viernes, 16 de junio de 2017

EL "TURISMO DE BORRACHERA" SALE DEMASIADO CARO



Artículo publicado en La Opinión de Tenerife el 16 de junio de 2017

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 20 de junio de 2017





Existen en España determinados destinos vacacionales que año tras año aumentan sus cotas de degradación a base de etilismo (con sus correspondientes vomitonas, orines y resacas) y broncas callejeras (con sus correspondientes molestias vecinales y destrozos mobiliarios e inmobiliarios). Para algunos energúmenos, pasear desnudos por las calles, beber hasta perder el conocimiento e intercambiar felaciones por consumiciones gratis pueden resultar actividades muy divertidas y apasionantes, pero la cruda realidad es que afectan al negocio turístico español y devalúan una de las fuentes de ingresos prioritaria de nuestro país, todavía convaleciente de una brutal crisis económica. 

Este repugnante fenómeno denominado “turismo de borrachera” atrae a hordas de jóvenes (extranjeros, en su mayoría) a ciertos enclaves mediterráneos que frecuentemente abren las portadas de los telediarios gracias a un escándalo o, peor aún, a una tragedia con difunto incluido. Perder allí la cabeza durante una semana les sale apenas a 400 euros por cabeza. Además, los organizadores de estos viajes al borde del mar los publicitan con la eufemística calificación de “rito de paso hacia la edad adulta”, lo que en cristiano viene a significar la incursión en el desmadre más absoluto e ilimitado: las primeras aventuras sin supervisión de los padres, la exaltación de la amistad entre compañeros de estudios y la explosión de la hormona llevada al extremo, todo ello aderezado con ingestas masivas de alcohol y drogas. De hecho, debido al habitual estado de ebriedad de los afectados, a menudo se registran accidentes -a veces con resultado de muerte, por saltar de un balcón a otro de los hoteles en los que se hospedan- y denuncias por robos y violaciones. 

No obstante, cualquier motivo sirve para que estas bestias pardas den rienda suelta a su lado más salvaje. El más reciente ha sido la espectacular remontada de la selección escocesa en el partido clasificatorio del Mundial 2018 disputado contra Inglaterra, y que puso la mallorquina Magaluf patas arriba, con invasión de la calzada por parte de una muchedumbre borracha dedicada a arrasar locales de ocio y a agredirse física y verbalmente. Dichos incidentes tuvieron lugar apenas 24 horas después de que otros veinte turistas se exhibieran en pelotas a plena luz del día y en primera línea de playa, ajenos a la presencia de numerosos niños en un parque infantil adyacente. Es obvio que el esfuerzo realizado en los dos últimos veranos, tanto por el Ayuntamiento como por los miembros de la Policía Municipal, para mejorar la imagen de este emplazamiento (y que ya estaba dando sus frutos, con la llegada de visitantes de mayor poder adquisitivo y mejor perfil personal) se puede ir al traste con episodios de este tenor. 

Sucede lo mismo con el Saloufest, un pseudofestival que se celebra en primavera en el pueblo tarraconense de Salou y que, aun siendo temporada baja, genera en el municipio un impacto económico de cinco millones de euros (me indica esta mañana un amable lector de Salou que ya no se celebra dicho evento, gracias a los esfuerzos realizados por los responsables municipales. Lamento mi error al incluirlo en este artículo y expreso mis disculpas más sinceras, a la vez que me alegra conocer la noticia, ya que es un enclave al que me unen recuerdos muy felices de mi infancia. -VER COMENTARIOS A LA ENTRADA DEL BLOG-). Los consistorios que acogen estas correrías viven, pues, en una permanente paradoja. Por un lado, les interesan las ganancias que estos desparrames inyectan en sus presupuestos y que resultan fundamentales para la supervivencia de zonas de monocultivo turístico. Pero, por otro, el injustificable salvajismo acaba con su reputación y les condena nacional e internacionalmente a arrastrar el estigma de ser territorios comanches. 

Las enormes desventajas de este turismo de borrachera son innegables y, en ese sentido, ya son muchas las ciudades en las que se está luchando por ahuyentarlo. Personalmente, encuentro muy sencillo reconducir el modelo. Claro que, como sucede con tantas otras patatas calientes políticas y sociales, se precisa de un firme ejercicio de voluntad y valentía por parte de sus representantes públicos. Sin duda, estos se expondrán a ser la diana de todo tipo de presiones y amenazas por parte de quienes no se resignan a renunciar a un negocio tan rentable como repugnante. Sin embargo, en esta vida hay que elegir continuamente entre lo correcto y lo incorrecto. No es nada fácil pero, desde luego, vale la pena.



2 comentarios:

  1. Buenos días Myriam,

    En referencia a tu artículo me gustaría decir que estoy totalmente de acuerdo que deben ser los representantes políticos los que tienen que ser valientes y tomar las decisiones oportunas para que este tipo de turismo no degrade la imagen de su ciudad. Y este hecho, es el que me lleva a escribirte.

    Nombras a Salou y el Saloufest como si todavía se hiciera. Pero nada más lejos de la realidad.
    Gracias a la voluntad firme de políticos y a la implicación del sector hotelero este evento se dejó de celebrar en Salou (http://www.elmundo.es/cataluna/2016/10/05/57f4c6d5268e3e0f1d8b46c5.html).

    Ahora ya no se va a rectificar tú artículo en el diario en el que se ha publicado pero quería dejar constancia a los que visitan tu blog que no se puede seguir etiquetando a Salou como un destino de borrachera cuando tanto esfuerzo está haciendo por el turismo familiar y deportivo.

    Un saludo,

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  2. Estimado lector:

    Le agradezco enormemente su comentario y procedo de inmediato a hacer mención a él a modo de rectificación en esta entrada de mi blog. Lamento mi error involuntario. Le diré que varios veranos de mi infancia transcurrieron en Salou. Es un pueblo al que me siento vinculada sentimentalmente y sólo deseo lo mejor para su desarrollo y para sus habitantes. Me alegra saber que se han tomado medidas para recuperar el modelo vacacional que nunca debió perderse. De nuevo, mis disculpas más sinceras y mi agradecimiento por su clarificador comentario.

    Un cordial saludo.

    MYRIAM

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