Un centenar de intelectuales y víctimas del terrorismo han suscrito el manifiesto “Por un fin de ETA sin impunidad”, impulsado por el Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco y liderado por Fernando Savater y Maite Pagazaurtundua, entre otros. El escrito cuenta con el respaldo de nombres destacados del arte y la cultura, como los del escritor Fernando Aramburu -autor de ‘Patria’, novela que comencé a leer ayer mismo-, el escultor Agustín Ibarrola y el director de cine Iñaki Arteta, entre otros muchos.
Está inspirado en otro, suscrito en 2010 por todas las asociaciones de víctimas del terrorismo, en el que abogaban por un final de ETA sin impunidad. Alertan del riesgo de que el final de ETA se lleve a cabo sin la necesaria fijación de principios como la verdad, la memoria, la justicia y la dignidad de las víctimas. Llaman a reconocer, no sólo la dignidad de las víctimas de ETA, sino también de quienes resultaron heridos a consecuencia de sus acciones, de sus familiares, de los extorsionados, de los secuestrados y de los amenazados por la banda terrorista.
El manifiesto reivindica que el derecho a la justicia real no es negociable ni relativo y, por tanto, el final de ETA debe ser manejado desde los principios que inspiran un Estado de Derecho. Los firmantes temen que el desarme propagandístico que ha anunciado la banda recientemente se convierta en realidad en un intento de autoblanqueo.
Recuerdan a la ciudadanía y a los Gobiernos que no se puede perder la brújula moral ni política sobre ETA ni sobre el Estado de Derecho en este punto del proceso de final del terrorismo. Por último, urgen a defender dicho Estado de Derecho, sin trampas ni atajos para una organización culpable de la mayor conculcación de derechos humanos habida en la historia reciente de España.
Respecto a la política penitenciaria, rechazan la excarcelación anticipada de presos juzgados y sentenciados enmascarándola en una aplicación laxa de la progresión de grados u otras medidas similares, ya que supondría una forma de impunidad. Llaman, por último, a la colaboración con las autoridades en el esclarecimiento de cientos de crímenes sin resolver. Tal y como indica la ley, “el requisito de la colaboración es el único que beneficia a las víctimas y que prueba el arrepentimiento real de los criminales”.
El pasado sábado 8 de abril, coincidiendo muy a propósito con la fecha elegida por ETA para escenificar su mediática entrega de armas, me adherí con emoción a este manifiesto “Por un fin de ETA sin impunidad” y desde aquí quiero animar a que muchas otras personas también den el paso:
Aquella mañana de sábado acudieron a mi mente recuerdos profundamente dolorosos de mi pasado y pensé en seres muy queridos por mí a quienes la sinrazón arrebató lo que más querían.
Todos ellos saben que pueden contar conmigo.
Como siempre.
Para siempre.
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