viernes, 20 de marzo de 2015

OSASUNISTA EN LA SALUD Y EN LA ENFERMEDAD


Artículo publicado en La Opinión de Tenerife el 20 de marzo de 2015




Me gusta el fútbol. Desde siempre y, probablemente, para siempre. De pequeña, practicarlo. Antes y ahora, verlo en televisión y en los pabellones que visitan mis hijos cada sábado. Es una de esas atracciones fatales que no se pueden explicar con palabras. Como el cine. Como el flamenco. Cuestión de sentimiento.

Y para mí el deporte del balompié tiene un nombre, OSASUNA, que significa salud en euskera. Nunca he defendido otros colores que los del equipo rojillo ni he cantado otro himno (jota incluida) a voz en grito con más cariño. “De tu blusa y tu bandera, fuerte y rojo es el color de tu blusa y tu bandera, como el roble montañés y el vino de la ribera”.  He visitado el estadio de El Sadar muchas veces a lo largo de mi vida. De niña, adolescente, joven y adulta. Soltera primero. Después, casada y madre. Con el sol iluminando el cielo pamplonés y con la nieve amontonada en las bandas, padeciendo un frío del demonio. Hasta visitando otros campos si no quedaban muy lejos de casa, como la maña Romareda. En Primera, en Segunda e, incluso, en Segunda B, porque las alegrías deportivas casi nunca han sido “la marca de la casa”. De hecho, lo mejor de cada encuentro solía adoptar la forma de bocadillo de chistorra en el descanso. (Abro paréntesis. Ser hincha de un club que gane partidos a menudo, que no llegue a las últimas jornadas rezando por no descender y que a sus jugadores sea la cabeza y no el corazón (o el bajo vientre) la que inspire sus patadas debe ser toda una experiencia. En mi caso particular, no ha habido suerte. Demasiadas sombras para tan pocos gozos. En fin. Cierro paréntesis).

Asumida, pues, desde el principio de los tiempos, la condición de club de la eufemística "parte baja de la tabla", ello no me impedía sentir un inexplicable orgullo cuando me declaraba osasunista hasta la médula. En lo bueno, en lo malo, en la salud y en la enfermedad. Porque, bajo ese paraguas sentimental, se guarecía el amor por mi Pamplona natal y por mi "Navarra siempre p’alante", se cobijaba un estilo de gestión marcada por la honestidad y el buen nombre, se defendía a los chavales de la cantera (como los actuales Azpilicueta, Monreal o Raúl García) y se enarbolaban principios y valores que, desde hace un mes, han ido a parar a una escombrera, junto a la ingenuidad y la ilusión de miles de mis paisanos.

Los juzgados de la capital del Viejo Reyno han sido escenario del paseíllo de algunos directivos de la entidad a los que se les acusa de apropiación indebida, delito societario y falsedad documental. Supuestos PTV (Pamploneses de Toda la Vida) de rancia tradición y abolengo que, mientras los aficionados pasábamos por taquilla y rezábamos a San Fermín domingo sí, domingo también, se dedicaban a conspirar en los despachos, amañando los resultados en colaboración con más de un jugador y llevándoselo crudo. Una auténtica oda a la limpieza y a la deportividad. 

Abriendo los telediarios con sus andanzas presidiarias, nos han arrebatado lo único que nos quedaba: la reputación. Miedo me da pensar qué será lo próximo, porque cada novedad me produce el efecto de una puñalada trapera en mitad del corazón. Pero, hasta que salga a la luz la próxima ignominia de estos sinvergüenzas, me dispongo a acudir este 22 de marzo a las gradas del Heliodoro Rodríguez López para, con la mayor discreción posible, homenajear a un pasado que no volverá y tratar de convencerme a mí misma y a los míos de que no todo apesta, de que el fútbol no es así, de que vale la pena defender unos colores en nombre del deporte y de que la honradez no es una virtud en peligro de extinción. 

4 comentarios:

  1. Pero qué razón tienes, Myr!
    Últimamente, al ver a diario, y cada día peores que las del día anterior, noticias sobre la corrupción en Osasuna, me acuerdo de ti. pero he preferido no comentarte nada, me imagino cómo te estará haciendo sufrir la situación (a Joaquín, ni me lo imagino, pobre...lo que le faltaba)
    Pero ya veo que mantienes la cabeza fría y el corazón caliente, lo que tiene mérito simepre, pero más en este caso.
    Ánimo el domingo, con o sin discreción, demuéstrales que la honradez no es una virtud en peligro de extinción.
    Besicos osasuneros.
    Rose

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuenta con ello, amiga. La camiseta y la bufanda están preparadas. A ver cómo desarrolla el encuentro, porque mis chicos tienen el corazón tricolor: blanquiazul y rojillo.
      Que Dios reparta suerte.

      Un beso y feliz primavera.

      Eliminar
  2. Pobrecica afición...Estais pasando más que los sufridores del Un, Dos, Tres. Qué pena tanto corrupto.Dejan una imagen del club que no se corresponde con los que sienten los colores en su corazón.

    ResponderEliminar
  3. Desde luego. A cualquier aficionado de bien esta situación le llega al alma. Tú, como navarra, sabes mejor que nadie lo importantes que son para nosotros los símbolos y las raíces. Lástima que el lado oscuro de la fuerza no entienda de territorios ni de idiosincrasias.
    Sólo nos queda seguir adelante y luchar por un futuro al margen de delincuentes.

    Besos de estreno primaveral.

    ResponderEliminar