Artículo publicado en La Opinión de Tenerife el 15 de mayo de 2015
Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 8 de junio de 2015
Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 8 de junio de 2015
El controvertido fenómeno de la alienación parental
presenta diversas caras, todas ellas igualmente rechazables por lo que suponen
de drama psicológico para sus víctimas, sean estas infantiles o adultas. Si
resulta de sobra conocido que los
legisladores van siempre por detrás de las realidades sociales, todavía
demuestran una mayor miopía en la espinosa problemática de los niños alienados
por uno de sus progenitores -aquel que se dedica a instilarles argumentos de
odio y de rechazo- y uno de cuyos exponentes más perverso es la inducción a la
falsa memoria. En torno a esta cuestión, tanto psiquiatras como psicólogos
llevan tiempo dando la voz de alarma sobre esta específica patología de la salud
mental.
Las prácticas no se limitan a trasladar una serie de
falsos datos sobre el comportamiento de la madre o del padre no custodios (es
una mala persona, nos van a echar a la calle porque no paga la hipoteca, no te
compro este artículo porque no abona la pensión, no acudes a la actividad
extraescolar porque se niega) sino que se está incrementando de un modo
alarmante la transmisión de vivencias falsas, amparadas en la falta de
recuerdos por mor del transcurso del tiempo (tú eras muy pequeño para acordarte
pero te pegaba cuando eras un bebé, a mí me insultaba y me amenazaba, llegaba a
casa borracho o drogada). Estas tergiversaciones acaban derivando en la
criminalización de quien no convive con el menor tras una separación o un
divorcio altamente conflictivos. En otras palabras, quien después del pleito
obtiene la guarda y custodia, cuenta con más instrumentos para ganarse la mente y el corazón de los hijos, aunque
sea a costa de dibujar un perfil de su ex pareja profundamente negativo y escasamente
ajustado a la verdad.
Es estricta obligación moral de todo progenitor el
facilitar a sus vástagos una relación sana y cordial con ese tercer vértice de
la familia al que ya no ven a diario. No me cansaré de insistir en que la
ruptura de una pareja no debe implicar de ninguna manera la anulación o la
adulteración del nexo íntimo con sus descendientes. Se trata de relaciones
absolutamente independientes y, por ello, los pequeños tienen el mismo derecho
a disfrutar de ambas figuras, materna y paterna, si al menos no existen
circunstancias concretas que desaconsejen el mantenimiento de tales vínculos.
Se da la paradoja de que, aunque el propio Consejo
General del Poder Judicial considera la sustracción física y emocional de los
niños como una nueva forma de maltrato infantil, los Juzgados, amparándose en
la dificultad probatoria, no suelen admitir esta variante de agravio como causa
de privación de la custodia o de la patria potestad del progenitor actuante,
pese a que hunde sus raíces en nuestro sistema de valores, principalmente en el
de la dignidad de la persona, recogido en el artículo 10 de la
Constitución Española.
Y, precisamente, en virtud de su proyección en el
marco del Derecho de Familia como cauce de reconocimiento de los derechos
sucesorios, son cada vez más numerosos los afectados por esta situación que
piden asesoramiento legal para redactar testamentos en los que se refleje ese
abandono emocional por parte de sus hijos, con el fin de desheredarles en la
edad adulta. Así pues, ya es posible llevar a cabo la desheredación filial de
quienes se hayan desvinculado afectivamente del progenitor y hayan propiciado
su abandono, tal y como avalan algunas recientes sentencias judiciales.
El sufrimiento de un padre o de una madre generado por
culpa de la alienación parental no es baladí y viene a sumarse al de sus
propios hijos que, si bien son los principales damnificados, no lo son en
exclusiva. Exigir de los adultos un plus de madurez y de generosidad en estos
procesos de descomposición familiar es el principal punto de partida. Por el
bien de todos.
Genial Myriam. Estoy plenamente de acuerdo con lo que explicas y comentas, de forma tan acertada.
ResponderEliminarLidia, Coro EMMS