domingo, 13 de febrero de 2011

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL AMOR MATERNAL



Esta mañana de domingo, leyendo la prensa diaria, ha llamado mi atención un artículo publicado en el Magazine de El Mundo relativo a los distintos enfoques sobre el concepto de instinto maternal. Contra todo pronóstico, cada vez hay más mujeres que aseguran no saber de qué va ese impulso primario que supuestamente todas las féminas traen de serie (sic) y también hay quien afirma que se trata exclusivamente de un invento cultural.

La filósofa y escritora francesa Elisabeth Badinter, que ya en 1981 escribió la obra ¿Existe el amor maternal?, vuelve a incidir sobre el mismo tema treinta años después en su último libro El conflicto, la mujer y la madre,  aportando nuevas reflexiones sobre un tema tan vigente como discutido. En una entrevista adjunta, la autora afirma que el modelo de “buena madre” que prima en la actualidad representa un paso atrás en la liberación de la mujer. Asimismo, defiende que ya no se puede hablar de las mujeres como un bloque unitario y que, en su opinión, el género femenino se posiciona en dos bandos distintos y hasta opuestos.

En uno, gracias o por culpa del psicoanálisis infantil, cuyos especialistas han convertido a los menores en seres que exigen cada vez más cuidados por parte de la adulta -que asume su crianza como un trabajo a tiempo total-, se alinean las que consideran que el niño es lo primero y que la mujer viene después. El otro lo integran quienes no se resignan a dejar de compaginar sus deberes de madre con los deseos y necesidades propios de su condición femenina.

La lectura del artículo en cuestión me ha servido para reafirmar mi profunda convicción de que es injusto e improcedente hacer distingos entre buenas madres y malas madres. Conozco a mujeres de todo tipo, con instinto maternal y sin él. Tengo amigas a las que Elisabeth Badinter encuadraría sin dificultad en sus teóricos grupos A y B. Y, desde luego, a todas ellas las considero las mejores madres para sus hijos. Me niego a juzgar ni la capacidad de amar ni el nivel instintivo de ninguna de mis congéneres como si se tratara de una competición deportiva. Por el contrario, me enorgullece comprobar a diario que en su ánimo está el dar lo mejor de sí mismas a aquéllos a los que un día trajeron a este mundo.

2 comentarios:

  1. Cuántas veces he oído hablar del instinto maternal como si de una iluminación se tratara... de forma que quien la tiene o ha tenido cuenta con la gran suerte de que la varita mágica la ha elegido!!! Y si a eso le añadimos el valor que hay quien da al hecho de haberlos parido...He de decir que soy de las que ni he tenido instinto , ni he parido a mi hija , y ni necesito decir lo que siento por la mía, ni comparo mi sentimiento al de cualquier otra madre. Estoy contigo, todas lo hacemos lo mejor que podemos , sabemos y "vamos sabiendo"...

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  2. Gracias Susi. Me ha hecho una ilusión tremenda saber que has leido mis escritos y que, además, te has animado a comentarlos. Para mí es un orgullo y una satisfacción tenerte entre mis lectores. Un nuevo puente nos mantiene unidas.

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