viernes, 22 de mayo de 2015

PADRES POBRES, POBRES PADRES



Artículo publicado en La Opinión de Tenerife el 22 de mayo de 2015

Artículo publicado en La Provincia (Diario de Las Palmas) el 28 de mayo de 2015




El pasado lunes se aprobó en la Comisión de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Congreso de los Diputados el ansiado Proyecto de Ley de Protección a la Infancia y a la Adolescencia. Dicho texto se someterá en los próximos días al Pleno de la Cámara Baja y, posteriormente, será remitido al Senado. Esta nueva norma, que incorpora un considerable número de enmiendas de los distintos grupos políticos, modifica unas doce leyes ya vigentes.

Entre sus novedades más destacables, figura la agilización de los procesos de adopción y acogimiento familiar y el reconocimiento del derecho de los adoptados a conocer sus orígenes, unido a la posibilidad de no perder el contacto con sus familias biológicas, siempre que lo permita un juez y con el visto bueno de todas las partes implicadas. También se renueva el marco de auxilio de quienes se encuentran en una circunstancia más vulnerable. Es el caso de los niños extranjeros, a quienes se reconocerán los mismos derechos a la educación, a la sanidad y a los servicios sociales que a los españoles. Asimismo, las jóvenes embarazadas que estén sujetas a protección recibirán el asesoramiento y el apoyo adecuados a su situación personal, incluida la salvaguarda del recién nacido. En cuanto al ámbito de la discapacidad, se les garantizará la plena accesibilidad y unas prestaciones asistenciales especializadas y adaptadas a cada caso.

Resulta especialmente relevante la creación de dos nuevos registros. El primero es el Registro Unificado de Maltrato Infantil, una herramienta compartida de información que permitirá conocer la concreta situación infantil y juvenil en lo relativo a esta delicada materia. Recientemente ya expresé en esta misma columna mi satisfacción por el reconocimiento de la condición de víctimas de la violencia de género a los menores. El segundo se denominará Registro de Delincuentes Sexuales y contendrá la identidad de los condenados por delitos contra la libertad sexual, la trata de seres humanos y la explotación infantil, así como la información referente a su perfil genético. Pero, aunque los citados anteriormente no son los únicos aspectos regulados en este Proyecto de Ley, quiero incidir a título personal en una de las modificaciones frente al texto original que me ha llegado especialmente al corazón.

A partir de ahora, ni la pobreza ni la discapacidad  -sea del niño, sea de sus progenitores- serán factores a tener en cuenta para separar a un menor de sus padres. En concreto, se afirma textualmente que la pobreza "no podrá ser tenida en cuenta" para separar al menor de su familia, lo cual me parece una excelente noticia en estos tiempos de crisis económica y social. En mi opinión, no cabe mayor injusticia que la de privar a un ser humano de la compañía de sus hijos o de sus padres como consecuencia de la falta de recursos. Quisiera recordar en este punto que la pobreza infantil en Canarias es una realidad escandalosa que sitúa a nuestros gobernantes como líderes de la peor gestión política. Porque si, a día de hoy, existe una prioridad absoluta en este archipiélago, no es otra que la solución a esta lacra que nos abochorna como sociedad y que nos da la medida exacta de la incapacidad de quienes ocupan los puestos de responsabilidad política.

El Vicepresidente del Ejecutivo, José Miguel Pérez, afirmaba recientemente con rotundidad que aquí nadie pasaba hambre (según él, gracias a la benefactora influencia del Partido Socialista Obrero Español sobre el pacto con Coalición Canaria). Lástima que, horas más tarde, algunas organizaciones como Cáritas Diocesana se apresuraron a enmendarle la plana, cifrando en nada menos que cien mil niños isleños los que reciben una ingesta diaria insuficiente y desequilibrada. Por lo menos, gracias a esta nueva regulación no les arrancarán de los brazos de sus padres pobres. Los mismos pobres padres que, como tormento adicional a sus penurias, tienen que soportar los dichos y los hechos de mandatarios de este perfil. 

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