sábado, 9 de julio de 2011

CATÁLOGO DE ESPECIES A EXTINGUIR: IV. LOS CONCURSANTES DE "REALITIES"


Artículo publicado en La Opinión de Tenerife el 9 de julio de 2011


Pretender mantenerse al margen de los innumerables reality shows que invaden nuestras cadenas privadas de televisión es misión imposible, salvo que seas un ermitaño y vivas en una cueva. Y hago esta afirmación con rotundidad porque yo misma he intentado, no ya una, sino varias veces, aislarme de cualquier influencia proveniente de la telebasura y he fracasado estrepitosamente. Si no es por la mañana, será por la tarde o, a más tardar, por la noche, pero basta con sentarse frente al televisor y, mando a distancia en mano, hacer un barrido, para toparse inevitablemente con las imágenes que ilustran las aventuras y desventuras de las víctimas voluntarias de estos patéticos experimentos.

Para no aburrir al respetable con la relación de concursos que se emiten a través de la pequeña pantalla, me centraré tan sólo en uno de ellos que, como en ediciones anteriores, se perpetra en una isla caribeña supuestamente desierta. Los artífices del deplorable invento, al parecer profundos conocedores de los gustos del telespectador tipo, hallaron hace algunos años la piedra filosofal y se afanaron en explotar el filón de las audiencias a base de técnicas de entretenimiento basadas en la ordinariez y la agresividad. Para ello, y como primera medida, procedieron a reclutar en torno a una docena de joyas cuyas discutibles virtudes les hacían acreedoras de tan alto honor. Desde aquel estreno, muchos han sido los agraciados que han desfilado por estas ínsulas azotadas por el calor, los mosquitos y el hambre. Pero los que están mostrando sus aptitudes en la presente edición no tienen desperdicio. No en vano han superado el exhaustivo casting al que les someten las mentes enfermas responsables de semejante bodrio. En todo caso, y teniendo en cuenta que lo único que se les exige es montar el numerito, cabría concluir que para ese viaje no hacían falta alforjas.

A fin de preparar este potaje, sus cocineros mediáticos recurren una y otra vez a idénticos ingredientes. Encabezando el listado, se sitúan un par de actrices porno que, ataviadas con un exiguo tanga, exhiben sus prótesis de silicona mientras se rebozan en el barro o recogen caracolas marinas en la playa. Conviene que estén acompañadas por algún aspirante fracasado de Míster España o, en su defecto, por un chulo de discoteca que presume de entrepierna cuya misión será reír las gracias de las neumáticas y sobarles el lomo si han podido optar a un lingotazo tras ganar alguna prueba de supervivencia. Resulta igualmente imprescindible el personaje del frikie sesentón de escasa estatura física y artística que agita al viento estampas de vírgenes y santos mientras entona alguno de sus bochornosos éxitos musicales.

Tampoco conviene olvidar a los descendientes de toreros y/o folklóricas de tronío, muchachotes de simpatía desbordante que, millonarios desde la cuna, no saben a qué despropósito apuntarse para matar el aburrimiento. Provoca especial tristeza, por lo que supone de asalto a la intimidad, la inclusión de concursantes anónimos cuyos ases en la manga se reducen a salir del armario o a descubrir que, pese a las apariencias, son transexuales, aunque es justo reconocer que sus lacrimógenas confesiones suelen alcanzar las más altas cotas del share.

Pero, sin duda, es la figura de la esposa y madre de mediana edad que, liándose la manta a la cabeza, se lanza desde un helicóptero a los brazos de una nueva vida, la que se erige como la gran revelación de este particular zoológico. Ni San Pablo cayendo del caballo a las puertas de Damasco vio una luz tan cegadora como la de esta mujer en permanente batalla contra sus hormonas. Reconozco que sus reflexiones existenciales me tienen fascinada. Durmiendo al raso y comiendo cocos se ha dado cuenta de que no ha vivido. Como suena. Quién le iba a decir a estas alturas de la película que rodearse de strippers y ligones de medio pelo era el remedio indicado para  sanar su ceguera…   

1 comentario:

  1. Antes de nada le ruego no nos flagele o culpabilice con el título de su blog; una cosa es decir lo que uno piensa y otra que te dejen, quien tenga poder para ello. A Prensa Ibérica ya la tengo calada desde hace tiempo: Han contratado al Tonto de la Tiza (*) para decidir lo que uno puede decir o no; es más, con un poco de empeño logrará lo que el GH de Orwell, que es ni siquiera pensar, porque un reflejo condicionado lo impide, después de mucha represión en el decir. En resumen, el truco es: te reprimo mil veces lo que escribes y acabarás sintiéndote culpable de haberlo siquiera pensado. Es el trasunto laico del pecado de obra y de pensamiento judeocristiano.
    Pero no iba yo a “flagelarla” con mi problema, sino a cortar y pegar el comentario que –como es habitual, según días y temática- me reprimieron hoy en su querida Opinión de (algunos de) Tenerife.
    (*) para más ilustración ,distendida, alónguese a http://comunidades.laopinion.es/blogs/26725/sorprendente_entrevista_a_mister_la_provincia_servidor-223.html; dedicado a LP, pero ya lo haré extensivo a la OT.

    Recorto y pego: Está segura de que ese catálogo es a extinguir. Recordemos que en el reino vegetal, las zarzas, las ortigas, las piteras, las tuneras y todo tipo de especies con pinchos o savia corrosiva son las que han sobrevivido a todo tipo de inclemencias. Y en el reino animal, los insectos de todo tipo son unos craks de la supervivencia. La duda sospechosa: ¿La fauna de la telebasura tiende a su extinción o se expandirá como las zarzas y las cucarachas? No está tan claro. Sí, existen insecticidas y herbicidas, que aplicados con maña por el mamífero superior podrían revertir esa expansión en extinción; pero va a ser que no, por el momento. Sobre todo si al mamífero profesional (periodista tbasura o cotilla cualificado) sólo le interesa mamar. . una buena pasta como fin en la vida; mamar él y alimentar y regar a los insectos y yerbajos que pululan o crecen en los platós. Los focos, como sustituto del sol, son un gran estímulo para fotosíntesis de todo tipo. Un buen remedio sería que desde la parte sana se les cercara con maniobras envolventes, negándoles el pan y la sal, cuando se ofrezca, y hostigándolos sin contemplaciones. Pero yo tengo una vieja sospecha: Los lazos que unen a los miembros de un gremio son hasta más fuertes que los lazos de sangre. ¿Todo por el honor del gremio? Hay dos tipos de respuesta a este interrogante: a) El honor consiste en no molestar a las ovejas negras ni hablar de trapos sucios, aunque la mierda llegue al cuello de la sociedad. b) Es honor del gremio consiste en limpiarlo, dese dentro, de porquería. ¿Y qué mejor cuña que la de la propia madera? Un saludo.

    Nota: Puede que el TTZ peque más de ignorancia que de otra cosa y no sepa que desde la literatura clásica ha sido un recurso didáctico el acudir al fabuloso animalario comparativo para uno explicarse mejor.
    alias NÓMADA DIG-Y-TAL (nombre real: ya si eso le diré)

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