martes, 15 de febrero de 2011

LOS JUECES LES AJUSTAN LAS CUENTAS A LOS BANQUEROS

ARTÍCULO PUBLICADO EN "LA OPINIÓN DE TENERIFE" EL 15 DE FEBRERO DE 2011



Se llama José Antonio y tiene 47 años aunque, en realidad, podría tener cualquier nombre y cualquier edad. Para lo que les voy a contar, da lo mismo. Es un hombre que, desde el pasado 26 de enero,  ha recuperado la tranquilidad e incrementado su nivel de confianza en el futuro, rotas las ataduras que le ligaban a un pasado lleno de deudas y sinsabores. Su historia, por desgracia, se repite mil veces al día en esta etapa de crisis económica que a todos nos está tocando vivir. Su caso particular, que incluye el drama del desahucio y el embargo, no es original. Comparte esa penosa circunstancia con otros José Antonios de otras provincias, de otras profesiones y de otros años de nacimiento. Sin embargo, él ha saltado a las cabeceras de los informativos y a las primeras planas de los periódicos al protagonizar involuntariamente un hecho insólito. La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra ha dictado un auto judicial en el que decide que la entidad financiera que había embargado su casa por falta de pago no puede pedirle para saldar la deuda más dinero que el que pueda obtener con el propio inmueble hipotecado. En otras palabras, y para que quede claro, que el banco debe conformarse sólo con la vivienda en cuestión.

Obviamente, estos Magistrados han prendido la mecha de una bomba que tiene visos de explotar de ahora en adelante en no pocos procesos del mismo tenor. Como se imaginarán sin dificultad, la banca ha puesto el grito en el cielo ante una decisión tan rompedora como, en mi opinión, justa. Cuando, en su momento, el José Antonio de nuestra historia acudió a la oficina de su pueblo a pedir un préstamo para comprar un techo perpetuo pensó que si, en el peor de los casos, le vinieran mal dadas, bastaría hacer las maletas con todo el dolor de su corazón y devolver a quienes reclamaban sus cuotas impagadas aquel caserón que con tanta ilusión se había decidido a adquirir. Pero el pobre ingenuo no contaba con que, años después, la economía pintaría color de hormiga y la nueva tasación de aquellas cuatro paredes, inferior a la que se había realizado en la época de vacas gordas, ya no sería suficiente para cubrir el importe que debía a los prestamistas, quienes, raudos y veloces, y con el respaldo de la Ley Hipotecaria, no dudaron en bloquearle desde la nómina hasta la Declaración de la Renta para recuperar la pasta.

Se me dirá que la banca es un negocio y  no una ONG. Se me dirá que la Justicia se basa en las leyes y que, por lo tanto, las entidades financieras se limitan a cumplirla. Se me dirá también que este precedente es inconveniente y peligroso, porque ahora cerrarán (¿todavía más?) el grifo del dinero ante el riesgo cierto de no poderlo recuperar en su totalidad. Pero yo sigo en mis trece. Como persona, me alegro en el alma de que este ciudadano vuelva a tener motivos para levantarse de la cama por las mañanas. Y, como humilde jurista, me enorgullece que existan jueces y magistrados con una visión más amplia del Derecho y capaces de HACER JUSTICIA, incluso aunque los bancos se escuden en que han actuado conforme a la ley. Por lo pronto, este auto judicial es firme y no cabe recurso alguno en otra instancia superior. No hace falta ser un lince para sospechar que el poderoso Don Dinero acudirá al Tribunal Constitucional pidiendo socorro. Ni siquiera descarto que allí triunfe. Pero lo que sí tengo claro es que, gracias a decisiones como ésta de mis admirados paisanos, nuestra sociedad avanza por el buen camino. Retomando el espíritu de la conquista de la luna, se trata de un pequeño paso para el hombre pero un gran paso para la humanidad.

3 comentarios:

  1. Como siempre, maravilloso artículo. En este caso, además, tus líneas atesoran temas muy interesantes. Creo que buena parte de los problemas mundiales actuales (no todos, pero sí buena parte) se debe a un engrandecimiento desmesurado de algunos valores propios del sistema capitalista que, al crecer, se han desvirtuado has convertirse en “antivalores”. De la sana y aplaudible intención de hacer negocio, ganar dinero y prosperar se ha pasado a un insano y despreciable objetivo de atesorar riquezas a toda costa y a cualquier precio. La banca es buena prueba de ello. Su avaricia, unida a su ineptitud, ha supuesto que inundasen de créditos, hipotecas y “sobretasaciones” a toda la sociedad sabiendas de lo peligroso de la medida. Pero no importaba en aquel momento. El signo del dólar (o del euro) que tenían en sus ojos no les dejaba ver, ni pensar. Pero lo peor de todo es comprobar que, cuando vinieron los peligros, los poderes públicos se apresuraron a ayudar a los banqueros de una forma obscena. Obscena porque quizá debieron dedicar parte de esas ayudas a los ciudadanos afectados por una crisis que no habían creado. Obscena porque quizá debieron exigir primero responsabilidades antes de extender los cheques a la banca. Obscena por el secretismo con el que se concedieron. Obscena a todas luces. Este artículo podrías enlazarlo con otro genial que escribiste sobre los eufemismos, porque todo este tema está repleto de ellos. Lo que debería llamarse “tapar la mierda generada por el sistema financiero” se llama ahora “fusiones frías”, lo que debería llamarse “bajada de pantalones de los gobiernos ante la banca” se llama “sistema de ayudas al sistema financiero”. Y en esa acción de los poderes públicos de claudicar de los más elementales principios del Estado de Derecho vale todo: se dictan Decretos leyes de dudosa constitucionalidad, se oculta el reparto de fondos… En fin… no sé si nos vendría bien también aquí unas revueltas populares a la egipcia… no hace falta salir a la calle a tirar piedras o a quemar contenedores. El futbolista francés Eric Cantona ya apuntó alguna teoría interesante.
    Sigue escribiendo y sigue regalándonos tu habilidad con las palabras.

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  2. Enhorabuena. Sobre todo por el toque melancólico de aquel que nunca pierde la esperanza y por decir en el tono adecuado, ya que se puede decir más alto pero no más claro, que todavía hay quién se dedica a HACER JUSTICIA, parece que por muy independiente que "La Ley" diga que hay que ser, en esta sociedad invadida por la información hace que eso haga mella en más de un cerebelo causando daños irreparables para los famosos "Principios". Un saludo.

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  3. Muchas gracias por su amable comentario a mi artículo. Me alegra comprobar que cada vez somos más los que mantenemos la esperanza de poder cambiar las cosas que no nos gustan, sobre todo, si nos parecen injustas. Cada persona luchará a su manera. Yo trato de no perder las formas ni el buen tono para manifestarme y también reconozco que soy melancólica, aunque espero que en un sentido positivo. Saludos y feliz día.

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