreno. No obstante, y en un alarde de sinceridad, créanme que lo dudo. Me conformaría con que se reconociera con convicción que, igual que existen buenos y malos conductores, existen buenas y malas conductoras. Sencilla y llanamente. Y a modo de conclusión, como si de las dos caras de una misma moneda se tratara, que al menos convinieran conmigo en que no deja de resultar paradójico que esos defectos que se nos atribuyen (lentitud, escasez de reflejos, prudencia excesiva) constituyan, al mismo tiempo, las virtudes que nos ayudan a ganar la sangrienta batalla de la carretera.

martes, 27 de septiembre de 2022

"LA CULPA TRANSPARENTE", YA EN LIBRERÍAS




Hoy toca felicitar a este sonriente caballero que estrecho entre mis brazos por el lanzamiento de su séptima novela, “La culpa transparente”, cuya portada adjunta es obra de la magistral artista tinerfeña Patricia Delgado (https://www.patriciadelgado.com/). 

En breve informaré también sobre la fecha de su presentación oficial, aunque ya se puede adquirir desde este momento solicitándola en librerías o a través de las siguientes direcciones: 

a) Editorial Verbum: https://editorialverbum.es/producto/la-culpa-transparente/ 
b) Fnac: https://www.fnac.es/.../Gerardo-Perez-Sanchez-La-Culpa... 
c) Agapea: https://www.agapea.com/.../La-culpa-transparente... 
d) Amazon: https://www.amazon.es/s... 
e) Casa del Libro: https://www.casadellibro.com/libro.../9788413378398/13197640 

Enhorabuena, cariño, por tan magnífica trayectoria literaria. Compartirla contigo es un inmenso regalo de la vida.