LA PAZ ES EL CAMINO
Este blog nace como respuesta a la inesperada acogida de mis artículos publicados en el periódico LA OPINIÓN DE TENERIFE. Aspiro a que sea un cauce, desde la libertad y el respeto, para expresar ideas y compartir sentimientos.
martes, 30 de enero de 2018
viernes, 26 de enero de 2018
LA ALARMANTE SOBREEXPOSICIÓN DE LOS HIJOS EN LAS REDES SOCIALES
Artículo publicado en La Opinión de Tenerife el 26 de enero de 2018
Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 27 de enero de 2018
Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 27 de enero de 2018
Cualquier persona que frecuente en mayor o menor medida las redes sociales observará
(protagonizará, incluso) un fenómeno que se produce con una, en mi humilde
opinión, improcedente frecuencia. Se trata de la práctica recurrente de colgar
en ellas numerosas fotografías de bebés, niños y jóvenes (a menudo, los propios
hijos). No pongo en duda los sentimientos de amor y orgullo que impulsan a
dichas publicaciones, pero lo cierto es que los adultos que no calibran
suficientemente las consecuencias asociadas a estos actos son legión.
La
tentación de compartir los testimonios gráficos de los cumpleaños, las
competiciones deportivas, las fiestas escolares o los viajes vacacionales les
persigue sin descanso y no todos son capaces de resistirse a ella. Sin embargo,
al menos en Italia, más de uno se lo pensará dos veces si no quiere ser castigado
judicialmente y abonar una considerable multa.
En dicho país una mujer acaba de ser condenada a retirar de Facebook todas
las noticias, datos, imágenes y videos en los que aparece su hijo de 16 años,
quien la denunció ante los tribunales por exponer a diario en la citada red
social aspectos íntimos de su vida personal. El hartazgo y el malestar del
joven habían llegado a tal extremo que durante la vista solicitó al juez su
traslado a los Estados Unidos para proseguir allí los estudios, con el fin de
poner tierra de por medio y evitar así esa alarmante sobreexposición de su
persona.
El fallo, que sienta precedente, también pone fin a una mediática disputa
cuyo origen se remontaba a un previo enfrentamiento legal entre sus padres. En
esta era digital donde cualquier detalle de una vida puede ser compartido, se
origina cada vez más la coyuntura de que un padre o una madre inmersos en un
proceso de separación o divorcio acudan a la justicia para solicitar la
eliminación de las imágenes de sus
hijos en aras a una tutela más adecuada. En este concreto caso, su
Señoría ha fallado a favor del adolescente al avalar sus razonamientos,
centrados en que, debido al uso constante y sistemático de las redes sociales
por parte de su progenitora, todos sus amigos y compañeros saben lo que está
haciendo día sí, día también. De hecho, ha quedado plenamente probado que la
protesta del chico no podía tacharse de simple capricho y que recurrió a los tribunales
al sentirse abrumado y superado
por las circunstancias.
En España, la atribución de colgar fotografías o grabaciones de los niños
en Internet se asocia a la patria potestad inherente a sus padres y rara vez se
ha cuestionado ese derecho sobre los vástagos. No obstante, según la Ley de
Protección de Datos, los propios afectados, una vez cumplan catorce años, pueden
decidir sobre el uso de su imagen, por considerarse que ya poseen suficiente
madurez para decidir sobre puntos tan determinantes de su personalidad. Y la
propia imagen, desde luego, lo es.
Asimismo, conviene tener muy presente que los
menores gozan de una tutela reforzada por la Convención de los Derechos del Niño,
aprobada en Nueva York en 1989, y que nuestro Código Civil impone a los padres
el deber de cuidarlos y educarlos, lo que incluye una apta utilización de su
perfil público. Si no se atienen a su cometido, la Justicia puede intervenir para
proteger a los pequeños ante posibles riesgos, entre ellos el de una excesiva
exposición en Internet. Concretamente en 2014, el Tribunal Supremo definió a
las RR.SS. como lugares abiertos al público potencialmente perjudiciales para
los niños, que podrían ser etiquetados o buscados por individuos
malintencionados.
De nuevo es preciso apelar al sentido común y llevar a cabo
un ejercicio de empatía, poniéndonos en el lugar de unos seres en construcción
que se ven impotentes ante algunas decisiones de sus padres, aunque detrás de
ellas se esconda un amor infinito.
martes, 23 de enero de 2018
APOSTANDO POR LA "CULTURA DE LA PAZ"
El pasado domingo 21 de
enero se celebró el Día Internacional de la Mediación.
Como miembro fundador de
MEDIASCAN-MEDIADORES DE CANARIAS, aspiro desde hace años a dar a conocer de
primera mano esta posibilidad de alcanzar soluciones negociadas con la ayuda de
un mediador, sin tener que acudir inevitablemente a la vía judicial.
Se trata de un
procedimiento garantista, eficiente y susceptible de realizarse en poco tiempo
de forma positiva, distinguiéndose además por su vocación de perdurabilidad,
habida cuenta que los pactos alcanzados entre las partes se mantienen a lo
largo del tiempo.
Supone la apuesta por la
unión frente a la confrontación (con miras a evitar la judicialización de las
disputas) y abre un nuevo horizonte a la Justicia, ya que promueve socialmente
la denominada Cultura de la Paz.
Su espectro de
aplicación es prácticamente ilimitado, extendiéndose entre otros a los ámbitos
civil, mercantil, laboral, comunitario, penal, educativo y, por supuesto,
familiar.
Características como la
rapidez, la economía y el menor coste emocional convierten a la Mediación en
una opción sumamente recomendable para la resolución de los conflictos más
diversos.
Por ello, urge
conocerla, entenderla y abordarla a través de equipos multidisciplinares
(juristas, psicólogos, pedagogos, trabajadores sociales, educadores…).
Ojalá este objetivo tan
anhelado por numerosos profesionales -entre quienes me incluyo- se haga
realidad de un modo generalizado, en aras de una justicia más cercana, humana y
eficiente.
viernes, 19 de enero de 2018
EL DERECHO DE LOS MENORES A SER VACUNADOS
Artículo publicado en La Opinión de Tenerife el 19 de enero de 2018
Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 31 de enero de 2018
Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 31 de enero de 2018
La Junta de Andalucía ha retirado a una pareja de forma temporal la
custodia de su hijo de un año, después de que los médicos de un hospital
gaditano le diagnosticasen palidez cutánea, anemia, deshidratación,
malnutrición y carencia de masa muscular. Desde su nacimiento, sus padres le
mantenían ajeno a todo control pediátrico y jamás le habían vacunado.
Hasta la
fecha el bebé ha venido siguiendo el sistema denominado “crianza por apego”,
que consiste en el contacto físico permanente con los progenitores, el
amamantamiento a demanda, la oposición a la escuela infantil hasta los tres
años y el traslado piel con piel sin uso de carritos, entre otras
especificidades. El Gobierno Autonómico andaluz asegura que se trata de un caso
de negligencia muy grave vinculado con la alimentación y los cuidados
sanitarios del menor, que se ha visto colocado en una situación de peligro
extremo.
A tenor de esta desoladora noticia, considero que es preciso aclarar que
quienes deciden no vacunar a sus hijos provocan la colisión de varios principios
universales. Uno de ellos es el derecho de todo progenitor a elegir lo que
considera mejor para sus vástagos. Otro es el del propio niño a obtener para sí
mismo los mayores avances sanitarios aceptados por la comunidad médica (aun
cuando sus padres no los acepten). Y un tercero, extraordinariamente relevante,
es el del resto de adultos y menores que cumplen escrupulosamente con los
programas de vacunación a no ser contagiados por sus incumplidores. Nos
hallamos, pues, ante un debate público
muy serio y, por desgracia, todavía no resuelto desde el punto de vista legal y
ético.
En contra de lo que muchos ciudadanos piensan, la vacunación en España no
es obligatoria. Su ausencia ni siquiera supone un obstáculo para impedir la
escolarización infantil. En nuestro país sólo es forzosa “en el caso de un brote infeccioso no controlado
en un colectivo de personas no vacunadas por una infección que es prevenible
mediante vacunación”. Pero lo cierto es que los grupos contrarios a su aplicación
son cada vez más numerosos y su repercusión, merced a las influyentes redes
sociales, cada vez más notoria.
Las vacunas constituyen uno de los mayores descubrimientos en la Historia
de la Medicina y son el elemento más importante de prevención del que disponen
los facultativos. Gracias a su eficacia han desaparecido enfermedades muy
frecuentes hasta hace pocos años pero, paradójicamente, a
medida que erradican patologías antaño mortales, crece el número de personas contrarias a ellas. Inexplicablemente,
nuestra avanzada (entre comillas) sociedad parece ahora
más pendiente que nunca de sus posibles efectos adversos, por leves o raros que
sean.
Olvidan aquel pasado no tan lejano de desprotección frente a males como
la viruela, la poliomielitis, el sarampión o la misma gripe. Quizás una información clara y precisa sobre su seguridad sería clave para que sus
detractores comprendieran su trascendencia y se evitaran casos tan lamentables
como el que nos ocupa.
En el caso de España, uno de los
principales puntos que mueven a confusión es la inexistencia de una
programación unificada, puesto que cada Comunidad Autónoma decide qué
vacunas incluir en el calendario oficial y cómo se deben administrar. Sea como
fuere, las vacunas son un derecho de los hijos y una obligación de los padres,
que deben proporcionarles las herramientas existentes para evitar que enfermen.
Es cierto que no son perfectas, pero casi. Tan cierto como que los avances
científicos en materia sanitaria van dirigidos a mejorar las condiciones de
vida de los seres humanos.
Lo que no parece de recibo es apuntarse a estas
corrientes alternativas que adoptan posicionamientos de riesgo y que ponen en claro peligro
a terceros inocentes. Ojalá esta criatura a la que, finalmente, tuvieron que
llevar a Urgencias, se recupere satisfactoriamente y su caso sirva para
recordarnos que vivir en sociedad implica cumplir ciertas normas y
recomendaciones, con independencia de que nos gusten o no.
martes, 16 de enero de 2018
UN CANTO A LA JUSTICIA Y A LA DIGNIDAD
La cinta “Tres anuncios a las afueras” es una
de las sorpresas más agradables del presente año cinematográfico. Se trata de
una obra de modesto presupuesto -para lo que es habitual en la industria
norteamericana- y refleja esa América profunda de comportamientos rudos, pueblos
entre montañas, sheriff con estrella sobre la camisa, sombreros vaqueros y locales
de carretera donde suena música “country”.
En teoría, se podría pensar que es difícil identificarse con ese
ambiente y esa sociedad tan lejanos y característicos. Pero, más allá de la
estética y los estereotipos, existe una condición humana que nos iguala en
cualquier parte del planeta. Lo cierto es que Martin McDonagh, director y
guionista de “Escondidos en Brujas” y “Siete psicópatas”, ha conseguido filmar
una entretenida, divertida y reflexiva película con la que está cosechando
numerosos aplausos y reconocimientos.
Una madre cuya hija ha sido asesinada
considera que la Policía Local encargada de la investigación no se toma en
serio el caso y decide pasar a la acción alertando sobre la pasividad de las
autoridades. Para ello, coloca tres carteles a la entrada del pueblo con unos
mensajes muy controvertidos sobre el jefe de la citada Policía. Tanto los
funcionarios aludidos como los propios habitantes de la localidad se vuelven en
contra de la progenitora, pero ella continúa adelante, denunciando en los
medios de comunicación la corrupción y el racismo de los agentes del orden.
Entre los principales méritos del
largometraje se cuentan unas magníficas interpretaciones de sus actores, unos
diálogos y unos pasajes del guion muy mordaces y, sobre todo, la evolución de
los personajes, que transitan entre el bien y el mal con sorprendente
facilidad. Los villanos terminan realizando acciones heroicas y las víctimas pretenden
convertirse en verdugos pero, en ambos casos, sin perder un ápice de credibilidad.
La tranquilidad y la parsimonia de ese pequeño enclave de Missouri coexisten en
armónica compenetración con la violencia sin poner en riesgo el concepto de
vecindad. El resultado se traduce en casi dos horas de buen cine que arranca
del espectador una sonrisa para, posteriormente, obligarle tragar saliva. Una
combinación, sin duda, muy meritoria.
El film reúne una serie de elementos que
evocan otros títulos como “Fargo” o la más reciente “Comanchería”, compartiendo
la misma visión de unas comunidades rurales donde todo el mundo se conoce y
lleva a flor de piel los sentimientos más extremos. Individuos tan capaces de
darte un abrazo como un puñetazo, de ayudarte como de tenderte una trampa. Auténtico
filón para que un agudo cineasta ironice, critique y recapacite sobre la clase
de seres que somos los humanos, desde la madre vengativa al agente autoritario,
desde el jefe comprensivo al enano colaborador. Una fauna sumamente heterogénea,
pero no tan diferente como pudiera creerse en un principio.
A la espera de
conocer el anuncio de las nominaciones a los Oscar, “Tres anuncios a las afueras”
ya ha recibido el premio al mejor guion en la Mostra de Venecia y el galardón
del público a la mejor película en los Festivales de San Sebastián y Toronto.
Sus seis candidaturas a los Globos de Oro se han convertido en cuatro triunfos
en las categorías de película de drama, guion, actriz principal y actor de
reparto. Asimismo, el “American Film Institute” la ha escogido entre las diez
mejores cintas del año. Por tanto, cuando tanto la crítica como el público
coinciden en sus valoraciones, es obvio que nos hallamos ante un trabajo que
debe ser visionado.
Punto y aparte merece la extraordinaria
actriz Frances McDormand, interpretando de un modo sobresaliente a esa madre
atormentada, golpeada con reiteración por la vida y que, aun así, se esfuerza
por dar la impresión de atesorar una fortaleza y una determinación
sorprendentes y admirables. Ganadora de
la estatuilla dorada de Hollywood por la ya mencionada “Fargo”, posee un largo
currículum compuesto de actuaciones imprescindibles como las de “Arde
Mississippi”, “Casi famosos”, “Quemar después de leer” o “Agenda oculta”. Le
acompañan en el reparto unos también acertados Woody Harrelson, Sam Rockwell y Peter
Dinklage.
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