No es la primera vez que recomiendo en este blog un trabajo de la realizadora Gracia Querejeta, mujer a la que admiro profesionalmente y con la que comparto en buena medida su visión de la vida.
El pasado viernes 10 de abril acudimos al estreno oficial de su última película, "FELICES 140", en Santa Cruz de Tenerife, ya que el rodaje tuvo lugar en esta mi isla de adopción.
En su momento tuvimos la oportunidad de conocer a parte del equipo de rodaje durante su estancia veraniega de 2014 y la curiosidad por comprobar el resultado final del proyecto era elevada.
Y, como era de esperar, no nos ha defraudado en lo más mínimo. Muy al contrario, recomiendo abiertamente el largometraje, a la par que manifiesto mi incondicional apoyo al cine español de calidad y mi agradecimiento sincero a esta preciosa tierra que me acogió con amor y generosidad hace casi dos décadas.
Adjunto a continuación la siempre pertinente valoración de Gerardo Pérez, crítico de cine de La Opinión de Tenerife y extraordinaria persona con quien comparto mi vida, en cuyo blog, cineenpantallagrande.blogspot.com, colaboro habitualmente.
En estos “Felices 140”, la realizadora y guionista Gracia
Querejeta demuestra una vez más su condición de magnífica cineasta que moldea
personajes y situaciones para componer una filmografía inteligente, reflexiva y
entretenida. “Una estación de paso”, “El último viaje de Robert Rylands”,
“Héctor”, “Siete mesas de billar francés”, “15 años y un día” y este último
estreno componen una envidiable hoja de servicios que pone de manifiesto su
indudable talento artístico. Con este título rodado en la isla de Tenerife da
toda una lección tras la cámara y se permite el lujo de combinar con acierto y
soltura la comedia, el drama y hasta el thriller (a pinceladas), de un modo lo
suficientemente hábil como para no caer en tópicos habituales y fórmulas
manidas.
La cinta bien podría considerarse una obra de teatro
filmada, sobre un grupo de amigos, amantes y familiares en la que,
posteriormente, se nos invita a replantearnos el significado de tales
conceptos. Asimismo, encajaría en la idea de un tratado filosófico sobre la
condición humana y su naturaleza animal de lobo para sí misma. La calidad profesional
de la hija del desaparecido productor vasco Elías Querejeta –uno de los máximos
referentes de la cinematografía de nuestro país- reside en su capacidad de
combinar escenas cómicas y situaciones dramáticas con diálogos brillantes,
alcanzando con ello un elevado nivel de entretenimiento. Su propuesta no es
pedante, rebuscada ni elitista. Tampoco pretende darnos lecciones. Es
simplemente buen cine rodado con inteligencia y creatividad. Un verdadero
regalo dentro de una cartelera que normalmente se ahoga en la mediocridad.
Presenta la historia de
Elia, una veterinaria que, para celebrar su 40 aniversario, reúne en una
espléndida casa rural de Tenerife a sus seres más queridos, al tiempo que
aprovecha para confesarles una impactante noticia: ella es la única ganadora de
los 140 millones de bote del Euromillón. A dicha circunstancia y en ese
escenario, se irán añadiendo los problemas personales de todos y cada uno de los
invitados, generándose de inmediato un torbellino de emociones que desembocarán
en un huracán de intereses, recelos y enfrentamientos de impredecible final.
Junto al excelente guion,
escrito conjuntamente con Antonio Mercero, la principal baza del film radica en
un impecable reparto encabezado por la siempre sobresaliente Maribel Verdú,
musa de la directora. Todos sus integrantes (muchos de ellos con premios Goya
en sus vitrinas) realizan un trabajo digno de reconocimiento, aunque la mayor
complejidad y sutileza de los personajes femeninos reportan un lucimiento
superior a las actrices Marian Álvarez, Nora Navas y Paula Cancio. En cualquier caso, tanto Antonio de la Torre como Eduard Fernández, Ginés García-Millán y el
joven Marcos Ruiz abordan con sus papeles una réplica muy elogiable, retratando
un universo psicológico y sociológico que suscitará en el público un intenso
debate al final de la proyección.
La maravillosa isla de
Tenerife, como un personaje más de la historia, cobra una protagonismo
especial. En los títulos de crédito finales se homenajea a este excelente plató
natural que, sin duda alguna, seguirá acogiendo en el futuro nuevas aventuras cinematográficas,
gracias a las ventajas fiscales de las que goza el Archipiélago canario en este
concreto sector del Séptimo Arte.
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