viernes, 7 de marzo de 2014

CATÁLOGO DE ESPECIES A EXTINGUIR: XI. LOS RESENTIDOS CRÓNICOS







Consultando el diccionario como corresponde a quien ignora el verdadero significado de los términos, observo que se describe el resentimiento como desazón, desabrimiento o queja a resultas de un dicho o acción ofensiva, que puede perdurar largo tiempo y reaparecer al ser recordado. La sensación que causa puede variar desde una ligera molestia temporal a un profundo malestar que dificulte y hasta imposibilite las relaciones con el ofensor. Es un linaje de venganza atenuada que no es tanto enojo como tristeza y aun amor disimulado. La definición se cierra con la afirmación de que el resentimiento enquistado y agravado acaba transmutado en rencor, perversa palabra.

Sigo buceando y me derivan a otros conceptos igualmente rechazables, como amargar, despechar, envenenar, hiel, pique y, de nuevo, rencor. Y ya me sobrepasa tanta negatividad. Confieso que, de todas ellas, la que provoca mayor conmoción en mi ánimo es la que indica su vertiente de hostilidad hacia algo o alguien, de ira no resuelta ante un acontecimiento, de enfurecimiento, de  incapacidad para perdonar. Debe ser porque en esta acepción me resulta aterradoramente sencillo identificar a quienes lo practican. Se trata de seres que no avanzan, rumiantes permanentes de su desdicha,  empeñados sin tregua en asistir al castigo de quienes causaron su dolor, sea hogaño o antaño, fruto de acontecimientos sucedidos hace meses, incluso años, pero que se convierten en unos nocivos compañeros de viaje, de gran impacto en su vida y, por desgracia, en la de los suyos.

Ese componente de hondo sufrimiento está fuera de toda duda, como bien refleja su aspecto exterior. Para estos militantes de la inquina es una desgracia que la cara sea el espejo del alma. Su particular retrato de Dorian Grey reposa sobre un atril invisible al tiempo que, una a una, las hojas del calendario van cayendo irremisiblemente. Dicen que el resentimiento es como tomar veneno esperando que la otra persona muera. Me parece una visión bastante acertada del drama. Es lo que tienen los resentidos crónicos, que su incapacidad para el perdón y para la autocrítica proviene de su firme convicción de ser los inocentes de las historias. Y esa condición de víctimas les incapacita para cualquier acción terapéutica dirigida a sanar su desarbolado mundo interior, precisamente porque los culpables son siempre LOS OTROS.

Decía Nietszche que “el resentimiento es la emoción del esclavo, no porque el esclavo sea resentido, sino porque quien vive en el resentimiento, vive en la esclavitud”. No puedo estar más de acuerdo. Como tampoco puedo sentirme más aliviada por no haberlo practicado en mi vida. Tal vez sea mi herencia genética, tal vez mi educación religiosa, pero lo más probable es que, como en tantos otros aspectos de mi personalidad, sea cuestión de voluntad. O de voluntariedad. O de voluntarismo. O, simple y llanamente, el profundo convencimiento de que el tiempo es oro y no se puede malgastar visitando a diario el lado oscuro de la fuerza.



CATÁLOGO HASTA LA FECHA


I. LOS PROGRES (diciembre 2010)

II. LOS ECOLOGISTAS A DISCRECIÓN (febrero 2011)

III. LAS FEMINISTAS EXCLUYENTES (junio 2011)

IV.  LOS CONCURSANTES DE REALITIES (julio 2011)

V. LOS POLÍTICOS EN CAMPAÑA (noviembre 2011)

VI. LOS FALSEADORES DE CURRICULUM (febrero 2012)

VII. LOS LIGONES DE TRES AL CUARTO (mayo 2012)

VIII. LOS "ANIMALES DE PESEBRE" (febrero 2013)

IX. LOS DESPRECIABLES ESPÍAS (junio 2013)

X. LOS SINDICALISTAS SAQUEADORES (noviembre 2013)




3 comentarios:

  1. ¡Madre mía! Y la lista sigue en aumento....Jajaja. Muy bueno, Myriam.
    Abrazos mil.

    ResponderEliminar
  2. Así es. Se trata de una lista tan extensa que a veces me asusta. La fauna humana (parece un contrasentido) da para mucho.

    Un beso de naranjas dulces, para compensar tu limonada.

    Y mucho ánimo SIEMPRE.

    MYRIAM

    ResponderEliminar